https://www.elconfidencial.com/eleccion ... a_1671666/Ver citas anterioresEL OCASO DE LA UTOPÍA COMUNISTA DE ANDALUCÍA
El 'soviet' de Marinaleda se hunde: "Los jóvenes sobreviven plantando marihuana"
El proyecto de Juan Manuel Sánchez Gordillo languidece mientras el alcalde muestra signos de agotamiento político. No hay economía y los vecinos han de ir a otros pueblos a trabajar
28/11/2018 05:00 - Actualizado: 28/11/2018 10:44
Cuentan que el alcalde de Marinaleda salió hecho un basilisco de la última comisión de la cooperativa Humar. Quería que la cooperativa contratara a un buen puñado de vecinos para la siguiente campaña agrícola y le dijeron que no, que no hay trabajo para tantas manos. Juan Manuel Sánchez Gordillo insistió, se le volvió a decir que no y se marchó furioso. En sus 27 años de existencia, Humar siempre había canalizado las necesidades de empleo de Marinaleda. Si la campaña del pimiento necesita diez manos pero hay que colocar a treinta vecinos en paro, se les coloca. Si vienen elecciones y hay que decirle al mundo que Marinaleda tiene pleno empleo, se hace un esfuerzo y se traen autobuses de jornaleros durante meses aunque muchos se pasen el día mano sobre mano. Humar siempre fue el corazón de la utopía de Sánchez Gordillo, el pilar que sostenía su famosa economía de corte comunista. Pero de un tiempo a esta parte, ese castillo de naipes se está desmoronando.
"Los cooperativistas se han cansado de perder dinero. Se arruinaron por la exigencia de Gordillo de meter gente a trabajar aunque no hubiera trabajo y tuvieron que ser rescatados por la banca ética [Coop57 y Autonomía Sur]. La forma de trabajar aquí es para salir corriendo. De veinte contratados aparecen ocho o diez y da igual, saben que no los van a echar. Por eso ahora la cooperativa está harta y ha tomado el control", explica Eladio Martos, ex gerente de Humar (2000-2002) y ex teniente de alcalde de Marinaleda durante 16 años. "Siempre se ha consensuado a cuánta gente se contrata para las campañas, pero últimamente Gordillo quiere imponer a cuántos meten y asegurarse de que cogen a su gente, y no se da cuenta de que esto ya no funciona como antes. La gestión de la cooperativa siempre fue un desastre por las injerencias del ayuntamiento, pero tuvieron la suerte de que la subvención al olivo [actualmente unos 600.000 euros anuales y que llegó a cerca de un millón] compensaba todos los disparates laborales.
No sabía dónde colocarlo. Si en Nacional, Economía o Humanidades. Pero me parece un artículo muy interesante.