El socialismo se empecina en acaparar mucho dinero, muchos bienes, mucho de cada indivíduo de la sociedad, para luego ir dando de a poco a poco a aquellos a los que no les puede quitar casi nada, para que dependan de sus dádivas. Una vez logrado que éste produzca algo, poco, pero algo, comienzan a esquilmarlo también.
Entendido ésto, lo que no me explico es cómo la masa borreguil continúa aplaudiendo ésto. Será por la dependencia contínua de esas dádivas, claro, no me cabe otra explicación.
Y más ahora, que tan comunista es la izquierda.
Me viene a la memoria un ejemplo que me pusieron cuando era universitario, para explicarme la diferencia entre el comunismo y el capitalismo.
En esa clase, un par de alumnos, compañeros míos, muy revulsivos en el tema de los derechos, y de las igualdades (lo que ha llovido ya desde entonces), reclamaban que las personas somos iguales, tenemos las mismas necesidades, y que todos deberíamos tener lo mismo sin diferencias; sus bravatas pueriles antisistema y anticapitalista, acabaron por lograr que el profesor de economía hiciera un inciso en la clase, y les dedicara unos minutos a ellos dos en particular.
El profesor, ya bragado en batallas insulsas, les expuso lo siguiente:
Pongamos que a toda persona mayor de 18 años, se les da una casa, un coche y un millón de pesetas, ¿de acuerdo?. Y quedémonos con sólo dos indivíduos para ésta historia. El indivíduo UNO, aprovecha esos regalos, y mantiene su casa libre de humedades, de goteras y limpia, mientras que el indivíduo DOS, no se preocupa de esas cosas, y mientras el UNO mejora su casa, el DOS deja que se vaya envejeciendo. Ya tenemos una diferencia. Sigamos con el coche, y mientras el indivíduo UNO se preocupa que tenga gasolina, aceite y ruedas en buen estado, el DOS es más dejado, y no realiza ese mantenimiento. Ya tenemos dos diferencias. Y, finalmente, pongamos que el indivíduo UNO invierte parte de su millón de pesetas en comprar un terreno anexo a su casa y hacerlo patio, donde emprende un negocio de venta de ropa, mientras que el indivíduo DOS despilfarra el dinero en fiestas. Ya tenemos tres diferencias.
Quiero que comprendáis que los indivíduos no somos todos iguales, ni tenemos las mismas preferencias. UNO ha ido por un camino que le parece bien, y DOS ha ido por otro camino que le parece bien.
Si UNO triunfa con su negocio, ahorra, se compra un coche mejor, y alcanza para comprarle una casa a su hijo, ¿acaso debe compartir todo su esfuerzo con el hijo de DOS?. ¡Pues eso es lo que estáis pidiendo!.
Y particularizando con las clases en la Universidad, trayendo éste ejemplo, supongo que veríais bien que vosotros dos formárais un grupo con otro alumno para un trabajo esencial en la nota final de mi asignatura, y que vosotros dos estéis un mes preocupándoos del trabajo, recopileís información, datos, estadísticas, lo ordenéis y confeccionéis para presentármelo aquí a todos los demás, mientras que el otro alumno se dedique a irse de fiesta, dormir y salir a tomar birras. Estaréis conmigo que, según vosotros, la nota que os merecéis sería alta, al menos un 8, mientras que pro vuestra ideología, ese mismo 8 debería ponérselo a vuestro amigo... ¡O LO QUE ES PEOR!, que divida el 8 entre los tres, "porque los tres sóis iguales".
Uno de los dos alumnos se levantó ofuscado, recogió su trenka y salió muy enfadado de la clase, mientras que el otro quedó perplejo, mirando al profesor durante dos o tres segundos, y luego echando una visual a toda la clase, expectantes todos de su respuesta... al poco, y en el silencio que se produjo, éste alumno que permaneció en su asiento, le dijo al profesor: acaba de destruírme la vida, mis amigos están equivocados. No sé si darle las gracias, o maldecirle.
