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dyonysos escribió: ↑23 Ago 2021 15:25
Si me permiten un par de detalles.
El término postmodernidad es introducido, si no me falla la memoria por Lyotard. La postmodernidad hace referencia a lo que hay después de la modernidad, entendiendo está el proyecto que se inicia con el cartesrianismo (simplificando mucho), que comienzs su declive con la escuela de la sospecha (Freud, Nietzsche y Marx) y que se derrumba definitivamente en el siglo XX.
El proyecto de la modernidad de basa en la convicción de que la razón y el sujeto por el propio discurrir del conocimiento llevarán a la humanidad a una era de progreso y a la emancipación. Ese proyecto salta por los aires en el siglo XX tras las dos guerras mundiales. El progreso el conocimiento, la razón y la ciencia no han impedido la barbarie, por lo tanto esas coordenadas no están bien enfocadas.
La postmodernidad abre así una vía en la que los valores anteriores caen y se intenta, por lo menos desde una parte de las corrientes dentro de esta, que no se erijan nuevos valores, que no haya interpretaciones mejores, que todo valga lo mismo. En esa línea está el pensamiento débil de Vattimo o la deconstrucción derridiana. Algunas de las advertencias que hacen son, sin duda alguna, valiosa. Pero carecen de un horizonte, lo que les lleva a una especie de juego lúdico que no comprendo bien. La propia deconstrucción de Derrida, ¿,tiene algún sentido? Para qué sirve coger un texto y crear una red de significados que no obedecen al texto ni al autor. Quiero decir, como juego me vale, pero no tiene mayor pretensión, es como jugar a construir un relato entre todo añadiendo o modificando párrafos uno a uno. Puede ser divertido, pero, ¿qué sentido tiene? La utilidad de lo inútil, ya. Pero no.
Sin embargo hay otra postmodernidad que podríamos llamar de resistencia, como hace Hal Foster, dónde encontraríamos a gente como Jameson o Habermas. Está postmodernidad reconoce el fracaso de la modernidad, pero no renuncia a su objetivo: la emancipación del ser humano. Es decir, el proyecto fracasó, pero su fin era noble. Retomemos ese objetivo y analicemos los medios que emplearon para comprender por qué fracasaron. Los frankfurtianos fueron quienes más se emplearon en indagar las causas del fracaso (lamentablemente la mayoría no vio posibilidad de salir del túnel), y la mayoría de los autores coinciden en un mismo punto: la razón que se erigió como estandarte en la modernidad era una razón instrumental, pragmática, útil, pero que perdía su horizonte de significación. Esta razón consiguió logros técnicos y tecnológicos de primer nivel, porque es una razón eminentemente técnica. Pero como es corta de miras acabo usando esos logros para lanzar bombas atómicas sobre Hiroshima y gasear judíos en Alemania. Ojo, el problema no es la razón instrumental, el problema es que está no sea acompañada de otras razones que la guíen: ética, dialógica, comunicativa, emancipadora... Como quiera llamersele. Insisto, la razón instrumental es válida, es útil y es necesaria, pero debe ser guiada por otras razones que tengan un horizonte de significación, porque la razony instrumental carece de fines en sí misma, es una razón de medios, te dice que hay que hacer para conseguir algo, sin cuestionar el objetivo y, claro, es ese objetivo lo que debemos dilucidar y poner a la razón instrumental a su servicio. ¿,Cómo? Pues en eso estamos, peto, desde luego, renunciando al proyecto no. Replanteandolo, comprendiendo los errores, y repensando.
No olvidemos que la modernidad y la ilustración surgen de una crisis de los valores tradicionales y, visto en perspectiva, esa crisis provocó un progreso intelectual u moral considerable en comparación con el medievo. La superación de esa crisis, se entiende. En la época actual estamos en otra crisis, pero ya hay balbuceos, resistencias, que no abrazan el escepticismo y el nihilismo.
Esto es cíclico. Cuando los presocráticos llegan a su límite, aparecen los sofistas que humanizan la filosofía pero introducen el escepticismo, el relativismo y el nihilismo. A estos le suceden Platón y Aristóteles sembrando los dos modelos fundamentales de respuesta a estos:idealismo y materialismo (de nuevo muy simplificado). Se convierten en canon hasta que revolución científica los hace caer (especialmente al segundo) y de nuevo los escépticos y nihilistas surgen (Montaigne y su tropa) con la llantina habitual (ay dios no podremos conocer nunca), pero de nuevo se articulan dos respuestas en clara línea con la platónica-aristotelica: el racionalismo y el empirismo, respectivamente. Estos llegan a su máxima excelencia en la síntesis kantiana y la física newtoniana. Pero en el siglo XX el paradigma inductivista que habían forjado y el positivismo se caen del carro y entran en crisis. ¿,Y qué aparecen? Pues los escépticos, como siempre, que estaban agazapados, Derrida y su tropa. Pero ante ellos tb surgen respuestas, quizá todavía no tengamos una lo suficientemente desarrollada para convertirse en nuevo paradigma, pero, al final, nunca renunciamos al proyecto de emancipación. Volveremos, como siempre, y vendrá una época de saber acumulativo en el nuevo paradigma.