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blanca escribió:Respuesta al señor Smith no me deja anidar más de 4 respuestas.
Si que lo he pillado, desde el principio,
y aquí yo misma me encuentro en una contradición, me gustan los encierros cuando son limpios, cuando no hay sangre ni heridos, cuando nadie se hace daño, cuando la carrera dura dos minutos excasos y se aplaude a los toros por su nobleza y a los mozos por su comportamiento civilizado y valiente y hay algunos dias así, por dias como el que le explico vale la pena ver los encierros.
Pero tambien hay dias tristes, donde algún mozo es corneado,incluso a veces lo mata un toro al cornearlo,esto a nadie le hace gracia,creo que es un drama que se deberia evitar.
Puede que sea mi fantasia, puede que mi amor a los animales y mi admiración por la fista se
enfrenten y usted no me entienda. Pues claro! que hoy parece una idiotez, pero puede que alguna cabeza pensante descubra un robot ,lo recubra de piel de toro, le ponga dos cuernos
y lo suelten por la calle Estafeta,seran unos encierros descafeinados,Pero a cambio nadie morira en la carrera,
A ver, insisto, puede que usted no me entienda,Pero yo sé que miles de MADRES estariamos al frente de firmar esos encierros, sé que hoy la propuesta solo produce risa, pero a cambio nuestros hijos no corren peligro de morir en el encierro.
Vamos a ver chatina...la grandeza y la majestuosidad de los encierros de Pamplona reside en el riesgo intrínseco que supone correr delante de animales de 600 kilos armados con pitones como leznas a lo largo de 850 metros, e intentar conducirlos hasta la plaza de toros sin que te echen a los lomos, o te peguen una cornada...y todo eso rodeado de miles y miles de corredores; de esos miles de corredores, los hay que son reconocidos especialistas, los menos, y que lo único que quieren y/o pretenden es coger toro y hacer una carrera rápida y limpia, y el resto, en su gran mayoría son absolutamente bisoños en tan arriesgada faceta y/o están seriamente mermados de reflejos al haber ingerido alcohol en exceso y/o no están lo suficientemente preparados físicamente para semejante exigencia física. Por consiguiente, los encierros conllevan inevitablemente grandes dosis de riesgo, emoción, incertidumbre, miedo, angustia, dudas, tensión...pero también orgullo, pasión, respeto hacia el toro, arraigo a las costumbres, compañerismo, solidaridad, etcétera, y por ello, pretender como tú pretendes, sustituir a un animal pletórico de fuerza, casta y bravura...por un muñeco revestido con piel de toro con dos cuernos, es absolutamente irrisorio, histriónico, por no decirte que es la gilipollez más grande que he leído en mucho tiempo. Tú vete un día a Pamplona, y dile a los pamplonicas y a los miles y miles de aficionados que acuden a los encierros...que en lugar de correr 6 miuras con 650 kg de media...van a correr delante de seis muñecos revestidos con piel de toro, y lo más probable es que se partan la caja de risa con tu propuesta y/o te corran a gorrazos.
Y por otro lado...ten por seguro que a la inmensa mayoría de las madres de los corredores, sobre todo las navarras, ni por asomo se les ocurre coaccionar ni prohibir a sus hijos que corran en los encierros, aún sabiendo que pueden perder la vida.
Y en cuanto a los aplausos, lo que has dicho es una soberana idiotez, pues los miles y miles de aficionados que llenan todos los días la plaza de Pamplona a las 8 de la mañana...lo único que hacen es aplaudir cuando ven que los seis toros han entrado por la puerta de acceso a los corrales de la plaza y/o la labor de los dobladores, pero en modo alguno aplauden por la nobleza de los toros, ni por el comportamiento civilizado y valiente de los mozos.
En definitiva...dejemos los encierros tal cual están...el que quiera emociones fuertes y soltar adrenalina que los corran...y el que no tenga cojones para jugarse la vida a cuerpo limpio que se quede en su casa viéndolos por la tv tomándose un cafelito, que es lo que hago yo habitualmente todas las mañanas.
«Átame las alpargatas, morena mía, y dame mi fusil, que voy a matar más fascistas que flores tienen mayo y abril».