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gálvez escribió:Es absurdo que siempre se hable de ETA se acabe contraponiendo con el franquismo.
Cómo si una cosa justificase la otra.
Por supuesto que las victimas de la guerra civil tienen derecho a sus reconocimiento y a su vez es defendible cagarse en toda la puta casta de ETA y sus palmeros.
Franco y ETA son dos caras de la hijoputez, no hay que darle mas vueltas y plantear absurdos ytumases.
saludos
La línea argumentar de ciertos grupos aberzales para disculpar las acciones criminales de ETA una vez agotados los silencios y fingidas semi condena es invocar la causa-efecto (el franquismo y sus atrocidades). Evidentemente una cosa no disculpa otra. Nunca se puede utilizar la represión de una dictadura para justificar el terror ejercido en una DEMOCRACIA. No enjuicio las acciones de ETA en el franquismo porque me parece otro tema.
Conviene no olvidar que la mayor cantidad y crueles atentados los realizo ETA en DEMOCRACIA (con sus virtudes y defectos) reconocida internacionalmente, aunque ellos (terroristas) en su momento consideraran mucho más democrático matar, herir y mutilar. Algunos olvidan porque les conviene como durante la transición ETA atento con fiereza buscando deliberadamente una involución, golpe de estado y el regreso a la dictadura o una nueva guerra civil.
La memoria selectiva de muchos sujetos que añoran la mitología de la lucha armada les obliga a ocultar, disimular y manipular el dolor y sufrimiento que produjo en la población "la socialización del dolor" o dicho de otra como volcaron su ferocidad, frustración e ira acumulada por no poder atentar contra personas de la primera línea social contra los menos protegidos e incluso la población en general.
Las victimas de la guerra civil a los etarras y sus palmeros les importan un comino solo las esgrimen como parte de la verborrea que utilizan para justificar sus criminales acciones del pasado y nada más. Jamás ha sido una condición en sus exigencias para abandonar el terrorismo. Incluso llego más lejos a algunos les gustaba y siguen gustando las
cunetas, paredes del cementerio y fosas comunes como lugares idóneos donde poner en practica su peculiar forma de entender su derecho a eliminar a los enemigos y libertad para elegir la forma de ejecutarlos. Lo que ocurre es que ahora no pueden pero todavía tienen sueños sangrientos con esa posibilidad.