Re: ¿Qué será primero, la independencia o la suspensión de la autonomía catalana?
Publicado: 18 Jul 2019 08:50
Bueno, por si alguien se preguntaba qué hay detrás de lo ocurrido en la Diputación de Barcelona, aparte de "agradecer" a ERC que les hayan robado las alcaldías de Figueres y Sant Cugat de Convergencia... digo, del Vallés... Artur Mas is back y ha venido a enterrar el monstruo que él creó.
https://www.diaridegirona.cat/opinio/20 ... 92475.html
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Ver citas anterioresSalvador Sostres escribió: Ítaca es Masquefa
Salvador Sostres
La Diputación de Barcelona es importante y el dinero que hay en juego es importante. La presidencia de la Diputación es importante y Núria Marín ha sido hasta ahora una excelente alcaldesa de L'Hospitalet y estoy convencido de que su paso por la Diputación será igualmente interesante, positivo y fértil.
Pero nada de esto es tan significativo como el espíritu que ha gestado el acuerdo entre Convergència y el PSC y que la prensa orgánica se ha tragado e incluso ha bendecido sin el menor escrúpulo. Quienes hace dos días acusaban Colau de «pactar con el 155», refiriéndose a Jaume Collboni y Manuel Valls, han asistido con un insospechado entusiasmo al pacto sociovergente de la Diputación. Ha sido extraordinario ver cómo panfletos del régimen como El Punt Avui o El Nacional, que tantas lecciones de democracia y dignidad nos han dado -todas ellas grotescamente subvencionadas por el conjunto de los catalanes- han renunciado a cualquier idea de periodismo para caer en el pozo profundo y sin retorno de la más grosera, servil y comprada propaganda. No olvidéis ningún nombre, habrá que recordarlo.
Convergencia se está rindiendo y Mas está haciendo de enterrador. Convergencia está reencontrando su instinto, se está reencontrando con su naturaleza, y Puigdemont sabe que su aventura se ha terminado, que su llama se apaga y que a la larga sólo le quedará la extradición o esconderse en un país remoto; y por un lado Mas le ha hecho ver que no puede entorpecer el aterrizaje de su partido en la realidad, y por otro él mismo está empezando a rebajar la tensión y explorar las posibilidades de un pacto con el Estado.
Continuarán, seguro, los fuegos artificiales, las provocaciones gratuitas, los brindis al sol, la parafernalia. Continuará un cierto espectáculo -aunque ya inofensivo- para mantener el calorcillo del paisanaje. Puede que Quim Torra quiera hacer algo sublime antes de dejar el cargo, pero si lo hace ya sabe que las consecuencias no serán políticas sino presidarias. Y a estas alturas también sabe que el pacto de la Diputación, urdido a sus espaldas y con el claro propósito de desterrar a Esquerra, no es sólo un pacto sino una estrategia. De la mano de los socialistas, Convergencia y todo lo que Convergencia, sin embargo, todavía representa, intentará volver a meter la pasta dentro del tubo, y evidentemente el proceso no será lineal, ni fácil, ni agradable, y tendrá sustos, y sobresaltos, pero el pescado está vendido, la fiesta se ha acabado, el enterrador viene a dar sepultura al monstruo que él mismo creó. Sin poder cantar aún victoria, ni restar gravedad al momento todavía delicado, la luz al final del túnel comienza a vislumbrarse y los primeros partidarios han comenzado a admitir que el ridículo que el catalanismo político ha hecho ha sido colosal.
No había ningún proyecto político vertebrado, ninguna estrategia económica, ninguna alianza internacional asegurada; habían engañado a los catalanes diciéndoles que sería fácil y sin coste, y además, desde el principio, todos y cada uno de los líderes políticos que han llevado Cataluña a esta humillación tenían la clara idea de no hacer lo que habían prometido: ha sido, pues, un fracaso y también un fraude, pero nada de esto habría sido posible si los catalanes a quien se dirigían no se hubieran comportado como unos bobos acríticos y fanáticos, sin ningún rigor intelectual y por tanto, sin ningún respeto a la patria que tanto dicen amar.
Esta manera tan pobre y patética de amar, tan superficial, tan azucarada y tan funesta ha sido la principal enemiga de la independencia de Cataluña. Mucho más que España. El papelón que ha hecho la tropa, creyéndose las mentiras más escandalosas, y haciendo el notas en demostraciones que ya se veía que de tan absurdas sólo podían llevar al engaño, ha sido el principal aliado del Estado en la habitual derrota catalana cada vez que olvidemos nuestra naturaleza fenicia, pactista, cobarde y profundamente española, y nos hacemos al mar abierto del «todo o nada», que nos acaba siempre tragando.
El pacto de la Diputación de Barcelona es el inicio de un largo viaje. Esta vez no es hacia Ítaca, sino hacia Masquefa, hacia la Cataluña prosaica y sin épica, gris y cansada, pero que cada día se levanta y trabaja y se toca los pies mirando la telenovela, y que a pesar de todo tiene mucho más ver con el catalanito que la mayoría de nosotros somos, aunque de vez en cuando nos plazca transvestirnos de héroes de medio pelo para ir hacer el notas contra España, siempre sin pagar el precio.
Como siempre Convergencia volverá a administrar la tensión y la realidad, la hipocresía y el sueño que nunca muere. También como siempre criminalizará a Esquerra, que si hace dos días era la traidora por querer «ensanchar la base social» -¡qué frase! -, no habrá llegado la trufa blanca que ya será la culpable de todo este ruido, de toda esta crisis, de todo este desbarajuste que nadie quería y que los cuatro alocados de siempre, como antes de la Guerra, nos crearon.
Pepe Antich ya ha comenzado a acercarse a los socialistas y cree que se podrá volver a reinventar sin tener ni que modificar las tarifas de los encargos. Yo creo que todos los arrepentimientos necesitan la prenda de un cadáver para proyectarse.