Réquiem por el bipartidismo en la política española

[José]

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Sí, claro, es quitar los partidos políticos y todo irá de puta madre.

Pero los borregos simplistas con ideas infantiles somos los demás

Y mientras tanto como Gran Demócrata, defendiendo a autoritarios como Trump y Putin

Y, ¿quién está a favor de quitar los partidos políticos? No entiendo.

Sí. Creo que algunos foreros sois borregos (que se somete fácilmente a la voluntad de otra persona/político sin rebelarse ni protestar) simplistas con ideas (y conclusiones) infantiles por cosas como la siguiente:

"Y mientras tanto como Gran Demócrata, defendiendo a autoritarios como Trump y Putin."

[liberal de izquierda]

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No es que quiera el sistema británico o francés en España. Quiero uno mejorado, en el cual los ciudadanos voten por candidatos, y no por partidos, como hacemos actualmente. Cada distrito vota a su representante en elecciones legislativas, y este los representa en el Congreso. Si este se desvía de la voluntad de sus representados, será cesado y sustituido por el suplente o se elegirá a otro representante. La elección se hará a doble vuelta, lo que hará que cada representado logre la mayoría absoluta (50 +1), obteniendo así la legitimación. Los representantes pueden figurar o no dentro de un partido, pero los partidos solo se sustentarán a través de sus afiliados y su merchandising. En Inglaterra, cualquier donación superior a 8 mil € ha de ser fiscalizada. De esta forma, evitan que puedan existir lobbies que influyan en la política de los partidos (algo que sucede en EEUU).

OK, pero ahora que simpatizas con Vox, tienes claro que con ese sistema electoral uninominal y a doble vuelta que propones, que es el que rige en Francia, Vox se quedaría afuera del Parlamento o con una representación muy magra, casi testimonial, como le ocurre al Partido de Marine Le Pen, que solo tiene 6 escaños de un total de 577 en la Asamblea Nacional Francesa, teniendo un caudal de votos en torno al 20 %, y eso ocurre, porque en la segunda vuelta, para evitar que la derecha radical ingrese al Parlamento, el resto de candidatos que no pudo ingresar a la segunda vuelta, apoya al candidato que si pudo, del partido que sea, para evitar un triunfo del candidato del partido de Le Pen.

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En las elecciones ejecutivas, lo mismo. Se vota directamente al presidente, a doble vuelta (si hiciera falta). De esta forma también quedaría legitimado con la mayoría absoluta. Y, por supuesto, el poder judicial sería completamente independiente.

OK, pero entonces propones que España mediante una reforma constitucional abandone su tradicional sistema parlamentario por uno de tipo semi-presidencial con doble vuelta como el que rige en Francia, o por un sistema presidencial con doble vuelta como el que rige en países como Brasil, Argentina, Chile, Colombia y la mayoría de los de Latinoamérica.

Saludos.

[José]

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OK, pero ahora que simpatizas con Vox, tienes claro que con ese sistema electoral uninominal y a doble vuelta que propones, que es el que rige en Francia, Vox se quedaría afuera del Parlamento o con una representación muy magra, casi testimonial, como le ocurre al Partido de Marine Le Pen, que solo tiene 6 escaños de un total de 577 en la Asamblea Nacional Francesa, teniendo un caudal de votos en torno al 20 %, y eso ocurre, porque en la segunda vuelta, para evitar que la derecha radical ingrese al Parlamento, el resto de candidatos que no pudo ingresar a la segunda vuelta, apoya al candidato que si pudo, del partido que sea, para evitar un triunfo del candidato del partido de Le Pen.

Trato de establecer el sistema democrático más justo y, a mi parecer, más legítimo; sin importar si con ello no favorezco a mi particular visión política.

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OK, pero entonces propones que España mediante una reforma constitucional abandone su tradicional sistema parlamentario por uno de tipo semi-presidencial con doble vuelta como el que rige en Francia, o por un sistema presidencial con doble vuelta como el que rige en países como Brasil, Argentina, Chile, Colombia y la mayoría de los de Latinoamérica. Saludos.

Si España fuera cualquier otro país, estaría a favor de un sistema presidencial. Ahora bien, en ocasiones he dicho que en España son monárquico por miedo a que un Sánchez o un Iglesias (o un Chávez) se pudiera hacer con el control absoluto, sin un poder superior que pudiera deponerlo mediante una moción de censura. Estoy dubitativo.

[SanTelmo]

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OK, pero ahora que simpatizas con Vox, tienes claro que con ese sistema electoral uninominal y a doble vuelta que propones, que es el que rige en Francia, Vox se quedaría afuera del Parlamento o con una representación muy magra, casi testimonial, como le ocurre al Partido de Marine Le Pen, que solo tiene 6 escaños de un total de 577 en la Asamblea Nacional Francesa, teniendo un caudal de votos en torno al 20 %, y eso ocurre, porque en la segunda vuelta, para evitar que la derecha radical ingrese al Parlamento, el resto de candidatos que no pudo ingresar a la segunda vuelta, apoya al candidato que si pudo, del partido que sea, para evitar un triunfo del candidato del partido de Le Pen.

Trato de establecer el sistema democrático más justo y, a mi parecer, más legítimo; sin importar si con ello no favorezco a mi particular visión política.

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OK, pero entonces propones que España mediante una reforma constitucional abandone su tradicional sistema parlamentario por uno de tipo semi-presidencial con doble vuelta como el que rige en Francia, o por un sistema presidencial con doble vuelta como el que rige en países como Brasil, Argentina, Chile, Colombia y la mayoría de los de Latinoamérica. Saludos.

Si España fuera cualquier otro país, estaría a favor de un sistema presidencial. Ahora bien, en ocasiones he dicho que en España son monárquico por miedo a que un Sánchez o un Iglesias (o un Chávez) se pudiera hacer con el control absoluto, sin un poder superior que pudiera deponerlo mediante una moción de censura. Estoy dubitativo.

Hablas como si el Rey pudiera deponer a alguien hoy en día.

[Edison]

A esto se le llama coherencia. Hay que quitar los partidos y que mande uno que nadie haya votado.
Bueno, ya lo decía Franco: "usted haga como yo, no se meta en política".

[gálvez]

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No es que quiera el sistema británico o francés en España. Quiero uno mejorado, en el cual los ciudadanos voten por candidatos, y no por partidos, como hacemos actualmente. Cada distrito vota a su representante en elecciones legislativas, y este los representa en el Congreso. Si este se desvía de la voluntad de sus representados, será cesado y sustituido por el suplente o se elegirá a otro representante. La elección se hará a doble vuelta, lo que hará que cada representado logre la mayoría absoluta (50 +1), obteniendo así la legitimación. Los representantes pueden figurar o no dentro de un partido, pero los partidos solo se sustentarán a través de sus afiliados y su merchandising. En Inglaterra, cualquier donación superior a 8 mil € ha de ser fiscalizada. De esta forma, evitan que puedan existir lobbies que influyan en la política de los partidos (algo que sucede en EEUU).

OK, pero ahora que simpatizas con Vox, tienes claro que con ese sistema electoral uninominal y a doble vuelta que propones, que es el que rige en Francia, Vox se quedaría afuera del Parlamento o con una representación muy magra, casi testimonial, como le ocurre al Partido de Marine Le Pen, que solo tiene 6 escaños de un total de 577 en la Asamblea Nacional Francesa, teniendo un caudal de votos en torno al 20 %, y eso ocurre, porque en la segunda vuelta, para evitar que la derecha radical ingrese al Parlamento, el resto de candidatos que no pudo ingresar a la segunda vuelta, apoya al candidato que si pudo, del partido que sea, para evitar un triunfo del candidato del partido de Le Pen.

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En las elecciones ejecutivas, lo mismo. Se vota directamente al presidente, a doble vuelta (si hiciera falta). De esta forma también quedaría legitimado con la mayoría absoluta. Y, por supuesto, el poder judicial sería completamente independiente.

OK, pero entonces propones que España mediante una reforma constitucional abandone su tradicional sistema parlamentario por uno de tipo semi-presidencial con doble vuelta como el que rige en Francia, o por un sistema presidencial con doble vuelta como el que rige en países como Brasil, Argentina, Chile, Colombia y la mayoría de los de Latinoamérica.

Saludos.

Un apunte sobre el debate que teneis : creo que tiene algo de falso dilema

LAs opciones posibles no son solo dos.
Es decir no es un dilema solo entre elección uninominal por distrito o listas cerradas por partidos con elecciones representativas.

Podrían darse elecciones en circunscripciones no uninominales, con listas abiertas.
Es decir, no estar cerrada por el partido, y que pudiesen salir varios candidatos por circunscripción....
De ese modo no tendrían tanto poder los partidos y habría una pluralidad mas representada

saludos

[José]

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A esto se le llama coherencia. Hay que quitar los partidos y que mande uno que nadie haya votado.
Bueno, ya lo decía Franco: "usted haga como yo, no se meta en política".

¿En serio esa es la conclusión que sacas?

[José]

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Hablas como si el Rey pudiera deponer a alguien hoy en día.

Es muy poco probable que lo haga, casi imposible hoy en día, pero recuerda que ostenta la jefatura del Estado y el mando supremo de las Fuerzas Armadas. Si España fuera una superpotencia y a Felipe VI se le planta en el nabo que quiere gobernar el país (y siente que tiene sus partidarios en la sociedad), a ver quién le para.

[liberal de izquierda]

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Un apunte sobre el debate que teneis : creo que tiene algo de falso dilema

LAs opciones posibles no son solo dos.
Es decir no es un dilema solo entre elección uninominal por distrito o listas cerradas por partidos con elecciones representativas.

Podrían darse elecciones en circunscripciones no uninominales, con listas abiertas.
Es decir, no estar cerrada por el partido, y que pudiesen salir varios candidatos por circunscripción....
De ese modo no tendrían tanto poder los partidos y habría una pluralidad mas representada

saludos

Hola gálvez, ni yo ni José dijimos en ningún momento que esas eran las únicas dos opciones posibles, solo estamos debatiendo los pro y los contras de las opciones que José prefiere, que por supuesto ambos sabemos que no son las únicas. De hecho, en un mensaje mío anterior al que acabas de citar, yo le propuse a José el sistema electoral alemán, que es mixto, combina parlamentarios elegidos por distritos uninominales con parlamentarios elegidos en distritos plurinominales, ese sistema también rige en Escocia, se ve que no lo has leído, por eso a continuación lo cito:

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¿Porqué mejor no pensar en un sistema electoral como el alemán para España?, que es mixto, una mitad de los escaños del Bundestag se elige por sistema uninominal o first-past-the post (un parlamentario por circunscripción, y el candidato más votado se queda con el escaño, tal como ocurre en Gran Bretaña), mientras que la otra mitad se elige por sistema plurinominal proporcional (varios parlamentarios por circunscripción a través de listas electorales de partidos, y todos los partidos que obtienen el 5 % de los votos obtienen representación parlamentaria).

El sistema electoral alemán se llama "proporcional personalizado", porque el votante alemán tiene dos votos, uno para elegir al parlamentario representante de su distrito electoral local (entre 100.000 y 200.000 habitantes) y otro para elegir a una lista partidaria a nivel estatal de varios parlamentarios. Ejemplo: un ciudadano alemán residente en el distrito electoral de Múnich Este, tiene dos votos, en uno de ellos, llamado primer voto, el ciudadano elige al parlamentario representante de su distrito local de Munich Este en el Bundestag, mientras que en el segundo voto, elige una lista partidaria de varios parlamentarios que representarán al estado de Baviera en el Bundestag.

Muchos analistas dicen que este sistema mixto es el ideal porque mantiene la relación directa del votante local con su representante local y a su vez permite que los partidos que no pudieron obtener escaños a nivel local, los obtengan a nivel estatal, logrando una representación parlamentaria más justa según los deseos de todos los votantes.

gálvez, ¿tu que opinas del sistema electoral alemán, llamado proporcional personalizado, como una opción para reemplazar al sistema electoral español proporcional de listas cerradas?

Saludos.

[liberal de izquierda]

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Trato de establecer el sistema democrático más justo y, a mi parecer, más legítimo; sin importar si con ello no favorezco a mi particular visión política.

Me parece bien, muestras coherencia en eso, mis sistemas electorales preferidos son el alemán y el escocés, porque son mixtos, mezclan elección por distritos uninominales con elección por distritos plurinominales.

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Si España fuera cualquier otro país, estaría a favor de un sistema presidencial. Ahora bien, en ocasiones he dicho que en España son monárquico por miedo a que un Sánchez o un Iglesias (o un Chávez) se pudiera hacer con el control absoluto, sin un poder superior que pudiera deponerlo mediante una moción de censura. Estoy dubitativo.

Bueno, así como en los sistemas parlamentarios está la moción de censura, en los sistemas presidencialistas existe la institución constitucional del juicio político o impeachment para destituir a los Presidentes, Vicepresidentes, Gobernadores de los Estados, y Jueces de la Suprema Corte de Justicia Federal, por mal desempeño e incumplimiento de sus deberes de funcionario público. También en Estados Unidos, existe la opción de revocación de mandato para algunos de los Gobernadores de los Estados, como ocurre por ejemplo en California. Si el pueblo de California logra juntar un número determinado de firmas, se inicia un proceso de revocación de mandato del Gobernador del Estado, y los californianos deben decidir por voto popular si el gobernador continua en sus funciones o si es cesado. Hace poco se activo ese proceso en California y el gobernador demócrata lo superó y continuó al frente del gobierno:

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El gobernador demócrata de California, Gavin Newsom, superó la revocatoria

Con un abrumador 65 % de los votos, el gobernador del estado de California, Gavin Newsom, aseguró su continuidad en el cargo, superando el referendo revocatorio en su contra.

Con resultados aún provisionales, el 65 % de los votos fueron para el 'No', frente al 35 % que exigió su renuncia.

De esta forma, los electores volvieron a dar confianza a Newsom, validando su gestión de la pandemia, a la lucha contra los incendios, a sus iniciativas liberales en cuestiones LGBTI y a sus políticas contra el crimen.

"Me siento honrado y agradecido con los millones y millones de californianos que ejercieron su derecho fundamental al voto", dijo Newsom en un discurso de victoria el martes por la noche en la capital del estado de Sacramento.

Después, en Twitter, dejó un escueto y directo mensaje: "Ahora, volvamos al trabajo".

https://www.france24.com/es/ee-uu-y-can ... ia-mandato

Saludos.

[gálvez]

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Un apunte sobre el debate que teneis : creo que tiene algo de falso dilema

LAs opciones posibles no son solo dos.
Es decir no es un dilema solo entre elección uninominal por distrito o listas cerradas por partidos con elecciones representativas.

Podrían darse elecciones en circunscripciones no uninominales, con listas abiertas.
Es decir, no estar cerrada por el partido, y que pudiesen salir varios candidatos por circunscripción....
De ese modo no tendrían tanto poder los partidos y habría una pluralidad mas representada

saludos

Hola gálvez, ni yo ni José dijimos en ningún momento que esas eran las únicas dos opciones posibles, solo estamos debatiendo los pro y los contras de las opciones que José prefiere, que por supuesto ambos sabemos que no son las únicas. De hecho, en un mensaje mío anterior al que acabas de citar, yo le propuse a José el sistema electoral alemán, que es mixto, combina parlamentarios elegidos por distritos uninominales con parlamentarios elegidos en distritos plurinominales, ese sistema también rige en Escocia, se ve que no lo has leído, por eso a continuación lo cito:

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¿Porqué mejor no pensar en un sistema electoral como el alemán para España?, que es mixto, una mitad de los escaños del Bundestag se elige por sistema uninominal o first-past-the post (un parlamentario por circunscripción, y el candidato más votado se queda con el escaño, tal como ocurre en Gran Bretaña), mientras que la otra mitad se elige por sistema plurinominal proporcional (varios parlamentarios por circunscripción a través de listas electorales de partidos, y todos los partidos que obtienen el 5 % de los votos obtienen representación parlamentaria).

El sistema electoral alemán se llama "proporcional personalizado", porque el votante alemán tiene dos votos, uno para elegir al parlamentario representante de su distrito electoral local (entre 100.000 y 200.000 habitantes) y otro para elegir a una lista partidaria a nivel estatal de varios parlamentarios. Ejemplo: un ciudadano alemán residente en el distrito electoral de Múnich Este, tiene dos votos, en uno de ellos, llamado primer voto, el ciudadano elige al parlamentario representante de su distrito local de Munich Este en el Bundestag, mientras que en el segundo voto, elige una lista partidaria de varios parlamentarios que representarán al estado de Baviera en el Bundestag.

Muchos analistas dicen que este sistema mixto es el ideal porque mantiene la relación directa del votante local con su representante local y a su vez permite que los partidos que no pudieron obtener escaños a nivel local, los obtengan a nivel estatal, logrando una representación parlamentaria más justa según los deseos de todos los votantes.

gálvez, ¿tu que opinas del sistema electoral alemán, llamado proporcional personalizado, como una opción para reemplazar al sistema electoral español proporcional de listas cerradas?

Saludos.

PArece una opción equilibrada.

Creo que en España para el senado realizas una serie de votos a personas que puedes repartir incluso entre varios partidos y no necesariamente respeta el órden de lista.

LA idea sería la misma filosofía que en el reino unido (que el parlamentario depende mas para su reelección del electorado de su distrito que del número de lista en que lo situe su partido) y un sistema cómo el nuestro , donde se elge no un solo diputado por circunscripción, sino varios, para que el modelo tenga representatividad.

saludos

[Roronoa Zoro]

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A esto se le llama coherencia. Hay que quitar los partidos y que mande uno que nadie haya votado.
Bueno, ya lo decía Franco: "usted haga como yo, no se meta en política".

Lo que hay que hacer es acabar con la partitocracia que solo perjudica a los ciudadanos. Y que se implante la tecnocracia y que se elijan a gente capaces sin afiliación politica durante 4 años. Y que a los 4 años se vuelva a votar. Y a su vez que se implante lo de suiza de que se hagan referendum para los temas trascendentales.

[Edison]

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A esto se le llama coherencia. Hay que quitar los partidos y que mande uno que nadie haya votado.
Bueno, ya lo decía Franco: "usted haga como yo, no se meta en política".

Lo que hay que hacer es acabar con la partitocracia que solo perjudica a los ciudadanos. Y que se implante la tecnocracia y que se elijan a gente capaces sin afiliación politica durante 4 años. Y que a los 4 años se vuelva a votar. Y a su vez que se implante lo de suiza de que se hagan referendum para los temas trascendentales.

Bueno, eso de la tecnocracia ya lo hemos conocido, no es algo nuevo. De hecho es bastante antiguo.

[jordi]

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A esto se le llama coherencia. Hay que quitar los partidos y que mande uno que nadie haya votado.
Bueno, ya lo decía Franco: "usted haga como yo, no se meta en política".

Lo que hay que hacer es acabar con la partitocracia que solo perjudica a los ciudadanos. Y que se implante la tecnocracia y que se elijan a gente capaces sin afiliación politica durante 4 años. Y que a los 4 años se vuelva a votar. Y a su vez que se implante lo de suiza de que se hagan referendum para los temas trascendentales.

¿Sin afiliación política?

Oiga un estado es un ente político, va a ser muy difícil gestionar un estado sin politica y políticos.

[Roronoa Zoro]

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A esto se le llama coherencia. Hay que quitar los partidos y que mande uno que nadie haya votado.
Bueno, ya lo decía Franco: "usted haga como yo, no se meta en política".

Lo que hay que hacer es acabar con la partitocracia que solo perjudica a los ciudadanos. Y que se implante la tecnocracia y que se elijan a gente capaces sin afiliación politica durante 4 años. Y que a los 4 años se vuelva a votar. Y a su vez que se implante lo de suiza de que se hagan referendum para los temas trascendentales.

Bueno, eso de la tecnocracia ya lo hemos conocido, no es algo nuevo. De hecho es bastante antiguo.

Pues como todo. No existe forma de gobierno que se considere como inedito. Y desde luego es la mejor forma porque se votaría a personas y no a partidos politicos.

[Roronoa Zoro]

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A esto se le llama coherencia. Hay que quitar los partidos y que mande uno que nadie haya votado.
Bueno, ya lo decía Franco: "usted haga como yo, no se meta en política".

Lo que hay que hacer es acabar con la partitocracia que solo perjudica a los ciudadanos. Y que se implante la tecnocracia y que se elijan a gente capaces sin afiliación politica durante 4 años. Y que a los 4 años se vuelva a votar. Y a su vez que se implante lo de suiza de que se hagan referendum para los temas trascendentales.

¿Sin afiliación política?

Oiga un estado es un ente político, va a ser muy difícil gestionar un estado sin politica y políticos.

Fijate lo que te digo en el parlamento actual la mejor idea del mundo sería criticada por los del partido politico contrario. Si lo hiciera podemos o el psoe, sería criticado por pp y vox. Y si fuera propuesta por Vox o pp pues sería criticada por Psoe y podemos. Para eso sirven los partidos politicos, para provocar enfrentamientos sociales.

Es decir, son incapaces de decir que la propuesta del contrario es buena, incapaces. Pues ese es el problema de la partitocracia. Que las ideas no se defienden o critican en base a argumentos racionales sino emocionales. Vamos que es un dialogo de besugos.

Eso con una tecnocracia sin afiliación politica no sucedería. Sino que ahi las ideas y propuestas se criticarían o defenderían en base a argumentos de gente que sepa del tema. Y no como ahora que las critican o apoyan gente que no tiene ni idea del tema que se habla. Por eso con la hemeroteca les pillan facilmente en mentiras o en contradicciones.

[jordi]

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A esto se le llama coherencia. Hay que quitar los partidos y que mande uno que nadie haya votado.
Bueno, ya lo decía Franco: "usted haga como yo, no se meta en política".

Lo que hay que hacer es acabar con la partitocracia que solo perjudica a los ciudadanos. Y que se implante la tecnocracia y que se elijan a gente capaces sin afiliación politica durante 4 años. Y que a los 4 años se vuelva a votar. Y a su vez que se implante lo de suiza de que se hagan referendum para los temas trascendentales.

¿Sin afiliación política?

Oiga un estado es un ente político, va a ser muy difícil gestionar un estado sin politica y políticos.

Fijate lo que te digo en el parlamento actual la mejor idea del mundo sería criticada por los del partido politico contrario. Si lo hiciera podemos o el psoe, sería criticado por pp y vox. Y si fuera propuesta por Vox o pp pues sería criticada por Psoe y podemos. Para eso sirven los partidos politicos, para provocar enfrentamientos sociales.

Es decir, son incapaces de decir que la propuesta del contrario es buena, incapaces. Pues ese es el problema de la partitocracia. Que las ideas no se defienden o critican en base a argumentos racionales sino emocionales. Vamos que es un dialogo de besugos.

Eso con una tecnocracia sin afiliación politica no sucedería. Sino que ahi las ideas y propuestas se criticarían o defenderían en base a argumentos de gente que sepa del tema. Y no como ahora que las critican o apoyan gente que no tiene ni idea del tema que se habla. Por eso con la hemeroteca les pillan facilmente en mentiras o en contradicciones.

Lo que usted quiere es algún tipo de casta intocable. No va a funcionar un estado con semejante tipo de gestión. Que alguien "sabe" de un tema no implica que es un buen gestor o que toma decisiones sensatas y mucho menos que va a interesarse por el "bien común".

[SanTelmo]

Pongo el tocho entero porque es premium, pero es una lectura muy certera de la situación actual de la política.

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En 2019, con motivo de las últimas elecciones generales, Pablo Casado, entonces el aspirante a presidente más joven, se sometió a un test en este periódico junto a otros candidatos de la generación EGB en el que se les invitaba a mojarse en cuestiones tan trascendentales para nuestra democracia como si eran más de nocilla o de nutella, cuál era el primer Mundial de fútbol que recordaban o cuántas cifras tenía su primera nómina.

Entre todas las preguntas había una que decía: "¿En qué es usted realmente bueno fuera de la política?". Y Pablo Casado respondió que él era muy bueno en bricolaje y jardinería.

La respuesta, más allá de la guasa electoral, esconde un drama: que quizá Casado no mentía. Que era nocillista convencido, que vibró con Italia'90 y cobró 1.700 euros en su primer curro y también que, si le quitaban la política, sólo le quedaba montar muebles de Ikea o podar un bonsai. Qué remedio.

El todavía líder del Partido Popular tiene hoy 41 años y lleva en política desde los 23, más de media vida. En 2004 se afilió al partido, sólo un año más tarde ya era presidente de Nuevas Generaciones de la Comunidad de Madrid, y luego encadenó los cargos de diputado autonómico, portavoz, jefe de gabinete, diputado en las Cortes, vicesecretario general y presidente de su formación.

Y su caso no es, ni de lejos, una excepción. Si repasan la nómina de protagonistas del esperpento popular de los últimos días, el enésimo episodio de descrédito de nuestra clase dirigente, verán que el patrón se repite casi siempre. Teodoro García Egea tiene 37 años y lleva en esto desde los 22, cuando empezó a compaginar su puesto de concejal en Cieza con el de campeón del mundo en lanzamiento de hueso de aceituna. Teo es otro producto de NNGG, como Ángel Carromero, político profesional desde los 21, o incluso Isabel Díaz Ayuso, que acumula ya 17 años trabajando para el partido.

Si nos alejamos de la calle Génova, el panorama no es mucho mejor. Irene Montero, Adriana Lastra, Santiago Abascal... Hasta el propio presidente del Gobierno ha crecido amamantado por las siglas, sin más currículum fuera de la política que unos meses como profesor universitario.

"Alguien que a los 18 años quiere dedicarse a la política es un peligro público", escribió esta semana en Twitter el ex diputado de Podemos Ramón Espinar en plena inmolación televisada del PP. Espinar, que huyó de la primera línea en 2019, publicó dos mensajes en la red social en los que se sumó a quienes atribuyen la gigantesca crisis de los populares al excesivo poder que habían ido acumulando sus cachorros en los últimos años. "No puede ser más certera la crítica ni tener más que ver con la ruina actual de las direcciones políticas", escribía. "Ahí se entra a medrar. Un chaval que quiere cambiar las cosas no se mete en un partido. Nunca".

Algo parecido dijo el ex ministro Ángel Gabilondo, hoy Defensor del Pueblo, cuando le preguntaron hace años si algún día se había imaginado sentado en el Gobierno. "A mí me parece que la gente que espera ser ministro es un peligro social", respondió entonces. "Otra cosa es que uno esté dentro de unas responsabilidades y de unos compromisos de los cuales puede derivarse que un día te veas metido en esto. Pero esperarlo... Esos que desde el vientre de su madre ya piensan en el momento en que van a ser ministros me parecen gente peligrosa".

Un reciente estudio de la Universidad de Oxford señalaba que sólo existe un 1% de personas en el mundo que se puedan catalogar como psicópatas. El mismo estudio advertía, sin embargo, que la política es una de las diez profesiones en la que es más fácil dar con uno de ellos. (Otra es el periodismo, pero ese es otro asunto...) Entre sus rasgos destacan la egolatría, la falta de empatía con el sufrimiento ajeno, la capacidad de manipulación, el narcisismo, el egoísmo, la visión exagerada de su valía... Repasen la hemeroteca de los últimos días.

"La razón noble para aproximarse a la política siempre es un enredo colectivo, un proyecto que compartes y que te lleva a la representación institucional, una cosa muy noble que se hace por vocación de servicio público y por unas ideas", amplía por teléfono Ramón Espinar. "Sin embargo, cuando uno se mete en las juventudes de los partidos para hacer carrera, la cosa se complica. Y el problema no es cómo entran esos jóvenes, sino cómo salen. Lo que debería ser una palanca de la sociedad para dar voz a los jóvenes es, en realidad, una escuela de cuadros, donde los chavales no se organizan colectivamente para resolver problemas o discutir de valores, sino que están aprendiendo cómo se aparateja, cómo se asesina políticamente, qué cosas no tienes que decir y a quién no tienes que molestar si quieres prosperar... Aprenden lo peor de la política desde muy jóvenes".

El resultado es que España es ya uno de los países que peor valora la gestión de sus dirigentes. Según la última encuesta del CIS, sólo la crisis económica, el coronavirus y el paro preocupan más que nuestros políticos. El circo de los últimos días sólo habrá agravado aún más el problema.

"La clase política que tenemos es fruto del problema de funcionamiento interno de los partidos que llevamos arrastrando muchos años", lamenta Elisa de la Nuez, abogada del Estado y secretaria general de la Fundación Hay Derecho. "Ha habido un cambio generacional en todos los partidos y han surgido nuevas formaciones, pero los vicios y los defectos estructurales siguen siendo exactamente los mismos: el caudillismo, la falta de contrapesos internos y voces críticas, la ausencia de un debate tranquilo, la incapacidad para atraer talento... Esto nos deja un perfil de líderes que saben progresar en el partido, pero no sirven para gobernar".

Hace casi una década, cerca de 100 intelectuales presentaron en el Círculo de Bellas Artes de Madrid una iniciativa que reclamaba la reforma de la Ley de partidos. El escenario que dibujaba el arranque de su manifiesto resulta estremecedoramente actual: "La sociedad española asiste preocupada y escandalizada al deterioro de la política. Tras 35 años de democracia, los partidos funcionan mal. Tal y como muestran todas las encuestas, los ciudadanos sienten que el nivel de los políticos está por debajo de las exigencias de los problemas que afronta el país. Hay una crisis de confianza en la política y no podemos seguir así".

Y el caso es que sí podíamos seguir así. En ello estamos. "El problema de esta gente es que la única cultura, la única organización que conocen, son las juventudes del partido primero y el propio partido después", insiste De la Nuez, una de las promotoras de aquel manifiesto de 2013. "Crecen en una burbuja muy distorsionada, muy alejados de la realidad de lo que supone un puesto de trabajo normal. Es un problema para el propio funcionamiento interno del partido y, por supuesto, para la gestión de lo público cuando dan el salto a manejar un presupuesto. A mí no me parece que sea casualidad esto que ha pasado en el PP esté protagonizado precisamente por gente cuya única trayectoria profesional es su partido. Nadie que haya trabajado en una tienda, en una empresa en un periódico o en un despacho se comportaría de la forma tan asombrosa como esta gente. Da la sensación de que las reglas que ellos manejan son muy diferentes a las que rigen cualquier organización normal".

Recuerden aquella noche de octubre de 2016, cuando el aparato del PSOE ejecutó a Pedro Sánchez en un bochornoso comité federal amenizado por una banda de mariachis y un palé de pizzas. A un lado, Susana Díaz, miembro de las Juventudes Socialistas desde los 17. Al otro, Pedro Sánchez, afiliado desde los 21. ¿Se acuerdan también de los navajeos en Podemos cuando pablistas y errejoners convirtieron sus guerras internas en un capítulo de Vistalegre 90210?

"Las últimas guerras de todos los partidos políticos han estado protagonizadas por productos de sus juventudes. Todas. Pedro y Susana, esto del PP, incluso en lo nuestro teníamos a la facción que venía de las juventudes comunistas...", apunta Espinar. "Siempre que hay un papel protagónico de las juventudes en lo orgánico de un partido hay lío, siempre, siempre. Nunca se habla de lo que defiendes en términos de política, sino sobre con quién te alineas en términos de poder interno. Ya no eres liberal, ecologista o feminista, eres de un bando o de otro. Se sustituye permanentemente el debate político por la pelea de poder. Y no es un problema de mediocridad: es un problema de cómo te enseñan a desenvolverte dentro de un partido".

Aquella protesta de hace casi 10 años en el Círculo de Bellas Artes exigía un sistema que no permitiera a los partidos políticos seguir autorregulándose como entidades privadas -"como si fueran un club de fútbol", decía-, y enumeraba siete reformas urgentes, habituales en las democracias europeas, entre ellas la celebración de congresos con una fecha fija, el control de las directivas internas, la celebración de primarias, los mandatos limitados y la introducción de comisiones independientes... pero no, curiosamente, la eliminación de las juventudes de los partidos.

La gran crisis económica y el estallido del 15-M, aquellos gritos de no nos representan, el desplome del bipartidismo y la irrupción de la llamada nueva política derivó en una demanda generalizada de primarias y de participación de las bases a la que se sumaron, con más o menos entusiasmo, todas las formaciones. ¿Sirvió de algo? La respuesta parece evidente. Incluso aquellos partidos que supuestamente se nutrían de profesionales ajenos a la política, como Podemos o Ciudadanos, acabaron devorados por los peores vicios del poder.

"El caso de Ciudadanos fue notorio", lamenta Francesc de Carreras, catedrático emérito de Derecho Constitucional en la Universidad Autónoma de Barcelona y uno de los primeros impulsores de la formación que acabó liderando Albert Rivera. Carreras es especialmente crítico con el funcionamiento de las primarias en nuestro país, "un sistema perverso que deriva en una dictadura dentro del partido".

"Lo que provocan es que un partido se rompa en dos bandos y que el bando que gana desconfíe del otro y sólo se rodee sólo de fieles, normalmente de aquellos que no han tenido otro oficio en su vida fuera del partido", lamenta. "El resultado es que se reduce todavía más la capacidad en partidos que ya de por sí tienen gente poco preparada. Esta forma de selección que tiene nuestra clase política es un desastre".

La dinámica partidista, con su alergia a la disidencia interna, acaba por expulsar a los más capaces y premia con los mejores puestos a los apparatchiks curtidos en las juventudes. "¿Qué persona con una mínima carrera profesional querría hoy entrar en política?", se pregunta Elisa de la Nuez. "A los políticos les interesa tener un modelo que garantiza que nunca haya una oposición interna digna de tal nombre y escuchar sólo a una cohorte que esté a muerte con el que mande, al menos hasta que mande otro. Es la lealtad de la mafia y cada vez está en manos de gente más joven y con menos experiencia, que tienen que matar para defender su puesto porque con 40 años ya no tienen dónde colocarse fuera de la política".

Y todo esto, a una velocidad de vértigo. Hace sólo dos semanas, tras la victoria del PP en las elecciones de Castilla y León, Pablo Casado anunciaba el inicio de "un ciclo imparable" de su partido que acabaría con él en La Moncloa. Sólo cuatro días después el mismo partido entraba en un proceso de putrefacción (también imparable) que ha acabado con el propio Casado rumbo al paro.

"En descargo de esta generación 3.0 de la política hay que decir que les ha tocado vivir un tiempo acelerado", matiza Pere Vilanova, catedrático de Ciencia Política de la Universidad de Barcelona. "Es cierto que llevan en el cargo desde la primera comunión y creciendo en un ambiente corrompido y espeso, pero también es verdad que vivimos ahora una época marcada por las redes, la velocidad de comunicación, la aceleración... Cuanto más rápido circula todo, menos tiempo tienen para reflexionar los que toman decisiones y por esto se equivocan tanto. No es que sean más tontos, es que tienen más prisa".

Y así, cualquier día, con las prisas, montas un incendio en tu partido que te acaba achicharrando a ti. O un periodista te pregunta: "¿En qué es usted realmente bueno fuera de la política?". Y no te queda otra que reconocer que quizás se te den bien el bricolaje y la jardinería.

https://www.elmundo.es/papel/historias/ ... b4575.html

[gálvez]

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Pongo el tocho entero porque es premium, pero es una lectura muy certera de la situación actual de la política.

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En 2019, con motivo de las últimas elecciones generales, Pablo Casado, entonces el aspirante a presidente más joven, se sometió a un test en este periódico junto a otros candidatos de la generación EGB en el que se les invitaba a mojarse en cuestiones tan trascendentales para nuestra democracia como si eran más de nocilla o de nutella, cuál era el primer Mundial de fútbol que recordaban o cuántas cifras tenía su primera nómina.

Entre todas las preguntas había una que decía: "¿En qué es usted realmente bueno fuera de la política?". Y Pablo Casado respondió que él era muy bueno en bricolaje y jardinería.

La respuesta, más allá de la guasa electoral, esconde un drama: que quizá Casado no mentía. Que era nocillista convencido, que vibró con Italia'90 y cobró 1.700 euros en su primer curro y también que, si le quitaban la política, sólo le quedaba montar muebles de Ikea o podar un bonsai. Qué remedio.

El todavía líder del Partido Popular tiene hoy 41 años y lleva en política desde los 23, más de media vida. En 2004 se afilió al partido, sólo un año más tarde ya era presidente de Nuevas Generaciones de la Comunidad de Madrid, y luego encadenó los cargos de diputado autonómico, portavoz, jefe de gabinete, diputado en las Cortes, vicesecretario general y presidente de su formación.

Y su caso no es, ni de lejos, una excepción. Si repasan la nómina de protagonistas del esperpento popular de los últimos días, el enésimo episodio de descrédito de nuestra clase dirigente, verán que el patrón se repite casi siempre. Teodoro García Egea tiene 37 años y lleva en esto desde los 22, cuando empezó a compaginar su puesto de concejal en Cieza con el de campeón del mundo en lanzamiento de hueso de aceituna. Teo es otro producto de NNGG, como Ángel Carromero, político profesional desde los 21, o incluso Isabel Díaz Ayuso, que acumula ya 17 años trabajando para el partido.

Si nos alejamos de la calle Génova, el panorama no es mucho mejor. Irene Montero, Adriana Lastra, Santiago Abascal... Hasta el propio presidente del Gobierno ha crecido amamantado por las siglas, sin más currículum fuera de la política que unos meses como profesor universitario.

"Alguien que a los 18 años quiere dedicarse a la política es un peligro público", escribió esta semana en Twitter el ex diputado de Podemos Ramón Espinar en plena inmolación televisada del PP. Espinar, que huyó de la primera línea en 2019, publicó dos mensajes en la red social en los que se sumó a quienes atribuyen la gigantesca crisis de los populares al excesivo poder que habían ido acumulando sus cachorros en los últimos años. "No puede ser más certera la crítica ni tener más que ver con la ruina actual de las direcciones políticas", escribía. "Ahí se entra a medrar. Un chaval que quiere cambiar las cosas no se mete en un partido. Nunca".

Algo parecido dijo el ex ministro Ángel Gabilondo, hoy Defensor del Pueblo, cuando le preguntaron hace años si algún día se había imaginado sentado en el Gobierno. "A mí me parece que la gente que espera ser ministro es un peligro social", respondió entonces. "Otra cosa es que uno esté dentro de unas responsabilidades y de unos compromisos de los cuales puede derivarse que un día te veas metido en esto. Pero esperarlo... Esos que desde el vientre de su madre ya piensan en el momento en que van a ser ministros me parecen gente peligrosa".

Un reciente estudio de la Universidad de Oxford señalaba que sólo existe un 1% de personas en el mundo que se puedan catalogar como psicópatas. El mismo estudio advertía, sin embargo, que la política es una de las diez profesiones en la que es más fácil dar con uno de ellos. (Otra es el periodismo, pero ese es otro asunto...) Entre sus rasgos destacan la egolatría, la falta de empatía con el sufrimiento ajeno, la capacidad de manipulación, el narcisismo, el egoísmo, la visión exagerada de su valía... Repasen la hemeroteca de los últimos días.

"La razón noble para aproximarse a la política siempre es un enredo colectivo, un proyecto que compartes y que te lleva a la representación institucional, una cosa muy noble que se hace por vocación de servicio público y por unas ideas", amplía por teléfono Ramón Espinar. "Sin embargo, cuando uno se mete en las juventudes de los partidos para hacer carrera, la cosa se complica. Y el problema no es cómo entran esos jóvenes, sino cómo salen. Lo que debería ser una palanca de la sociedad para dar voz a los jóvenes es, en realidad, una escuela de cuadros, donde los chavales no se organizan colectivamente para resolver problemas o discutir de valores, sino que están aprendiendo cómo se aparateja, cómo se asesina políticamente, qué cosas no tienes que decir y a quién no tienes que molestar si quieres prosperar... Aprenden lo peor de la política desde muy jóvenes".

El resultado es que España es ya uno de los países que peor valora la gestión de sus dirigentes. Según la última encuesta del CIS, sólo la crisis económica, el coronavirus y el paro preocupan más que nuestros políticos. El circo de los últimos días sólo habrá agravado aún más el problema.

"La clase política que tenemos es fruto del problema de funcionamiento interno de los partidos que llevamos arrastrando muchos años", lamenta Elisa de la Nuez, abogada del Estado y secretaria general de la Fundación Hay Derecho. "Ha habido un cambio generacional en todos los partidos y han surgido nuevas formaciones, pero los vicios y los defectos estructurales siguen siendo exactamente los mismos: el caudillismo, la falta de contrapesos internos y voces críticas, la ausencia de un debate tranquilo, la incapacidad para atraer talento... Esto nos deja un perfil de líderes que saben progresar en el partido, pero no sirven para gobernar".

Hace casi una década, cerca de 100 intelectuales presentaron en el Círculo de Bellas Artes de Madrid una iniciativa que reclamaba la reforma de la Ley de partidos. El escenario que dibujaba el arranque de su manifiesto resulta estremecedoramente actual: "La sociedad española asiste preocupada y escandalizada al deterioro de la política. Tras 35 años de democracia, los partidos funcionan mal. Tal y como muestran todas las encuestas, los ciudadanos sienten que el nivel de los políticos está por debajo de las exigencias de los problemas que afronta el país. Hay una crisis de confianza en la política y no podemos seguir así".

Y el caso es que sí podíamos seguir así. En ello estamos. "El problema de esta gente es que la única cultura, la única organización que conocen, son las juventudes del partido primero y el propio partido después", insiste De la Nuez, una de las promotoras de aquel manifiesto de 2013. "Crecen en una burbuja muy distorsionada, muy alejados de la realidad de lo que supone un puesto de trabajo normal. Es un problema para el propio funcionamiento interno del partido y, por supuesto, para la gestión de lo público cuando dan el salto a manejar un presupuesto. A mí no me parece que sea casualidad esto que ha pasado en el PP esté protagonizado precisamente por gente cuya única trayectoria profesional es su partido. Nadie que haya trabajado en una tienda, en una empresa en un periódico o en un despacho se comportaría de la forma tan asombrosa como esta gente. Da la sensación de que las reglas que ellos manejan son muy diferentes a las que rigen cualquier organización normal".

Recuerden aquella noche de octubre de 2016, cuando el aparato del PSOE ejecutó a Pedro Sánchez en un bochornoso comité federal amenizado por una banda de mariachis y un palé de pizzas. A un lado, Susana Díaz, miembro de las Juventudes Socialistas desde los 17. Al otro, Pedro Sánchez, afiliado desde los 21. ¿Se acuerdan también de los navajeos en Podemos cuando pablistas y errejoners convirtieron sus guerras internas en un capítulo de Vistalegre 90210?

"Las últimas guerras de todos los partidos políticos han estado protagonizadas por productos de sus juventudes. Todas. Pedro y Susana, esto del PP, incluso en lo nuestro teníamos a la facción que venía de las juventudes comunistas...", apunta Espinar. "Siempre que hay un papel protagónico de las juventudes en lo orgánico de un partido hay lío, siempre, siempre. Nunca se habla de lo que defiendes en términos de política, sino sobre con quién te alineas en términos de poder interno. Ya no eres liberal, ecologista o feminista, eres de un bando o de otro. Se sustituye permanentemente el debate político por la pelea de poder. Y no es un problema de mediocridad: es un problema de cómo te enseñan a desenvolverte dentro de un partido".

Aquella protesta de hace casi 10 años en el Círculo de Bellas Artes exigía un sistema que no permitiera a los partidos políticos seguir autorregulándose como entidades privadas -"como si fueran un club de fútbol", decía-, y enumeraba siete reformas urgentes, habituales en las democracias europeas, entre ellas la celebración de congresos con una fecha fija, el control de las directivas internas, la celebración de primarias, los mandatos limitados y la introducción de comisiones independientes... pero no, curiosamente, la eliminación de las juventudes de los partidos.

La gran crisis económica y el estallido del 15-M, aquellos gritos de no nos representan, el desplome del bipartidismo y la irrupción de la llamada nueva política derivó en una demanda generalizada de primarias y de participación de las bases a la que se sumaron, con más o menos entusiasmo, todas las formaciones. ¿Sirvió de algo? La respuesta parece evidente. Incluso aquellos partidos que supuestamente se nutrían de profesionales ajenos a la política, como Podemos o Ciudadanos, acabaron devorados por los peores vicios del poder.

"El caso de Ciudadanos fue notorio", lamenta Francesc de Carreras, catedrático emérito de Derecho Constitucional en la Universidad Autónoma de Barcelona y uno de los primeros impulsores de la formación que acabó liderando Albert Rivera. Carreras es especialmente crítico con el funcionamiento de las primarias en nuestro país, "un sistema perverso que deriva en una dictadura dentro del partido".

"Lo que provocan es que un partido se rompa en dos bandos y que el bando que gana desconfíe del otro y sólo se rodee sólo de fieles, normalmente de aquellos que no han tenido otro oficio en su vida fuera del partido", lamenta. "El resultado es que se reduce todavía más la capacidad en partidos que ya de por sí tienen gente poco preparada. Esta forma de selección que tiene nuestra clase política es un desastre".

La dinámica partidista, con su alergia a la disidencia interna, acaba por expulsar a los más capaces y premia con los mejores puestos a los apparatchiks curtidos en las juventudes. "¿Qué persona con una mínima carrera profesional querría hoy entrar en política?", se pregunta Elisa de la Nuez. "A los políticos les interesa tener un modelo que garantiza que nunca haya una oposición interna digna de tal nombre y escuchar sólo a una cohorte que esté a muerte con el que mande, al menos hasta que mande otro. Es la lealtad de la mafia y cada vez está en manos de gente más joven y con menos experiencia, que tienen que matar para defender su puesto porque con 40 años ya no tienen dónde colocarse fuera de la política".

Y todo esto, a una velocidad de vértigo. Hace sólo dos semanas, tras la victoria del PP en las elecciones de Castilla y León, Pablo Casado anunciaba el inicio de "un ciclo imparable" de su partido que acabaría con él en La Moncloa. Sólo cuatro días después el mismo partido entraba en un proceso de putrefacción (también imparable) que ha acabado con el propio Casado rumbo al paro.

"En descargo de esta generación 3.0 de la política hay que decir que les ha tocado vivir un tiempo acelerado", matiza Pere Vilanova, catedrático de Ciencia Política de la Universidad de Barcelona. "Es cierto que llevan en el cargo desde la primera comunión y creciendo en un ambiente corrompido y espeso, pero también es verdad que vivimos ahora una época marcada por las redes, la velocidad de comunicación, la aceleración... Cuanto más rápido circula todo, menos tiempo tienen para reflexionar los que toman decisiones y por esto se equivocan tanto. No es que sean más tontos, es que tienen más prisa".

Y así, cualquier día, con las prisas, montas un incendio en tu partido que te acaba achicharrando a ti. O un periodista te pregunta: "¿En qué es usted realmente bueno fuera de la política?". Y no te queda otra que reconocer que quizás se te den bien el bricolaje y la jardinería.

https://www.elmundo.es/papel/historias/ ... b4575.html

Muy buen artículo

Efectivamente el problema es de selección de líderes
EL proceso de selección de los partidos no es meritocrático, sino mezquinocrático
NO selecciona personas que destaquen por sus capacidades virtudes intelectuales, de empatía o virtuosismo moral....sino a los máximos supervivientes en un proceso selectivo de medre y trepismo, adulación y traición en el momento adecuado.
Con semejante modelo de selección mezquinocrático (ascienden los mas falsos y mezquinos) no es de extrañar que sea el campo perfecto de ascenso para personas con perfiles psicopáticos.
Para traicionar, conspirar etc, un ser sin empatía cómo son los psicópatas está mucho mejor posibilitados para el triunfo que una persona bienintencionada y de recta moralidad.

Si nuestros liderazgo cómo sociedad tiene semejante proceso selectivo, nada bueno puede salir de ello.

saludos