Re: ¿Qué será primero, la independencia o la suspensión de la autonomía catalana?
Publicado: 18 Ene 2021 09:53
También se aplazaron en Galicia y País Vasco. Está claro que ERC quería aplazarlas por interés político y el PSC no quería por el mismo interés, pero ya ha pasado esto mismo hace menos de un año.Ver citas anterioresNowomowa escribió: ↑17 Ene 2021 12:13 ¡Cataloonia, siempre un paso por delante! ¡Hoy, ración doble y bonus track!
https://www.diaridegirona.cat/opinio/20 ... 83674.html
Bienvenidos a Cataloonia, donde la democracia son "ellos".Ver citas anteriores
Ni Trump se atrevió a aplazar las elecciones
jordi Xargayó 01/17/2021 | 12:19
¿Serán capaces de aplazar las elecciones catalanas?, nos preguntábamos muchos las últimas semanas Pues, sí. Con dos huevos. ¿Alguien se imagina a Donald Trump aplazando las elecciones estadounidenses porque las encuestas le eran desfavorables? Los trumpistas de aquí lo han superado. Desprecian, hace tiempo, la democracia y el estado de derecho. ¿Recuerdan el «presidente, ponga las urnas» o el «queremos votar» que decían a toda hora? ¿O que la independencia iba de democracia? Sólo se movilizan por las votaciones de butifarrada, las que celebran en campo propio y sin adversario: Arenys, 14-D, 1-O. Mientras aplazan los comicios del 14 de febrero por el coronavirus (las del Barça sí se pueden celebrar el 7 de marzo, faltaría más), un consejero del mismo Gobierno, el inefable Ramon Tremosa, espera que a finales de mes el confinamiento deje de ser municipal, para que los alumnos puedan ir a esquiar por la Semana Blanca(!).
La evolución de la pandemia pone los pelos de punta, pero todo el mundo sabe que no es el motivo del aplazamiento (o, más bien, suspensión). Y, como nada penaliza a los populistas catalanes, no tienen ni la vergüenza de disimularlo. Basta leer el tuit de Pere Martí, director de Comunicación de JxCat, el partido de Carles Puigdemont, el viernes por la tarde: «Ahora tenemos más tiempo para ganar bien». En Estados Unidos, que suman 23 millones de contagiados y 390.000 muertes por coronavirus, celebraron las elecciones presidenciales con la participación más elevada de la historia gracias al fomento del voto por correo. En Portugal, el próximo domingo celebrarán también las elecciones presidenciales. Si de verdad les hubiera preocupado la salud de los catalanes, podían haber ordenado un confinamiento domiciliario los quince días de Navidad, cuando no había escuela y la mayoría de las empresas estaban cerradas por vacaciones, y que cada uno hubiera celebrado las fiestas con sus convivientes habituales. Todo el mundo sabía lo que vendría después, pero la Navidad era intocable. Debe de ser lo que corresponde a un país nacionalcatólico.
El Gobierno catalán ha tenido tiempo de sobra para planificar las elecciones. Que el virus no habría desaparecido y que el 14-F caería en medio de la tercera ola, era de dominio público. A primeros de septiembre, hace más de cuatro meses, la Comisión Jurídica Asesora de la Generalitat emitió un dictamen de 60 páginas con numerosas recomendaciones para celebrar las elecciones en unas circunstancias excepcionales: aprobar una ley electoral ad hoc sólo por 14-F, establecer más de un día de votaciones, ampliar el número de colegios electorales, etcétera. El Gobierno ni siquiera tenía que hacer el esfuerzo de pensar. Tan sólo aplicar las recomendaciones. Poner un poco de interés. Yo, y supongo que mucha gente, me paso más tiempo haciendo la compra en un supermercado que en un colegio electoral, donde nunca, nunca, he estado más de cinco minutos. Pero, ¿qué se puede esperar de un Gobierno que no ha sabido ni planificar el calendario de las primeras vacunas? Las elecciones se celebrarán dieciséis meses después de que las anunciara Quim Torra y diera por terminada la legislatura.
Bonus track, desde la Otra Cataluña del Norte (también llamada Dinamarca) nos llega esta emotiva canción deseando lo mejor a los lacistas de Cataloonia en su causa totalmente justificada para hacer de la democracia lo que les salga de los collons a sus líderes:Ver citas anteriores¿Por qué hemos llegado hasta aquí?
Jordi Xuclà 01/17/2021 | 12:03
Elecciones
Se podrían haber celebrado elecciones el 14 de febrero si se hubieran preparado las cosas desde hace meses para celebrar unas elecciones con pandemia. Las medidas para celebrar elecciones en estados excepcionales están descritas por la OMS y la ODHIR. En Portugal celebran elecciones presidenciales en dos semanas con voto adelantado para quien lo quiera y urnas móviles en las casas. Nada de esto estaba preparado aquí. Y entonces vieron que convenía posponer las elecciones. Y descubrieron que lo que podía adaptar las elecciones a la actual situación dependía de una ley electoral propia que Cataluña no se ha dado en más de cuarenta años de Parlamento autonómico.
También se debían hacer las consultas a la Junta Electoral Central, que podía orientar el gobierno como lo hizo con las elecciones pospuestas en el País Vasco y en Galicia, pero no supieron encontrar ele teléfono de la JEC hasta el último minuto. La JEC filtró que vería "razonable" posponer las elecciones después de los primeros contactos. Y finalmente se firmó un decreto jurídicamente decrépito para posponer las elecciones. Con muchos interrogantes sobre en qué punto se reanudará el proceso electoral.
Los censos habrá cambiado pero las listas electorales ya han sido presentadas y en los casos necesarios con los avales. Se hizo una comparecencia institucional sin preguntas de los periodistas porque sencillamente no sabían responder a muchas preguntas pendientes. Y, finalmente, se ha visto un sesgo de interés partidista en el fallo de un vuelo gallináceo lamentable. El 21 de enero hará un año que el entonces presidente Joaquim Torra y Pla dio una rueda de prensa para decir que la confianza en el seno del gobierno se había roto y que convocaba elecciones. Después dijo que primero aprobaría los presupuestos y luego convocaría elecciones. Después le convencieron de que no convocara elecciones y esperara a su inhabilitación para ganar tiempo para montar un nuevo partido hoy de programa y orientación más desdibujados que hace seis meses y tres años. Después podía haber convocado elecciones entre la sentencia de una inhabilitación buscada por una pancarta y su notificación. Tampoco lo hizo.
Después no se pusieron de acuerdo para un nuevo candidato a la investidura. Transcurrieron los dos meses y se convocaron unas elecciones en tiempos de pandemia sin prever las medidas para votar.
Desde el mes de septiembre el gobierno de la Generalitat está en funciones y no puede hacer nombramientos ni ser modificado, tampoco puede presentar proyectos de ley ni presentar presupuestos, el Parlamento está disuelto desde el mes de diciembre. El control al Gobierno se hace con una diputación permanente de dimensiones pequeñas y de la que ha causado baja uno de sus miembros. Ahora se anuncian elecciones para el 30 de mayo sin asegurarlas en el artículo 2 del decreto.
Así de abollada llega la institucionalización política del autogobierno catalán en el año del anuncio del final de la confianza en el gobierno y en el año y medio largo de un gobierno roto hasta que se celebren elecciones. Unos gestionando como pueden y los otros escondidos en el carrizal.
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