Buenas noches, Col.
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Col. Rheault escribió: ↑25 Nov 2022 20:49
1. Su genética idiosincrasia violenta
Hay que leer a Octavio Paz y su ensayo El laberinto de la soledad o su poemario Piedra de sol, para elucidarlo y comprender el concepto un poco mejor. Viene a decir, en síntesis, que México se identifica con el conjunto de las naciones colonizadas
cuya instauración soberana nacional ha estado determinada por la violencia de los imperios depredadores en su codicia histórica. El caso de México deviene en paradigmático por la extrema y
crudelísima sevicia con la que los españoles les arrebataron vidas, propiedades y bienes. Octavio Paz decía que en el hondo interior del mexicano se debatía un irresoluble conflicto constitutivo entre su esencia americana y sus genes de madre violada. Malintzin, madre colectiva de todos los mexicanos había engendrado una estirpe espurea producto de la violación española. Por lo tanto el mexicano era el producto de un violador y una puta.
Déjame discrepar con esta apreciación y análisis que en el fondo, solo se sostiene basándose en premisas negrolegendarias que describo a continuación:
1. Entender la conquista de todo el territorio que compone el actual México, como una lucha entre buenos y malos, violadores y violadas, casi como el relato argumental de una obra de ficción para críos.
2. A partir de lo anterior, constituir en términos epistémicos un concepto de nacionalidad que es culturalmente fallido. Aquí esto ocurre porque "el mexicano existe" inmerso en un dilema de madre violada y padre violador, y de allí, su cultura y genética es violenta.
Cuestiono ambos, y no solo para México sino para todos los países de Hispanoamérica.
Cuestiono el primer punto porque no hubo buenos y malos, lo que hubo, como en toda la historia, fue pueblos, personas y grupos entrecruzados por intereses diferentes, diversos, a veces convergentes y otras contradictorios entre sí. El evaluar los mismos como buenos y malos (o en este sentido, como violadores y violados) es reducir esa compleja relación.
Esto queda mucho más claro cuando se observa los detalles escabrosos de la misma conquista del imperio azteca: miles de indígenas aliados a los españoles por el horror que significaba ese imperio depredador a un punto
antropofágico. Los diferentes pueblos se aliaron a los españoles (y he allí la causa de la victoria de unos pocos cientos versus un imperio de tales magnitudes) porque aun sabiendo que su victoria iba a significar la imposición de un nuevo orden (en el cual ellos ocuparían una posición baja), era preferible eso, a los aztecas.
El imperio español significó para América,
un proceso progresista en casi todo sentido de la palabra, y progresismo entendido tanto desde una perspectiva tradicionalista como marxista. Esto pues la consolidación del imperio implicó superar una cultura basada en sacrificios rituales, canibalismo y esclavitud, además de muchas otras que todavía no salían de la "edad de piedra". Y es que en este sentido, no hay cómo justificar lo contrario, no es posible decir que no hubo desarrollo en todo aspecto desde la constitución del imperio español en adelante. Dentro de la misma clase noble azteca esto fue de público reconocimiento, ergo, entender la conquista española como la confrontación de buenos y malos, y no como parte de un proceso mayor donde hubo intereses (muchos de ellos nocivos, claro está) confrontados y cuyo resultado fue un salto evolutivo en la historia (entre otras cosas porque la escritura, la rueda, la pólvora, así como la arquitectura, la filosofía, y las proto-ciencias eran algo que se aportó desde España a América y no a la inversa, con excepciones) es un grave error a mi juicio. Evidentemente hubo muertes, porque una conquista como una guerra implica muertes e incluso masacres, pero no hubo genocidio, y mucho menos un acto depredador desde España a sus colonias.
Depredador es un imperio basado en factorías (Portugal) o en la opresión directa (Inglaterra) de los nativos mediante la matanza y robo-expolio de tierras reduciéndolos a reservas si es que no a la extinción. España no construyó factorías, construyó ciudades, universidades y hospitales. Y los indígenas fueron integrados desde un primer momento a través del trabajo, la educación e incluso la protección legal (que no sería la más adecuada y, a juicios actuales puede parecer muy retrógrada, pero muy superior comparativamente a su contexto, ya sea con lo que había antes de ellos o lo que había en ese mismo instante en Norteamérica, como también comparado con el imperialismo decimonónico en África), y por supuesto, el mestizaje español con el indígena (y luego el negro africano) habla de un fenómeno desconocido en las colonias francesas e inglesas.
Claro está que todo esto no se debe a una moralidad superior en España sino a otros factores completamente objetivos, vale la pena aclararlo.
Lo que me lleva a la segunda cuestión, "la cultura violenta" del mexicano (que se puede extender a toda Hispanoamérica).
Yo tengo muchos reparos cuando se trata de calificar, clasificar o asumir que un pueblo es "culturalmente X", esto pues primero que todo hay que entender a la cultura.
Si entendemos a la cultura, como un reflejo -no epifenomético- de las relaciones materiales, entonces el decir que un pueblo es X culturalmente, implica asumir que X es también producto o parte de dichas relaciones materiales. Y como tales son esencialmente dinámicas y tendientes al cambio.
Si decimos o afirmamos que México y en general toda América Hispana posee una cultura violenta como reflejo de unas relaciones sociales de producción tales, entonces la crítica cultural es a la vez una crítica a la posición de tales pueblos en un mercado determinado, ya sea verticalmente (función en la división axial del trabajo) como horizontalmente (ubicación geográfica), por ende, la crítica no puede ir a una idea abstracta como "la violación española en 1500" antes (mucho antes) de eventos y procesos mucho más contingentes como el libre comercio entre México y Estados Unidos, la demanda estadounidense de drogas, la invasión de Estados Unidos a México, el déficit estructural de cuenta corriente, la desindustrialización y un largo etcétera.
Es decir, puedo entender la cultura como reflejo de las relaciones materiales y darle a la misma una explicación en España y su conquista, pero no puedo hacer eso sin antes hablar de todo lo acontecido desde 1820 en adelante, por ende, cualquier análisis que pierda este foco y se centre en el imperio y la conquista es un análisis absurdo y muy elemental.
Por otra parte, si entendemos la cultura como cultura, es decir, como esta idea tan arraigada de que la cultura es solo manifestación de las ideas, entonces finalmente como la idea se origina en la idea, el mexicano -como el hispanoamericano- es culturalmente violento porque su cultura es inferior, y como es inferior, la única solución que hay es acabar consigo mismo ya sea en su existencia o a partir de un fenómeno de aculturación. Por esto me parece potencialmente muy peligroso entender un problema cultural solo como problema cultural, con un origen en la cultura, pues en el fondo es igual que decir que los negros rinden peor las pruebas estandarizadas porque son negros, cambiamos cultura por genética y quedamos igual.
Entiéndase que en Hispanoamérica el relato negrolegendario fue instalado en el debate público por los liberales, quienes con mucha diferencia de los conservadores, tendrían a observar en España el origen del retraso ya fuera porque no se dio la ilustración francesa que tanto admiraban, como no se dio la industrialización inglesa y/o alemana. Es por eso que conforme los liberales fueron instalándose en el poder, el modelo cultural que se asume busca distanciarse de España y olvidar lo "hispano" de la raíz, si a ello sumamos todo el relato internacional, la receta estaba dada para que, 100 años después, tras el surgimiento de nuevas ideas que hoy conocemos como "progresistas", el criticar a España como el imperio más sanguinario de la historia, el hablar de la hispanidad como motivo de vergüenza o retraso, fuera algo tan popular entre la izquierda cada vez más dominante (aunque entre los liberales del siglo XIX como Lastarria o Bilbao y los progresistas de fines de siglo hubo una izquierda americana bastante hispana como Fidel Castro, el Che y Haya de la Torre, no todo fue lineal en este aspecto).
Lo que quiero dejar en claro, es que cuando el hispanoamericano, ve en la hispanidad una causa de vergüenza por la razón que sea, lo que hace es entregarse, por activa, por pasiva, queriéndolo o no, a otro modelo de cultura que no le pertenece, como el indigenismo, o el estadounidense, y que además le es nocivo (porque ambos de una u otra forma buscan romper con su propia nación).
Saludos.