Crees en el Holocausto de los 6 millones de judios?
- Col. Rheault
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Re: Crees en el holocausto de los 6 millones de judios?
Operación Reinhard
Ya un poco antes de la Conferencia de Wannsee, Himmler había designado a Odilo Globocnick, jefe de la policía y las SS en Lublin, para que organizara la matanza sistemática de todos los judíos presentes en el Gobierno General. Había que vaciar los guetos para dejar sitio a los judíos deportados del oeste. Globocnik tenía que crear una serie de campos para lograr ese objetivo en la “operación Reinhard”. Para dicha operación Globocnick reclutó a un amplio número de personas de la antigua operación T-4, contándose Christian Wirth entre ellos. Quien les pagaba la nómina era la oficina central del programa de la eutanasia de la Cancillería del Führer en Berlín, si bien recibían las órdenes de Globocnik.
Los tres campos de la operación Reinhard creados para proceder con el programa de exterminio estaban situados en lugares remotos al oeste del río Bug, pero bien conectados por ferrocarril con otras partes de Polonia y de acceso relativamente fácil desde los guetos principales. La construcción del primero de esos campos de la muerte, en Belzec, comenzó en el emplazamiento de un campo de trabajo existente el 1 de noviembre de 1941. Se creó bajo la supervisión de un antiguo especialista de la eutanasia, que se quedó allí para ayudar a Wirth tras el nombramiento de este último como comandante del campo en diciembre de 1941. Las cámaras de gas habían sido fabricadas con madera, pero eran herméticas y estaban provistas de tubos a través de los cuales se bombearían los gases de los vehículos, matando a quienes se encontrasen en el interior de las mismas. El 17 de marzo de 1942 fueron deportados los primeros prisioneros al campo y fueron gaseados de inmediato a su llegada. En cuatro semanas 75.000 judíos habían sido enviados a la muerte.
Wirth trató de diseñar el campo de Belzec de forma que disipara las sospechas de los judíos que llegaran hasta allí, se les decía que se trataba de un centro de tránsito y que iban a ser desinfectados antes de recibir la ropa limpia y de que les devolverían sus objetos de valor. Las mismas cámaras de gas estaban pensadas para semejar duchas. Todo esto seguía la pauta original ideada para los gaseamientos de la eutanasia, si bien a una escala mucho mayor, si bien, las falsedades no resultaron convincentes y la misma brutalidad con la cual eran detenidos tenía que dejar a los judíso con pocas ilusiones en cuanto a la suerte que les esperaba.
Las cámaras de gas en Belzec eran construcciones rudimentarias, se rompían a menudo, dejando a los deportados a la espera durante días sin comida ni agua; muchos morían. Finalmente Wirth en junio de 1942 y dado esos problemas detuvo temporalmente los transportes y desmanteló las cámaras de gas de madera sustituyéndolas con una construcción de hormigón que albergaba seis cámaras de gas con una capacidad total para 2000 personas a la vez. Entraron en funcionamiento a mediados de julio; los transportes siguieron llegando hasta medidados de diciembre. A final de 1942 se habían dado muerte en el campo a unos 414.000 judíos de la Polonia ocupada y otros procedentes de otros lugares de Centroeuropa que habían sido llevados a los guetos en el distrito de Lublin; el total pudo elevarse a 600.000 ( fuente: Arad, Belzce, pp. 126 – 127).
El segundo de los campos de la operación Reinhard se construyó en las inmediaciones de la aldea de Sobibor, su construcción comenzó en marzo de 1942, pero estaba retrasaa, de forma que Wirth asigó a Frang Stangl comandante de campo con el cometido inicial de finalizar su construcción a tiempo. El campo se hizo a imitación de Belzec con las áreas de administración y recepción cerca del ramal ferroviario y el área de exterminio a cierta distancia, fuera del alcance de la vista y a la cual se accedía por un pasaje angosto de 150 metros de longitud conocido como el “tubo”. Detrás del edificio de las cámaras de gas había fosas para los cadáveres. Un tranvía de vía estrecha que iba desde la vía férrea a las fosas servía para el transporte de los cuerpos de las personas que habían muerto durante el trayecto. Se hacían los gestos habituales para tranquilizar a las víctimas a su llegadas, pero, al igual que en Belzec solían ser ineficaces puesto que las SS y en particular los guardias ucranianos gritaban a las víctimas y las golpeaban a medida que pasaban por el “tubo”.
A mediados de 1942 casi 250.000 personas habían muerto en Sobibor; cuando Himmler visitó el campo a principios de 1943 la actividad ya se estaba ralentizando. Aunque no estaba programada la llegada de nuevos transportes regulares, la administración del campo organizó un transporte especial desde un campo de trabajo en el distrito con el fin de que Himmler observase un gaseamiento en directo. Complacido con lo que vio concedió ascensos a 28 oficiales de las SS y la policìa, entre ellos a Wirth, Strangl y otros responsables de su funcionamiento. Ordenó también que se hicieran los preparativos para el cierre de los campos y la eliminación de todas las huellas de su actividad una vez que hubieran exterminado a los últimos grupos de víctimas.
http://www.forosegundaguerra.com/viewto ... =70&t=2393
Ya un poco antes de la Conferencia de Wannsee, Himmler había designado a Odilo Globocnick, jefe de la policía y las SS en Lublin, para que organizara la matanza sistemática de todos los judíos presentes en el Gobierno General. Había que vaciar los guetos para dejar sitio a los judíos deportados del oeste. Globocnik tenía que crear una serie de campos para lograr ese objetivo en la “operación Reinhard”. Para dicha operación Globocnick reclutó a un amplio número de personas de la antigua operación T-4, contándose Christian Wirth entre ellos. Quien les pagaba la nómina era la oficina central del programa de la eutanasia de la Cancillería del Führer en Berlín, si bien recibían las órdenes de Globocnik.
Los tres campos de la operación Reinhard creados para proceder con el programa de exterminio estaban situados en lugares remotos al oeste del río Bug, pero bien conectados por ferrocarril con otras partes de Polonia y de acceso relativamente fácil desde los guetos principales. La construcción del primero de esos campos de la muerte, en Belzec, comenzó en el emplazamiento de un campo de trabajo existente el 1 de noviembre de 1941. Se creó bajo la supervisión de un antiguo especialista de la eutanasia, que se quedó allí para ayudar a Wirth tras el nombramiento de este último como comandante del campo en diciembre de 1941. Las cámaras de gas habían sido fabricadas con madera, pero eran herméticas y estaban provistas de tubos a través de los cuales se bombearían los gases de los vehículos, matando a quienes se encontrasen en el interior de las mismas. El 17 de marzo de 1942 fueron deportados los primeros prisioneros al campo y fueron gaseados de inmediato a su llegada. En cuatro semanas 75.000 judíos habían sido enviados a la muerte.
Wirth trató de diseñar el campo de Belzec de forma que disipara las sospechas de los judíos que llegaran hasta allí, se les decía que se trataba de un centro de tránsito y que iban a ser desinfectados antes de recibir la ropa limpia y de que les devolverían sus objetos de valor. Las mismas cámaras de gas estaban pensadas para semejar duchas. Todo esto seguía la pauta original ideada para los gaseamientos de la eutanasia, si bien a una escala mucho mayor, si bien, las falsedades no resultaron convincentes y la misma brutalidad con la cual eran detenidos tenía que dejar a los judíso con pocas ilusiones en cuanto a la suerte que les esperaba.
Las cámaras de gas en Belzec eran construcciones rudimentarias, se rompían a menudo, dejando a los deportados a la espera durante días sin comida ni agua; muchos morían. Finalmente Wirth en junio de 1942 y dado esos problemas detuvo temporalmente los transportes y desmanteló las cámaras de gas de madera sustituyéndolas con una construcción de hormigón que albergaba seis cámaras de gas con una capacidad total para 2000 personas a la vez. Entraron en funcionamiento a mediados de julio; los transportes siguieron llegando hasta medidados de diciembre. A final de 1942 se habían dado muerte en el campo a unos 414.000 judíos de la Polonia ocupada y otros procedentes de otros lugares de Centroeuropa que habían sido llevados a los guetos en el distrito de Lublin; el total pudo elevarse a 600.000 ( fuente: Arad, Belzce, pp. 126 – 127).
El segundo de los campos de la operación Reinhard se construyó en las inmediaciones de la aldea de Sobibor, su construcción comenzó en marzo de 1942, pero estaba retrasaa, de forma que Wirth asigó a Frang Stangl comandante de campo con el cometido inicial de finalizar su construcción a tiempo. El campo se hizo a imitación de Belzec con las áreas de administración y recepción cerca del ramal ferroviario y el área de exterminio a cierta distancia, fuera del alcance de la vista y a la cual se accedía por un pasaje angosto de 150 metros de longitud conocido como el “tubo”. Detrás del edificio de las cámaras de gas había fosas para los cadáveres. Un tranvía de vía estrecha que iba desde la vía férrea a las fosas servía para el transporte de los cuerpos de las personas que habían muerto durante el trayecto. Se hacían los gestos habituales para tranquilizar a las víctimas a su llegadas, pero, al igual que en Belzec solían ser ineficaces puesto que las SS y en particular los guardias ucranianos gritaban a las víctimas y las golpeaban a medida que pasaban por el “tubo”.
A mediados de 1942 casi 250.000 personas habían muerto en Sobibor; cuando Himmler visitó el campo a principios de 1943 la actividad ya se estaba ralentizando. Aunque no estaba programada la llegada de nuevos transportes regulares, la administración del campo organizó un transporte especial desde un campo de trabajo en el distrito con el fin de que Himmler observase un gaseamiento en directo. Complacido con lo que vio concedió ascensos a 28 oficiales de las SS y la policìa, entre ellos a Wirth, Strangl y otros responsables de su funcionamiento. Ordenó también que se hicieran los preparativos para el cierre de los campos y la eliminación de todas las huellas de su actividad una vez que hubieran exterminado a los últimos grupos de víctimas.
http://www.forosegundaguerra.com/viewto ... =70&t=2393
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Re: Crees en el holocausto de los 6 millones de judios?
Así lo manifesté...Ver citas anterioresNowomowa escribió:Tú sabes que eso fue el "tren de Kastner", ¿sí?Ver citas anterioresMar.bo escribió:.
Los rostros del sufrimiento:
1.- El Tren Kastner en camino a Suiza, Agosto de 1944.
By The author was Tsadok Raab, who donated the image to the Memorial Museum of Hungarian Speaking Jewry. Our source was Anna Porter, Kasztner's Train, Douglas & McIntyre, 2007, between pp. 240 and 241. Porter credits the Memorial Museum., Fair use, https://en.wikipedia.org/w/index.php?curid=36733025
2.- Un tren (cargado de “famélicos” judíos arribando a Suiza procedentes de la Alemania nazi, agosto o diciembre de 1944
Kastner's train arriving in Switzerland, August or December 1944
By Author and copyright unknown. Credited to the Memorial Museum of Hungarian Speaking Jewry, Safed, Israel, by Anna Porter (2007). Kasztner's Train. Douglas & McIntyre, between pp. 240 and 241., Fair use,
https://en.wikipedia.org/w/index.php?curid=36712672
.
El punto no es ese, sino que a fines de 1944 había judíos que disponían de grandes cantidades de efectivo y joyas capaces de influir la voluntad de altísimos cargos nazis. Esto contradice la tan sobada version que desde el ascenso de Hitler y mas aún desde el comienzo de la guerra, y con el “holo” a todo gas, los judios estaban literalmente pelados.Ver citas anterioresY sabes que el "tren de Kastner" fueron 1600 judíos que sobornaron con oro, diamantes y dinero a Eichmann para que les dejara irse de Budapest en dirección a Suiza en vez de ir a Auschwitz con los otros judíos húngaros deportados, ¿verdad?
¡Y eso que estos, los del tren, venían de un campo de concentración!...
Si, pero dilo completo: posteriormente rehabilitadoVer citas anterioresY sabrás que Kastner fue juzgado y condenado en Israel por colaboracionismo con los nazis, ¿sí?
Pero no le cargues podas las pulgas a Kastner, el dinero no salió de él sino de los judíos que pagaron su boleto (como el barbón de Taitelbaum) y de sus familiares.
Ver citas anterioresY sabrás que Kastner es algo así como la antítesis de don Ángel Sanz Briz, que salvó a 5.200 judíos durante esa misma deportación, al facilitarles de manera irregular pero ingeniosa pasaportes españoles...
No viene al caso ese noble caballero. Hablo de otra cosa.
Traigo el caso del tren Kestner como ejemplo, de lo fácil que es hacer generalizaciones y pintar todo del mas oscuro color si eso lleva agua al molino exterminacionísta. La realidad es que la suerte que tuvieron los judíos mientras duro el nazismo fue de un INMENSO VARIOPINTO que va desde la muerte por hacinamiento y tifus hasta la sobrevivencia en campos de concentración de cinco estrellas (que tambien los hubo).Ver citas anterioresSí, todo eso lo sabrás, y has venido aquí a traernos el tren de Kastner para que nos riamos de las gilipolleces que llegan a argumentar los negacionistas...
Y repito: basta ver las fotografías de esos judíos en 1944, con once años de persecusiones nazis y en el quinto año de guerra y supuestamente el “holo” a toda marcha: se ven bien comidos, aseados, sonrientes, y con muchos, muchos niños, cuando es bien sabido que la desnutrición y la falta de higiene es un poderoso anticonceptivo.
Y si, una foto (en este caso dos) valen por las diez mil palabras con que nos castiga la vista el Sr. McCoy
.
Ser republicano hoy es como ser judío en la Alemania de Hitler: Gina Carano
Re: Crees en el holocausto de los 6 millones de judios?
O sea que según tú el hecho de que algunos judíos millonarios salvasen a sus familias y amigos (hasta 1600 personas) demuestra que lo que les ocurrió a los 565.000 judíos húngaros asesinados por los nazis no fue tan grave, sino parte de un "inmenso variopinto" en el que el 99,7% era asesinado y un 0,3% se salvaba por los pelos y porque podían pagar por sus vidas.Ver citas anterioresMar.bo escribió:Así lo manifesté...Ver citas anterioresNowomowa escribió:Tú sabes que eso fue el "tren de Kastner", ¿sí?Ver citas anterioresMar.bo escribió:.
Los rostros del sufrimiento:
1.- El Tren Kastner en camino a Suiza, Agosto de 1944.
By The author was Tsadok Raab, who donated the image to the Memorial Museum of Hungarian Speaking Jewry. Our source was Anna Porter, Kasztner's Train, Douglas & McIntyre, 2007, between pp. 240 and 241. Porter credits the Memorial Museum., Fair use, https://en.wikipedia.org/w/index.php?curid=36733025
2.- Un tren (cargado de “famélicos” judíos arribando a Suiza procedentes de la Alemania nazi, agosto o diciembre de 1944
Kastner's train arriving in Switzerland, August or December 1944
By Author and copyright unknown. Credited to the Memorial Museum of Hungarian Speaking Jewry, Safed, Israel, by Anna Porter (2007). Kasztner's Train. Douglas & McIntyre, between pp. 240 and 241., Fair use,
https://en.wikipedia.org/w/index.php?curid=36712672
.
El punto no es ese, sino que a fines de 1944 había judíos que disponían de grandes cantidades de efectivo y joyas capaces de influir la voluntad de altísimos cargos nazis. Esto contradice la tan sobada version que desde el ascenso de Hitler y mas aún desde el comienzo de la guerra, y con el “holo” a todo gas, los judios estaban literalmente pelados.Ver citas anterioresY sabes que el "tren de Kastner" fueron 1600 judíos que sobornaron con oro, diamantes y dinero a Eichmann para que les dejara irse de Budapest en dirección a Suiza en vez de ir a Auschwitz con los otros judíos húngaros deportados, ¿verdad?
¡Y eso que estos, los del tren, venían de un campo de concentración!...
Si, pero dilo completo: posteriormente rehabilitadoVer citas anterioresY sabrás que Kastner fue juzgado y condenado en Israel por colaboracionismo con los nazis, ¿sí?
Pero no le cargues podas las pulgas a Kastner, el dinero no salió de él sino de los judíos que pagaron su boleto (como el barbón de Taitelbaum) y de sus familiares.
Ver citas anterioresY sabrás que Kastner es algo así como la antítesis de don Ángel Sanz Briz, que salvó a 5.200 judíos durante esa misma deportación, al facilitarles de manera irregular pero ingeniosa pasaportes españoles...
No viene al caso ese noble caballero. Hablo de otra cosa.
Traigo el caso del tren Kestner como ejemplo, de lo fácil que es hacer generalizaciones y pintar todo del mas oscuro color si eso lleva agua al molino exterminacionísta. La realidad es que la suerte que tuvieron los judíos mientras duro el nazismo fue de un INMENSO VARIOPINTO que va desde la muerte por hacinamiento y tifus hasta la sobrevivencia en campos de concentración de cinco estrellas (que tambien los hubo).Ver citas anterioresSí, todo eso lo sabrás, y has venido aquí a traernos el tren de Kastner para que nos riamos de las gilipolleces que llegan a argumentar los negacionistas...
Y repito: basta ver las fotografías de esos judíos en 1944, con once años de persecusiones nazis y en el quinto año de guerra y supuestamente el “holo” a toda marcha: se ven bien comidos, aseados, sonrientes, y con muchos, muchos niños, cuando es bien sabido que la desnutrición y la falta de higiene es un poderoso anticonceptivo.
Y si, una foto (en este caso dos) valen por las diez mil palabras con que nos castiga la vista el Sr. McCoy
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Extraño argumento, di que sí.

“Lo único que necesita el mal para triunfar es que los hombres buenos no hagan nada"-Edmund Burke
Corolario de Nowomowa: tampoco ayuda cuando los buenos son idiotas.
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Re: Crees en el holocausto de los 6 millones de judios?
... Que no te empeñes, que no hubo holo, que es un cuento inventado para joder a los alemanes vencidos ... ya puedes pegar tochos, ya ...Ver citas anterioresDoc_McCoy escribió:Operación Reinhard
Ya un poco antes de la Conferencia de Wannsee, Himmler había designado a Odilo Globocnick, jefe de la policía y las SS en Lublin, para que organizara la matanza sistemática de todos los judíos presentes en el Gobierno General. Había que vaciar los guetos para dejar sitio a los judíos deportados del oeste. Globocnik tenía que crear una serie de campos para lograr ese objetivo en la “operación Reinhard”. Para dicha operación Globocnick reclutó a un amplio número de personas de la antigua operación T-4, contándose Christian Wirth entre ellos. Quien les pagaba la nómina era la oficina central del programa de la eutanasia de la Cancillería del Führer en Berlín, si bien recibían las órdenes de Globocnik.
Los tres campos de la operación Reinhard creados para proceder con el programa de exterminio estaban situados en lugares remotos al oeste del río Bug, pero bien conectados por ferrocarril con otras partes de Polonia y de acceso relativamente fácil desde los guetos principales. La construcción del primero de esos campos de la muerte, en Belzec, comenzó en el emplazamiento de un campo de trabajo existente el 1 de noviembre de 1941. Se creó bajo la supervisión de un antiguo especialista de la eutanasia, que se quedó allí para ayudar a Wirth tras el nombramiento de este último como comandante del campo en diciembre de 1941. Las cámaras de gas habían sido fabricadas con madera, pero eran herméticas y estaban provistas de tubos a través de los cuales se bombearían los gases de los vehículos, matando a quienes se encontrasen en el interior de las mismas. El 17 de marzo de 1942 fueron deportados los primeros prisioneros al campo y fueron gaseados de inmediato a su llegada. En cuatro semanas 75.000 judíos habían sido enviados a la muerte.
Wirth trató de diseñar el campo de Belzec de forma que disipara las sospechas de los judíos que llegaran hasta allí, se les decía que se trataba de un centro de tránsito y que iban a ser desinfectados antes de recibir la ropa limpia y de que les devolverían sus objetos de valor. Las mismas cámaras de gas estaban pensadas para semejar duchas. Todo esto seguía la pauta original ideada para los gaseamientos de la eutanasia, si bien a una escala mucho mayor, si bien, las falsedades no resultaron convincentes y la misma brutalidad con la cual eran detenidos tenía que dejar a los judíso con pocas ilusiones en cuanto a la suerte que les esperaba.
Las cámaras de gas en Belzec eran construcciones rudimentarias, se rompían a menudo, dejando a los deportados a la espera durante días sin comida ni agua; muchos morían. Finalmente Wirth en junio de 1942 y dado esos problemas detuvo temporalmente los transportes y desmanteló las cámaras de gas de madera sustituyéndolas con una construcción de hormigón que albergaba seis cámaras de gas con una capacidad total para 2000 personas a la vez. Entraron en funcionamiento a mediados de julio; los transportes siguieron llegando hasta medidados de diciembre. A final de 1942 se habían dado muerte en el campo a unos 414.000 judíos de la Polonia ocupada y otros procedentes de otros lugares de Centroeuropa que habían sido llevados a los guetos en el distrito de Lublin; el total pudo elevarse a 600.000 ( fuente: Arad, Belzce, pp. 126 – 127).
El segundo de los campos de la operación Reinhard se construyó en las inmediaciones de la aldea de Sobibor, su construcción comenzó en marzo de 1942, pero estaba retrasaa, de forma que Wirth asigó a Frang Stangl comandante de campo con el cometido inicial de finalizar su construcción a tiempo. El campo se hizo a imitación de Belzec con las áreas de administración y recepción cerca del ramal ferroviario y el área de exterminio a cierta distancia, fuera del alcance de la vista y a la cual se accedía por un pasaje angosto de 150 metros de longitud conocido como el “tubo”. Detrás del edificio de las cámaras de gas había fosas para los cadáveres. Un tranvía de vía estrecha que iba desde la vía férrea a las fosas servía para el transporte de los cuerpos de las personas que habían muerto durante el trayecto. Se hacían los gestos habituales para tranquilizar a las víctimas a su llegadas, pero, al igual que en Belzec solían ser ineficaces puesto que las SS y en particular los guardias ucranianos gritaban a las víctimas y las golpeaban a medida que pasaban por el “tubo”.
A mediados de 1942 casi 250.000 personas habían muerto en Sobibor; cuando Himmler visitó el campo a principios de 1943 la actividad ya se estaba ralentizando. Aunque no estaba programada la llegada de nuevos transportes regulares, la administración del campo organizó un transporte especial desde un campo de trabajo en el distrito con el fin de que Himmler observase un gaseamiento en directo. Complacido con lo que vio concedió ascensos a 28 oficiales de las SS y la policìa, entre ellos a Wirth, Strangl y otros responsables de su funcionamiento. Ordenó también que se hicieran los preparativos para el cierre de los campos y la eliminación de todas las huellas de su actividad una vez que hubieran exterminado a los últimos grupos de víctimas.
http://www.forosegundaguerra.com/viewto ... =70&t=2393
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Re: Crees en el holocausto de los 6 millones de judios?
El 22-24 julio de 1943 los alemanes realizaron una gran redada de judíos en barrios antiguos del puerto de Marsella. Fueron apoyados de manera decidida por la policía francesa al mando de René Bousquet, según Jacques Delarue (testigo de la acción) fueron convocados desde toda Francia casi 12000 policías galos ( 200 inspectores, 15 compañías de GMR antidisturbios y escuadras de gendarmes y guardias móviles).
El General Carl Albrecht Oberg, jefe en Francia de la policía germana, consideraba el Primer Arrondisement marsellés un "nido de terroristas y criminales a erradicar". 30000 Franceses fueron desplazados fuera de su hogar y 2000 personas fueron mandadas a los campos nazis de exterminio. Los alemanes demolieron con explosivos 1500 edificios haciendo desaparecer el barrio antiguo, parece ser que también se aprovecharon de un plan urbanístico diseñado por arquitectos franceses vichistas seguidores de la "Révolution nationale". Dicha "especulación inmobiliaria" se denuncia en el documental "Opération Sultan"
http://en.wikipedia.org/wiki/Battle_of_Marseille
http://www.productionsdulagon.com/Operation_Sultan.html
http://en.wikipedia.org/wiki/Karl_Oberg
http://www.imdb.com/title/tt0050174/?ref_=fn_al_tt_1
http://en.wikipedia.org/wiki/R%C3%A9volution_nationale
http://www.forosegundaguerra.com/viewto ... f=36&t=172
El General Carl Albrecht Oberg, jefe en Francia de la policía germana, consideraba el Primer Arrondisement marsellés un "nido de terroristas y criminales a erradicar". 30000 Franceses fueron desplazados fuera de su hogar y 2000 personas fueron mandadas a los campos nazis de exterminio. Los alemanes demolieron con explosivos 1500 edificios haciendo desaparecer el barrio antiguo, parece ser que también se aprovecharon de un plan urbanístico diseñado por arquitectos franceses vichistas seguidores de la "Révolution nationale". Dicha "especulación inmobiliaria" se denuncia en el documental "Opération Sultan"
http://en.wikipedia.org/wiki/Battle_of_Marseille
http://www.productionsdulagon.com/Operation_Sultan.html
http://en.wikipedia.org/wiki/Karl_Oberg
http://www.imdb.com/title/tt0050174/?ref_=fn_al_tt_1
http://en.wikipedia.org/wiki/R%C3%A9volution_nationale
http://www.forosegundaguerra.com/viewto ... f=36&t=172
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Re: Crees en el holocausto de los 6 millones de judios?
... Que no hubo "campos de exterminio nazis" cabezón, que eran campos de concentración y trabajo, coño! ...Ver citas anterioresDoc_McCoy escribió:El 22-24 julio de 1943 los alemanes realizaron una gran redada de judíos en barrios antiguos del puerto de Marsella. Fueron apoyados de manera decidida por la policía francesa al mando de René Bousquet, según Jacques Delarue (testigo de la acción) fueron convocados desde toda Francia casi 12000 policías galos ( 200 inspectores, 15 compañías de GMR antidisturbios y escuadras de gendarmes y guardias móviles).
El General Carl Albrecht Oberg, jefe en Francia de la policía germana, consideraba el Primer Arrondisement marsellés un "nido de terroristas y criminales a erradicar". 30000 Franceses fueron desplazados fuera de su hogar y 2000 personas fueron mandadas a los campos nazis de exterminio. Los alemanes demolieron con explosivos 1500 edificios haciendo desaparecer el barrio antiguo, parece ser que también se aprovecharon de un plan urbanístico diseñado por arquitectos franceses vichistas seguidores de la "Révolution nationale". Dicha "especulación inmobiliaria" se denuncia en el documental "Opération Sultan"
http://en.wikipedia.org/wiki/Battle_of_Marseille
http://www.productionsdulagon.com/Operation_Sultan.html
http://en.wikipedia.org/wiki/Karl_Oberg
http://www.imdb.com/title/tt0050174/?ref_=fn_al_tt_1
http://en.wikipedia.org/wiki/R%C3%A9volution_nationale
http://www.forosegundaguerra.com/viewto ... f=36&t=172
Re: Crees en el holocausto de los 6 millones de judios?
Ver citas anterioresAtila escribió:(...)
... Que no te empeñes, que no hubo holo, que es un cuento inventado para joder a los alemanes vencidos ... ya puedes pegar tochos, ya ...
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Re: Crees en el holocausto de los 6 millones de judios?
Finlandia y el Holocausto
Los judíos de Finlandia se encontraron en una extraña situación a comienzos de la Segunda Guerra Mundial. A pesar de la guerra nazi contra los judíos europeos, la alianza entre Finlandia y Alemania dio lugar a que 300 judíos finlandeses lucharon junto a soldados alemanes en la frontera este, mientras mujeres judías servían en servicios civiles de defensa del país. La comunidad judía de Finlandia sólo contaba con 2000 miembros (incluyendo a 300 refugiados de Austria y Alemania) y el antisemitismo apenas existía en este país. Los judíos fineses eran ciudadanos de pleno derecho. La mayoría de judíos refugiados fueron acogidos en campos de trabajo, donde vivían en barracas. Cuando Heinrich Himmler abordó el tema de los judíos fineses, el primer ministro del país Johann Wilhelm Rangall le contestó secamente que en Finlandia no existía “problema judío” Los nazis valorando la cooperación militar de Finlandia en su lucha contra la unión soviética, no presionaron más sobre el tema. No obstante, en otoño de 1942 8 refugiados fueron entregados a la GESTAPO y fueron deportados al campo de Auschwitz y todos excepto uno perecieron. Las largas negociaciones con el gobierno sueco propiciaron el traslado de 180 refugiados a Finlandia. La gran mayoría de los judíos Finlandia sobrevivieron a la guerra, excepto algunos soldados judíos que perecieron luchando por la causa alemana.
http://www.forosegundaguerra.com/viewto ... ?f=36&t=73
Los judíos de Finlandia se encontraron en una extraña situación a comienzos de la Segunda Guerra Mundial. A pesar de la guerra nazi contra los judíos europeos, la alianza entre Finlandia y Alemania dio lugar a que 300 judíos finlandeses lucharon junto a soldados alemanes en la frontera este, mientras mujeres judías servían en servicios civiles de defensa del país. La comunidad judía de Finlandia sólo contaba con 2000 miembros (incluyendo a 300 refugiados de Austria y Alemania) y el antisemitismo apenas existía en este país. Los judíos fineses eran ciudadanos de pleno derecho. La mayoría de judíos refugiados fueron acogidos en campos de trabajo, donde vivían en barracas. Cuando Heinrich Himmler abordó el tema de los judíos fineses, el primer ministro del país Johann Wilhelm Rangall le contestó secamente que en Finlandia no existía “problema judío” Los nazis valorando la cooperación militar de Finlandia en su lucha contra la unión soviética, no presionaron más sobre el tema. No obstante, en otoño de 1942 8 refugiados fueron entregados a la GESTAPO y fueron deportados al campo de Auschwitz y todos excepto uno perecieron. Las largas negociaciones con el gobierno sueco propiciaron el traslado de 180 refugiados a Finlandia. La gran mayoría de los judíos Finlandia sobrevivieron a la guerra, excepto algunos soldados judíos que perecieron luchando por la causa alemana.
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Re: Crees en el holocausto de los 6 millones de judios?
A mi de verdad hay cosas que me chirrían mucho. Sin negar el Holocausto,la manera en que se tratan los rincones desconocidos por la teoría oficial me supera. ¿que no hay órdenes escritas? Pues no se habrán encontrado,pero no me intentéis colar que se hizo interpretando miradas...
Se decía que si no había una crisis económica, si no había hambre, no era posible una revolución y, sin embargo, se hizo la Revolución
Fidel Castro desmintiendo a todos sus defensores, 23 de Enero de 1959
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Re: Crees en el holocausto de los 6 millones de judios?
Los documentos oficiales encontrados también se interpretan alegremente. Si dice que hay que evacuar a los judíos en Wannsee, "evidentemente" eso significa exterminar, lo que pasa es que hablaban en clave.Ver citas anterioresBaco escribió:A mi de verdad hay cosas que me chirrían mucho. Sin negar el Holocausto,la manera en que se tratan los rincones desconocidos por la teoría oficial me supera. ¿que no hay órdenes escritas? Pues no se habrán encontrado,pero no me intentéis colar que se hizo interpretando miradas...
Re: Crees en el holocausto de los 6 millones de judios?
...con una tasa de mortandad del 98% y que de forma totalmente accidental y casual disponían de sistemas que habrían permitido asesinar a cientos de personas a la vez, así como de centros crematorios dimensionados para imcinerar miles de cadáveres cada día.Ver citas anterioresAtila escribió:... Que no hubo "campos de exterminio nazis" cabezón, que eran campos de concentración y trabajo, coño! ...Ver citas anterioresDoc_McCoy escribió:El 22-24 julio de 1943 los alemanes realizaron una gran redada de judíos en barrios antiguos del puerto de Marsella. Fueron apoyados de manera decidida por la policía francesa al mando de René Bousquet, según Jacques Delarue (testigo de la acción) fueron convocados desde toda Francia casi 12000 policías galos ( 200 inspectores, 15 compañías de GMR antidisturbios y escuadras de gendarmes y guardias móviles).
El General Carl Albrecht Oberg, jefe en Francia de la policía germana, consideraba el Primer Arrondisement marsellés un "nido de terroristas y criminales a erradicar". 30000 Franceses fueron desplazados fuera de su hogar y 2000 personas fueron mandadas a los campos nazis de exterminio. Los alemanes demolieron con explosivos 1500 edificios haciendo desaparecer el barrio antiguo, parece ser que también se aprovecharon de un plan urbanístico diseñado por arquitectos franceses vichistas seguidores de la "Révolution nationale". Dicha "especulación inmobiliaria" se denuncia en el documental "Opération Sultan"
http://en.wikipedia.org/wiki/Battle_of_Marseille
http://www.productionsdulagon.com/Operation_Sultan.html
http://en.wikipedia.org/wiki/Karl_Oberg
http://www.imdb.com/title/tt0050174/?ref_=fn_al_tt_1
http://en.wikipedia.org/wiki/R%C3%A9volution_nationale
http://www.forosegundaguerra.com/viewto ... f=36&t=172
Pero oye, que es normal, todo el mundo hace planes para incinerar miles de cuerpos cada día en sitios donde alguien muy mal intencionado podría usar el Zyklon B (que apenas les hace nada a los piojos) para despiojar a cientos de personas a la vez aunque con cierto riesgo de que los muy tontuelos se asfixiasen con los gases de cianuro.
Y ya puestos dentro de la normalidad, es normal enviar a miles de personas cada día a campos de concentración que ya están al 100% de capacidad, como si esa gente... sabes... en realidad no fueran a quedarse mucho tiempo en ese campo. Como si el 98% de ellos fueran a morir más pronto que tarde...
Todo supernormal. Y si en Europa había en 1945 unos 5 milones de judíos (y un millón de otras gentes) que desaparecieron tras ser deportados por los nazis, pues serán cosas de la guerra, que es muy mala.
Y si no pregúntales a los judíos de Lituania, que al parecer sufrieron una pandemia de alergia al plomo y se murieron ellos solo en apenas tres meses tras la conquista del país por Alemania.
“Lo único que necesita el mal para triunfar es que los hombres buenos no hagan nada"-Edmund Burke
Corolario de Nowomowa: tampoco ayuda cuando los buenos son idiotas.
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Re: Crees en el holocausto de los 6 millones de judios?
Yo lo que nunca entenderé es por qué a los nazis que asumís la inferioridad de las razas y que los judíos son el mal, manipulaís tanto en este tema, lo de Wannsee, que recuerdo perfectamente que no conocías la primera vez que debatimos sobre esto, habla EXPLICITAMENTE de esterilizaciones de judíos y de unas reglas para aplicarlo según el grado de cosanguiniedad, después habla de la "solución final", que es el nombre en clave para la operación y que no se explica ni detalla en qué consiste, algo nada sospechoso. De ahí nos tenemos que creer que a los nazis se les ablanda el corazón y que los retienen en unos campos en condiciones penosas (por culpa de los aliados claro, que no les dejan ganar la guerra y no pueden alimentar ni acabar con las epidemias por su culpa) donde se mueren como moscas para después darles tierras y casas cuando conquisten las tierras eslavas, además que es a lo que suena "SOLUCION FINAL" a un programa de reasentamiento, con dos cojonesVer citas anterioresBelenguer escribió:Los documentos oficiales encontrados también se interpretan alegremente. Si dice que hay que evacuar a los judíos en Wannsee, "evidentemente" eso significa exterminar, lo que pasa es que hablaban en clave.Ver citas anterioresBaco escribió:A mi de verdad hay cosas que me chirrían mucho. Sin negar el Holocausto,la manera en que se tratan los rincones desconocidos por la teoría oficial me supera. ¿que no hay órdenes escritas? Pues no se habrán encontrado,pero no me intentéis colar que se hizo interpretando miradas...
Lo que me hace gracia de Baco es que el considera que el Holodomor fue algo planificado cuando ni hay órdenes escritas y hay multitud de documentos (cartas de Stalin, informes de que los kulaks estaban matando el ganado y quemando graneros, etc...) y hechos que prueban que se intentó paliar la hambruna incluso comprando cereales a EEUU
Homo homini lupus
Re: Crees en el holocausto de los 6 millones de judios?
Todavía no hay ni una sola prueba de la existencia del Holocausto, mucho copia-pega de teorías absurdas que no demuestran nada. Sigo esperando que el tío este que trae tochos pueda refutar la tesis del Profesor Robert Faurisson.
Una gran civilización no es conquistada desde fuera hasta que se destruye ella misma desde dentro
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Re: Crees en el holocausto de los 6 millones de judios?
También lo tenemos en España con la ultraderecha negando los crímenes de Franco. Empezó hace años este revisionismo patrio y cada vez va a más en los medios (radios, libros, televisiones...) con gente como Pio Moa (el Garaudy español), César Vidal (el Faurisson español), Stanley Payne (a los Chomsky) sustentados en políticos como Mayor Oreja y Aznar (hasta la victoria final: hacer del dictador un político único y grande, libre por supuesto) con un negacionismo de los crímenes franquistas en la Guerra Civil y la Dictadura, convirtiendo la República en Sodoma y Gomorra, cuando la República era de todos (sus aciertos y fallos), de derechas e izquierdas. Es el mismo proceso que el negacionismo del Holocausto donde Paracuellos es Dresde y Badajoz es Auschwitz. Negar la verdad para acomodar su ideología basura, en definitiva, blanquear los muertos hasta que estén limpios y no huelan ni molesten, sean judíos, comunistas, sindicalistas, socialistas... untermensch («subhombre» o «subhumano» en alemán).Ver citas anterioresEnxebre escribió:
Yo lo que nunca entenderé es por qué a los nazis que asumís la inferioridad de las razas y que los judíos son el mal, manipulaís tanto en este tema, lo de Wannsee, habla EXPLICITAMENTE de esterilizaciones de judíos y de unas reglas para aplicarlo según el grado de cosanguiniedad, después habla de la "solución final", que es el nombre en clave para la operación y que no se explica ni detalla en qué consiste, algo nada sospechoso. De ahí nos tenemos que creer que a los nazis se les ablanda el corazón y que los retienen en unos campos en condiciones penosas (por culpa de los aliados claro, que no les dejan ganar la guerra y no pueden alimentar ni acabar con las epidemias por su culpa) donde se mueren como moscas para después darles tierras y casas cuando conquisten las tierras eslavas, además que es a lo que suena "SOLUCION FINAL" a un programa de reasentamiento, con dos cojones
Lo que me hace gracia de Baco es que el considera que el Holodomor fue algo planificado cuando ni hay órdenes escritas y hay multitud de documentos (cartas de Stalin, informes de que los kulaks estaban matando el ganado y quemando graneros, etc...) y hechos que prueban que se intentó paliar la hambruna incluso comprando cereales a EEUU
Saludos.
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Re: Crees en el holocausto de los 6 millones de judios?
LTI. LA LENGUA DEL TERCER REICH – Victor Klemperer
Una lengua que, para decirlo con nuestro autor, envenenó cantidad de conceptos y sentimientos y que revela mucho de las convicciones, propósitos y hábitos de pensamiento del nazismo.

Más que la propaganda de los discursos, las octavillas y los carteles, afirma Victor Klemperer, el instrumento que permitió al nazismo instilar su veneno en las masas fue el lenguaje: palabras aisladas, expresiones y formas sintácticas repetidas hasta la saciedad y que, favorecidas por su simplicidad, acababan por penetrar en el inconsciente de los individuos, quienes las asimilaban y las reproducían mecánicamente. Si, por otra parte, es cierto que el lenguaje –su estilo, sus énfasis- revela de las personas más de lo que ellas quisieran, el sello de una época se halla también en el lenguaje prevaleciente. Pocas cosas pueden ser más relevantes para la puesta en evidencia del nazismo, pues, que el conocimiento de la LTI: Lingua Tercii Imperii, que es como Klemperer designa a la lengua del Tercer Reich. Una lengua que, para decirlo con nuestro autor, envenenó cantidad de conceptos y sentimientos y que revela mucho de las convicciones, propósitos y hábitos de pensamiento del nazismo.
Victor Klemperer (1881-1960) fue un filólogo e historiador de la literatura alemán de origen judío, primo del célebre director de orquesta Otto Klemperer. Tras combatir como voluntario en la Primera Guerra Mundial, inició una trayectoria académica que lo condujo a una cátedra de literatura francesa en la Universidad de Dresde. Forzado a dimitir por las leyes antijudías promulgadas por el régimen nazi, rehusó adoptar la vía del exilio y, casado con una mujer etiquetada como «aria», soportó en condiciones precarias casi toda la duración del Tercer Reich en Dresde. Escribió en ese tiempo unos diarios, los que fueron publicados por primera vez en Alemania en 1995. A partir de algunos de sus apuntes sobre el habla nazi, Klemperer publicó en 1947 el libro LTI, Apuntes de un filólogo, una interesante recopilación de observaciones que revelan al experto y al erudito pero que ante todo es un testimonio a la vez dramático y ameno de un genuino humanista.
Que el régimen nazi desvirtuó ideas o conceptos se manifiesta por ejemplo en su empleo de los términos «heroísmo»y «fanatismo», machaconamente explotados por el discurso oficial. Antes del Tercer Reich, la palabra «fanático» solía tener connotaciones negativas, asociada como estaba en la propia Alemania a una actitud amenazadora y repulsiva. El régimen nazi convirtió el fanatismo en una virtud, y es en este sentido que inundó toda clase de textos y comunicados, desde artículos periodísticos y discursos a felicitaciones personales y proclamas dirigidas a organizaciones, militares y civiles. Se hablaba sin rubor de «juramento fanático» y de «valentía fanática», y se ensalzaba a Goering como «fanático amigo de los animales». Cuando la situación militar se tornó definitivamente crítica y la palabra parecía desgastada e insuficiente, Goebbels consideró necesario exhortar a un «fanatismo feroz»… como si existiese un fanatismo dócil. Con Klemperer, por otro lado, se puede recelar del heroísmo cuando carece de pureza y de discreción. «Lo que reprocho al concepto de héroe aplicado por el nazismo –dice nuestro autor- es precisamente su continua dependencia de lo decorativo, la fanfarronería de su presencia. El nazismo nunca conoció oficialmente un heroísmo honesto y auténtico. Y de este modo falsificó y desacreditó todo el concepto». La manipulación del término daba pie a la lectura entre líneas, especialmente después de Stalingrado: cuando un parte de guerra informaba que las tropas luchaban heroicamente, se podía suponer que a las tropas les iba fatal. «Heroicamente» sonaba a necrología.
La propensión del nazismo a absorber los espacios y las almas, su impulso totalitario, queda en evidencia en el uso de la palabra «coordinar»; palabra que revela también una tendencia a la mecanización y la automatización. Las instituciones debían alinearse con el ideario y las metas del nazismo, hacerse partícipes de su cosmovisión. La judicatura, los sindicatos, el cuerpo docente, las iglesias, los coros, los clubes deportivos, también las organizaciones de extrema derecha que podían rivalizar con el partido nazi -tal el caso de los Cascos de Acero-; ninguna instancia corporativa debía quedar exenta de la política de «coordinación», que era en verdad una empresa colosal de homogeneización de la sociedad bajo el signo de la esvástica. La omnipresencia del término podía prestarse a su ridiculización, como ocurrió cuando un humorista (con seguridad en los tiempos iniciales del régimen), a propósito de una salida a terreno realizada por la Asociación de Excursionistas, declaró que la naturaleza acababa de ser «coordinada».
«El lenguaje del vencedor… no se habla impunemente. Ese lenguaje se respira y se vive según él», sentencia Klemperer. Hombres y mujeres nada sospechosos de congeniar con el nazismo, algunos de ellos pertenecientes al número de sus víctimas, podían dar pruebas de la exitosa difusión del habla nazi. Un dentista que profesaba aversión a su país y se confesaba anglófilo a rabiar, tenía a bien decir que los alemanes eran «caracterialmente inferiores», recurriendo a un término –«caracterial»- acuñado por los nazis e impregnado de connotaciones racistas. Una colega de Klemperer, filóloga de origen judío desaparecida más tarde en un campo de concentración, podía largar en presencia del autor una retahíla de eslóganes y lugares comunes del nazismo comprimidos en apenas un par de frases: según ella, había que leer a Goethe, había que ser «alemanes fanáticos», había que «lavar a la patria de su no-germanidad». En el libro sobre el judaísmo en la vida intelectual del siglo XIX publicado en 1936 por Arthur Eloesser, judío y otrora admirado por Klemperer, se multiplicaban los tópicos característicos de la LTI: cundían las burdas generalizaciones sobre el judío alemán y en torno a lo alemán; cierto personaje de Heine era un judío «camuflado» (precisamente un estigma que los nazis adjudicaban al propio Heine); se hablaba de la «llamada mística de la sangre»… Una perla: en el ámbito cultural, según Eloesser, los judíos alemanes se creían «coordinados» con sus compatriotas no judíos. En fin. Testimonios del triunfo de una mentalidad perversa, enfermiza, considerada durante años como virtud suprema.
Por supuesto, la LTI no tenía necesidad de inventar todos sus términos y expresiones, casi siempre le bastaba con apropiarse de los ya existentes e impregnarlos de una connotación específicamente nazi. El sentido peyorativo original de una palabra como «masificación», cuyo origen puede rastrearse en la crítica de arte y en el vocabulario especializado de disciplinas como la sociología y la economía, resultaba neutralizado por la demagogia del colectivismo racial. Ya Flavio Josefo y el novelista Lion Feuchtwanger habían dado lustre a la expresión «guerra judía», pero en el contexto del Tercer Reich venía a significar algo muy distinto, cargado de connotaciones funestas, como todo lo relacionado con los judíos. A propósito: a día de hoy, apenas hace falta extenderse demasiado –al menos en el espacio de una reseña- sobre la importancia de términos como «el judío» o «lo judío» en la práctica lingüística de los nazis. «Lo judío» era en la versión nazi el común denominador de todo lo que pudiese haber de negativo en el mundo; en definitiva, un resumidero de falacias, simplificaciones y generalizaciones espurias. Klemperer dedica a este apartado algunas de sus observaciones más interesantes.
Había en el nazismo una especie de infantilismo que lo impulsaba a concebir sus logros –presentes y futuros- en términos superlativos. De partida, el Tercer Reich debía ser el imperio más grande y poderoso de todos los tiempos. Cada uno de los productos salidos de sus fábricas debían ser «los más modernos», «los más eficientes», «los más poderosos» del mundo. Todo se expresaba de modo superlativo. No había simplemente batallas ni enemigos, lo que había eran un «enemigo universal» y «batallas de aniquilación» o «la mayor batalla de la historia». Klemperer aplica el escalpelo a lo que denomina la «maldición del superlativo», que en la LTI adquirió proporciones inauditas. La fanfarronería y las exageraciones que proliferaban en la propaganda y en el discurso cotidiano llevaron al extremo lo que, siguiendo al autor, puede considerarse como la raíz específicamente alemana del nazismo: la supresión de los límites, una desmesura casi delirante que remonta a la esencia del romanticismo y su intento de asir lo ilimitado. Klemperer afirma precisamente que «la raíz alemana del nazismo se llama romanticismo».
- Victor Klemperer, LTI, la lengua del Tercer Reich. Apuntes de un filólogo. Minúscula, Barcelona, reimpresión de 2007. 414 pp.
http://www.hislibris.com/lti-la-lengua- ... klemperer/
Una lengua que, para decirlo con nuestro autor, envenenó cantidad de conceptos y sentimientos y que revela mucho de las convicciones, propósitos y hábitos de pensamiento del nazismo.

Más que la propaganda de los discursos, las octavillas y los carteles, afirma Victor Klemperer, el instrumento que permitió al nazismo instilar su veneno en las masas fue el lenguaje: palabras aisladas, expresiones y formas sintácticas repetidas hasta la saciedad y que, favorecidas por su simplicidad, acababan por penetrar en el inconsciente de los individuos, quienes las asimilaban y las reproducían mecánicamente. Si, por otra parte, es cierto que el lenguaje –su estilo, sus énfasis- revela de las personas más de lo que ellas quisieran, el sello de una época se halla también en el lenguaje prevaleciente. Pocas cosas pueden ser más relevantes para la puesta en evidencia del nazismo, pues, que el conocimiento de la LTI: Lingua Tercii Imperii, que es como Klemperer designa a la lengua del Tercer Reich. Una lengua que, para decirlo con nuestro autor, envenenó cantidad de conceptos y sentimientos y que revela mucho de las convicciones, propósitos y hábitos de pensamiento del nazismo.
Victor Klemperer (1881-1960) fue un filólogo e historiador de la literatura alemán de origen judío, primo del célebre director de orquesta Otto Klemperer. Tras combatir como voluntario en la Primera Guerra Mundial, inició una trayectoria académica que lo condujo a una cátedra de literatura francesa en la Universidad de Dresde. Forzado a dimitir por las leyes antijudías promulgadas por el régimen nazi, rehusó adoptar la vía del exilio y, casado con una mujer etiquetada como «aria», soportó en condiciones precarias casi toda la duración del Tercer Reich en Dresde. Escribió en ese tiempo unos diarios, los que fueron publicados por primera vez en Alemania en 1995. A partir de algunos de sus apuntes sobre el habla nazi, Klemperer publicó en 1947 el libro LTI, Apuntes de un filólogo, una interesante recopilación de observaciones que revelan al experto y al erudito pero que ante todo es un testimonio a la vez dramático y ameno de un genuino humanista.
Que el régimen nazi desvirtuó ideas o conceptos se manifiesta por ejemplo en su empleo de los términos «heroísmo»y «fanatismo», machaconamente explotados por el discurso oficial. Antes del Tercer Reich, la palabra «fanático» solía tener connotaciones negativas, asociada como estaba en la propia Alemania a una actitud amenazadora y repulsiva. El régimen nazi convirtió el fanatismo en una virtud, y es en este sentido que inundó toda clase de textos y comunicados, desde artículos periodísticos y discursos a felicitaciones personales y proclamas dirigidas a organizaciones, militares y civiles. Se hablaba sin rubor de «juramento fanático» y de «valentía fanática», y se ensalzaba a Goering como «fanático amigo de los animales». Cuando la situación militar se tornó definitivamente crítica y la palabra parecía desgastada e insuficiente, Goebbels consideró necesario exhortar a un «fanatismo feroz»… como si existiese un fanatismo dócil. Con Klemperer, por otro lado, se puede recelar del heroísmo cuando carece de pureza y de discreción. «Lo que reprocho al concepto de héroe aplicado por el nazismo –dice nuestro autor- es precisamente su continua dependencia de lo decorativo, la fanfarronería de su presencia. El nazismo nunca conoció oficialmente un heroísmo honesto y auténtico. Y de este modo falsificó y desacreditó todo el concepto». La manipulación del término daba pie a la lectura entre líneas, especialmente después de Stalingrado: cuando un parte de guerra informaba que las tropas luchaban heroicamente, se podía suponer que a las tropas les iba fatal. «Heroicamente» sonaba a necrología.
La propensión del nazismo a absorber los espacios y las almas, su impulso totalitario, queda en evidencia en el uso de la palabra «coordinar»; palabra que revela también una tendencia a la mecanización y la automatización. Las instituciones debían alinearse con el ideario y las metas del nazismo, hacerse partícipes de su cosmovisión. La judicatura, los sindicatos, el cuerpo docente, las iglesias, los coros, los clubes deportivos, también las organizaciones de extrema derecha que podían rivalizar con el partido nazi -tal el caso de los Cascos de Acero-; ninguna instancia corporativa debía quedar exenta de la política de «coordinación», que era en verdad una empresa colosal de homogeneización de la sociedad bajo el signo de la esvástica. La omnipresencia del término podía prestarse a su ridiculización, como ocurrió cuando un humorista (con seguridad en los tiempos iniciales del régimen), a propósito de una salida a terreno realizada por la Asociación de Excursionistas, declaró que la naturaleza acababa de ser «coordinada».
«El lenguaje del vencedor… no se habla impunemente. Ese lenguaje se respira y se vive según él», sentencia Klemperer. Hombres y mujeres nada sospechosos de congeniar con el nazismo, algunos de ellos pertenecientes al número de sus víctimas, podían dar pruebas de la exitosa difusión del habla nazi. Un dentista que profesaba aversión a su país y se confesaba anglófilo a rabiar, tenía a bien decir que los alemanes eran «caracterialmente inferiores», recurriendo a un término –«caracterial»- acuñado por los nazis e impregnado de connotaciones racistas. Una colega de Klemperer, filóloga de origen judío desaparecida más tarde en un campo de concentración, podía largar en presencia del autor una retahíla de eslóganes y lugares comunes del nazismo comprimidos en apenas un par de frases: según ella, había que leer a Goethe, había que ser «alemanes fanáticos», había que «lavar a la patria de su no-germanidad». En el libro sobre el judaísmo en la vida intelectual del siglo XIX publicado en 1936 por Arthur Eloesser, judío y otrora admirado por Klemperer, se multiplicaban los tópicos característicos de la LTI: cundían las burdas generalizaciones sobre el judío alemán y en torno a lo alemán; cierto personaje de Heine era un judío «camuflado» (precisamente un estigma que los nazis adjudicaban al propio Heine); se hablaba de la «llamada mística de la sangre»… Una perla: en el ámbito cultural, según Eloesser, los judíos alemanes se creían «coordinados» con sus compatriotas no judíos. En fin. Testimonios del triunfo de una mentalidad perversa, enfermiza, considerada durante años como virtud suprema.
Por supuesto, la LTI no tenía necesidad de inventar todos sus términos y expresiones, casi siempre le bastaba con apropiarse de los ya existentes e impregnarlos de una connotación específicamente nazi. El sentido peyorativo original de una palabra como «masificación», cuyo origen puede rastrearse en la crítica de arte y en el vocabulario especializado de disciplinas como la sociología y la economía, resultaba neutralizado por la demagogia del colectivismo racial. Ya Flavio Josefo y el novelista Lion Feuchtwanger habían dado lustre a la expresión «guerra judía», pero en el contexto del Tercer Reich venía a significar algo muy distinto, cargado de connotaciones funestas, como todo lo relacionado con los judíos. A propósito: a día de hoy, apenas hace falta extenderse demasiado –al menos en el espacio de una reseña- sobre la importancia de términos como «el judío» o «lo judío» en la práctica lingüística de los nazis. «Lo judío» era en la versión nazi el común denominador de todo lo que pudiese haber de negativo en el mundo; en definitiva, un resumidero de falacias, simplificaciones y generalizaciones espurias. Klemperer dedica a este apartado algunas de sus observaciones más interesantes.
Había en el nazismo una especie de infantilismo que lo impulsaba a concebir sus logros –presentes y futuros- en términos superlativos. De partida, el Tercer Reich debía ser el imperio más grande y poderoso de todos los tiempos. Cada uno de los productos salidos de sus fábricas debían ser «los más modernos», «los más eficientes», «los más poderosos» del mundo. Todo se expresaba de modo superlativo. No había simplemente batallas ni enemigos, lo que había eran un «enemigo universal» y «batallas de aniquilación» o «la mayor batalla de la historia». Klemperer aplica el escalpelo a lo que denomina la «maldición del superlativo», que en la LTI adquirió proporciones inauditas. La fanfarronería y las exageraciones que proliferaban en la propaganda y en el discurso cotidiano llevaron al extremo lo que, siguiendo al autor, puede considerarse como la raíz específicamente alemana del nazismo: la supresión de los límites, una desmesura casi delirante que remonta a la esencia del romanticismo y su intento de asir lo ilimitado. Klemperer afirma precisamente que «la raíz alemana del nazismo se llama romanticismo».
- Victor Klemperer, LTI, la lengua del Tercer Reich. Apuntes de un filólogo. Minúscula, Barcelona, reimpresión de 2007. 414 pp.
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Re: Crees en el holocausto de los 6 millones de judios?
... Lectura para "exterminacionistas" (los que creen en el exterminio) nada mas! ...Ver citas anterioresEdison escribió:http://www.publico.es/culturas/faltan-r ... ridad.html
Re: Crees en el holocausto de los 6 millones de judios?
Ver citas anterioresETHNIKO escribió:LAS VICTORIAS DEL REVISIONISMO
por ROBER FAURISSONDocumento que acompañaba la exposicion oral del Profesor Faurisson en la conferencia internacional sobre el "Holocausto"RESUMEN
En el proceso de Nurenberg (1945-1946), el tribunal de los vencedores ha acusado especialmente a la Alemania vencida de:
1) Haber ordenado y planificado el exterminio físico de los judíos de Europa.
2) Haber puesto a punto y utilizado para este fin, armas de destrucción masiva llamadas, en particular, "cámaras de gas".
3) Haber provocado la muerte, esencialmente con estas armas, pero también por otros medios, de seis millones de judíos.
En apoyo de esta triple acusación, reanudada después de sesenta años por el conjunto de los grandes medios de comunicación occidentales, no se ha aportado ninguna prueba que resista el examen. El profesor Robert Faurisson dedujo de esto en 1980:
Las pretendidas cámaras de gas hitlerianas y el pretendido genocidio de los judíos forman una sola y misma mentira histórica que ha permitido una gigantesca estafa político-financiera, cuyos principales beneficiarios son el Estado de Israel y el sionismo internacional y cuyas principales víctimas son el pueblo alemán -pero no sus dirigentes- y todo el pueblo palestino.
En 2006, el profesor Faurisson mantiene íntegramente esta conclusión. Desde hace casi sesenta años, los revisionistas, comenzando por los franceses Maurice Berdèche y Paul Rassinier, han acumulado, desde el punto de vista histórico y científico, una impresionante serie de victorias sobre sus adversarios. Aquí se muestran veinte ejemplos de estas victorias, que van desde 1951 hasta nuestros días.
El revisionismo no es una ideología sino un método inspirado por la investigación de la exactitud en materia histórica. Las circunstancias hacen que el revisionismo haya llegado a ser también la gran aventura intelectual del tiempo presente.ADVERTENCIA
La presente exposición lleva por título "Las Victorias del Revisionismo" y no "Historia del Revisionismo" o "Argumentos de la Tesis Revisionista". Se trata únicamente de las victorias que nuestros adversarios han debido concedernos de manera explícita o implícita. No es preciso pues esperar encontrar aquí una mención sistemática de autores, obras o argumentos revisionistas. Si, no obstante, me fuera necesario recomendar una breve muestra de lecturas revisionistas, aconsejaría la obra de primera referencia que constituye The Hoax of the Twentieth Century / The Case Against the Presumed Extermination of European Jewry, publicado en 1976 por Arthur Robert Butz. El libro es magistral. Está tan sólidamente construido que en estos treinta años de existencia nadie ha intentado su refutación; aconsejo la lectura de la edición de 2003 que tiene la ventaja de contener cinco notables suplementos.
Convendría igualmente leer el famoso informe de Fred Leuchter, An Engineering Report on the Alleged Execution Gas Chambers at Auschwitz, Birkenau and Majdanek, Poland; recomiendo la lectura en su edición de cubiertas doradas, editada por Samisdat Publishers de Toronto en 1988 que contiene, en la página 42, el texto de una carta del 14 de mayo de 1988 sobre la ausencia total de orificios en los techos de las pretendidas cámaras de gas de los crematorios II y IIIde Auschwitz-Birkenau; F. Leuchter ha publicado igualmente otros tres informes sobre la cuestión de las cámaras de gas.
Del químico alemán Germar Rudolf no estaría de más leer al menos Lectures on the Holocaust / Controversial Issues Cross Examined, Theses and Dissertations Press (PO Box 257768, Chicago, IL 60625, USA) 2005, así como la impresionante serie (más de treinta volúmenes hasta el momento) que ha publicado bajo el título de Vierteljahreshefte für freie Geschichtsforschung, sin contar, en inglés, su revista The Revisionist y muchas otras publicaciones que han hecho ya de la obra de G. Rudolf (hoy de 42 años y preso en Alemania) un formidable monumento científico.
En fin, citemos el opus mágnum de la abogada canadiense Barbara Kulaszka, Did Six Million Really Die? /Report ofthe Evidence in the Canadian "False News" Trial of Ernst Zündel, 1988, publicado en 1992; su densidad tipográfica ha hecho de esta una obra de alrededor de mil páginas de formato normal; allí se cuenta como, en los dos muy largos procesos incoados a Ernst Zündel en 1985 y en 1988 ante un tribunal de Toronto, la parte contraria, confrontada con la argumentación revisionista, se derrumbó: un verdadero Stalingrado para los historiadores ortodoxos, empezando por el más grande de ellos, Raul Hilberg.
Se han escrito estudios esenciales por parte de los alemanes Wilhelm Staglich y Udo Walendy, el italiano Cario Mattogno, el español Enrique Aynat Eknes, el suizo Jürgen Graf y una decena de otros autores. Las 97 entregas de The Journal of Historical Review (1980-2002) debidas en buena parte al americano Mark Weber, constituyen una mina de informaciones de la investigación revisionista bajo todos los aspectos. En Francia, Fierre Guillaume, Serge Thion, Henri Roques, Fierre Marais, Vincent Reynouard, Jean Plantin, han tomado la sucesión de Maurice Bardéche y de Paul Rassinier. Son incontables a través del mundo las publicaciones y los sitios de Internet de carácter revisionista y esto a pesar de la censura y la represión.
El "Holocausto" permanece no obstante como la única religión oficial de Occidente, una religión mortal si lo fue. Y que continúa abusando de millones de buenas gentes por los procedimientos más groseros: Exposición de montones de gafas, de cabellos, de zapatos o de equipajes presentados como las "reliquias" de "los gaseados", fotografías falsificadas o desviadas de su significado, utilización de documentos inofensivos alterados o interpretados al revés, puestas en escena de testigos profesionales, multiplicación hasta el infinito de monumentos, de ceremonias, de espectáculos, machacamiento shoático desde la escuela, excursiones organizadas hacia los lugares santos del pretendido martirio judío y procesos espectaculares con llamadas al linchamiento.
El presidente Ahmadinejad ha tenido la palabra justa: el pretendido "Holocausto" de los judíos es un "mito", es decir, una creencia mantenida por la credulidad o la ignorancia. En Francia es perfectamente lícito proclamar que no se cree en Dios pero está prohibido decir que no se cree en el "Holocausto" o simplemente que se duda de él. Esta prohibición de toda suerte de discusión ha llegado a ser formal y oficial con la ley del 13 de Julio de 1990. Dicha ley fue publicada en el Diario Oficial de la República Francesa al día siguiente, es decir, el 14 de Julio, día de conmemoración de la República y de la Libertad. Esta ley proclama que la pena puede llegar hasta un año de prisión y una multa de 45000 euros; pero es igualmente posible la condena al pago de daños y perjuicios y de considerables costas judiciales. La jurisprudencia precisa que todo esto se aplica "incluso si (esta controversia) está presentada bajo una forma encubierta o dubitativa o por vía de insinuación" (Código Penal, París, Dalloz, 2006, p.2059). Francia no tiene más que un mito oficial, el del "Holocausto" y no conoce más que una blasfemia, la que ultraja al "Holocausto".
Personalmente, el 11 de Julio de 2006, fui una vez más citado ante un tribunal de París sobre el fundamento de esta ley especial. ¡El presidente del tribunal que debía juzgarme, Nicolás Bonnal, había seguido un cursillo organizado por el Centro Simón Wiesenthal de París bajo la égida del Consejo representativo de las instituciones judías de Francia (CRIF)! En un comunicado titulado triunfalmente: "El CRIF parte activa de la formación de los magistrados europeos", este organismo judío, cuyo poder político es exorbitante, no tenía temor en anunciarurbi et orbi que contaba a Nicolás Bonnal entre sus alumnos o cursillistas. Esto no es todo. En mi proceso, para ejercer buena mediación, la procuradora de la República resultó ser una judía de nombre Arme de Fontette; en la peroración de su requisotoria, esta última, aunque se la supone hablar en nombre de un Estado laico, ha apelado a la venganza de "Yahwéh, protector de su pueblo elegido"contra "los falsos labios" de Faurisson, culpable de haber concedido una entrevista telefónica de carácter revisionista a una emisora de radio-televisión iraní, Sahar 1.LAS CONCLUSIONES DE LA INVESTIGACIÓN REVISIONISTA
Los alemanes del Tercer Reich querían extirpar a los judíos de Europa, pero no exterminarlos. Han deseado "una solución final territorial de la cuestión judía"y no una "solución final en el sentido de eliminación física (desear una "solución final del paro" no significa querer la muerte de los parados). Los alemanes tuvieron campos de concentración pero no "campos de exterminio" (expresión forjada por la propaganda aliada). Utilizaron cámaras de gas para la desinfección que funcionaban especialmente con un insecticida denominado Zyklon B (a base de ácido cianhídrico) pero jamás tuvieron cámaras de gas homicidas o camiones de gas homicidas. Utilizaron hornos crematorios para la incineración de cadáveres y no para quemar allí seres vivos. Después de la guerra, las fotografías llamadas "atrocidades nazis", nos muestran enfermos, moribundos o muertos, pero no asesinados. A causa del bloqueo de los aliados, a causa de sus bombardeos generalizados y a causa del apocalipsis vivido por Alemania al final de un conflicto de casi seis años, la hambruna y las epidemias, especialmente de tifus, habían asolado el país y, en particular, los campos del oeste superpoblados por la llegada masiva de detenidos, evacuados de los campos del este y privados de alimento, medicinas y el Zykon B necesario para la protección contra la citada enfermedad.
En esta carnicería que es una guerra, se sufre. En una guerra moderna, los civiles de las naciones beligerantes sufren a veces tanto, si no más, que los soldados. Durante el conflicto que, de 1933 a 1945, los opuso a los alemanes, los judíos europeos han tenido pues que sufrir, pero infinitamente menos que lo que se atreven a afirmar con aplomo. Ciertamente, los alemanes los han tratado como una minoría hostil o peligrosa (y había razones para ello) y contra esta gente las autoridades del III Reich se vieron determinadas a tomar, a causa de la guerra, medidas cada vez más coercitivas, de policía o de seguridad militar. En ciertos casos, estas medidas llegaron hasta ponerlos en campos de internamiento o bien hasta la deportación hacia campos de concentración o de trabajo forzado. A veces, los judíos fueron ejecutados por sabotaje, por espionaje, por terrorismo y, sobre todo, por actividades guerrilleras a favor de los aliados, principalmente en el frente ruso, pero no por la simple razón de que fueran judíos. Jamás Hitler ordenó o permitió que se matara a nadie en razón de su raza o de su religión. En cuanto a la cifra de seis millones de judíos muertos, es una pura invención que jamás ha recibido justificación a pesar de los esfuerzos en este sentido del Instituto Yad Vashem de Jerusalén.
Ante las formidables acusaciones lanzadas contra la Alemania vencida, los revisionistas han dicho a los acusadores:
1) Muestren ustedes un solo documento que, en su opinión, pruebe que Hitler o cualquier nacionalsocialista ha ordenado y planificado el exterminio físico de los judíos.
2) Muéstrennos ese arma de destrucción masiva que habría sido una cámara de gas; muéstrennos una sola, en Auschwitz o en otros lugares; y si por casualidad ustedes pretenden que no pueden mostrar ninguna porque los alemanes, según ustedes, habrían destruido "el arma del crimen", provéannos al menos de un dibujo técnico que represente uno de esos mataderos que, según creen ustedes, habrían sido destruidos por los alemanes y explíquennos como este arma de fantástico rendimiento ha podido funcionar bien sin entrañar la muerte de los ejecutores o de sus ayudantes;
3) Explíquennos como han llegado ustedes a su cifra de seis millones de víctimas.
Ahora bien, en más de sesenta años, los historiadores-acusadores judíos o no judíos se han mostrado incapaces de aportar una respuesta a estas tres preguntas. Ellos acusan, pues, sin pruebas. Esto se llama calumniar.
Pero hay algo más grave: los revisionistas han enumerado una serie de hechos reales que prueban que este exterminio físico, esas cámaras de gas y esos seis millones no han podido existir.
1) El primero de estos hechos es que, durante toda la duración de la guerra, millones de judíos europeos han vivido o visto con conocimiento de todos que una buena aparte de ellos fueron empleados en fábricas por las alemanes que adolecían cruelmente de mano de obra, y estos millones de judíos no fueron asesinados. Más aun: los alemanes ofrecieron obstinadamente a los aliados, hasta los últimos meses del conflicto, liberar a tantos judíos como desearan con la condición expresa de que ello no fuera para enviaros a Palestina, y esto en consideración hacia "el noble y valiente pueblo árabe" ya agobiado por los colonos judíos.
2) El segundo de estos hechos, que se nos oculta cuidadosamente, es que los excesos eventualmente cometidos contra los judíos podían entrañar las más severas sanciones; matar u solo judío o una sola judía, podía significar, incluido esto para los soldados alemanes, ser condenado a muerte por un tribunal militar y fusilado. Dicho de otro modo, los judíos que vivían bajo administración alemana, si respetaban los reglamentos en vigor, continuaban gozando de la protección de la ley penal, incluso frente a las fuerzas armadas.
3) El tercero de estos hechos es que las pretendidas cámaras de gas nazis de Auschwitz o de otro lugares, son simplemente inconcebibles por razones físicas o químicas que son evidentes: nunca, después del pretendido gastamiento con gas cianhídrico de cientos o miles de personas en un local, hubieran podido penetrar otros hombres en un verdadero baño de ese veneno para manipular y extraer allí tantos cadáveres que, impregnados de cianuro tanto por fuera como por dentro, se habrían hecho intocables. El gas cianhídrico se adhiere fuertemente en las superficies; penetra incluso el cemento y el ladrillo y es difícil de ventilar; penetra en la piel, se instala en los cuerpos, se mezcla con las secreciones humorales. En los Estados Unidos, es precisamente ese gas el que se utiliza , aun en nuestros días, en una cámara de gas para ejecutar a un condenado a muerte, pero precisamente esta cámara es de acero y cristal, provista de una maquinaria obligatoriamente muy complicada y necesita de extraordinarias precauciones de empleo; es suficiente ver una cámara de gas americana destinada a ejecutar a un solo individuo, para darse cuenta de que las pretendidas cámaras de gas de Auschwitz que supuestamente han servido para ejecutar a multitudes de individuos, día tras día, no han podido ni existir ni funcionar.
Pero entonces, se nos dirá, ¿qué ha sido de todos esos judíos los cuales, según hemos concluido nosotros los revisionistas de nuestras investigaciones, no han sido jamás asesinados? La respuesta está ahí, bajo nuestros ojos y al alcance de todos: una parte de los judíos de Europa ha muerto, como decenas de millones de no-judíos, como consecuencia de la guerra, del hambre, de las epidemias y otra parte sobrevivió completamente, por millones, a la guerra. Estos últimos se han hecho abusivamente llamar "objeto de un milagro". En 1945, los judíos "supervivientes" o los "del milagro" se contaban por millones y formaron enjambres en una cincuentena de países del mundo, comenzando por Palestina. ¿Cómo una pretendida decisión de exterminio físico total de los judíos podría así engendrar millones de "milagrosos" supervivientes judíos? Millones de "milagrosos" supervivientes judíos no es un milagro; es un milagro falso, es una mentira, es un fraude.
Por mi parte, en 1980, he resumido en una frase de sesenta palabras francesas las conclusiones de las investigaciones revisionistas:
Las pretendidas cámaras de gas hitlerianas y el pretendido genocidio de los judíos forman una sola y misma mentira histórica que ha permitido una gigantesca estafa político-financiera cuyos principales beneficiarios son el estado de Israel y el sionismo internacional y cuyas principales víctimas son el pueblo alemán -pero no sus dirigentes- y todo el pueblo palestino.
Hoy, en el 2006, o sea veintiséis años más tarde, mantengo esta frase en su integridad. Lo cual no me ha sido inspirado por ninguna simpatía o antipatía política o religiosa. Esto encuentra su fundamento en hechos probados que habían comenzado a hacer salir a la luz, por una parte, Maurice Bardèche, en 1948 y en 1950, con sus dos libros sobre el proceso de Nurenberg y, por otra parte, Paul Rassinier, en 1950, publicando La Mentira de Ulises. A partir de 1951, año tras año, nuestros adversarios, tan ricos, tan poderosos, tan encarnizados en practicar todas las formas posibles de represión contra el revisionismo, se han visto constreñidos a darnos progresivamente la razón sobre los planos técnico, científico e histórico. Las victorias obtenidas por el revisionismo de la Segunda Guerra Mundial son numerosas y significativas pero, hay que reconocerlo desgraciadamente, permanecen aun en nuestros días casi desconocidas para el gran público. Los poderosos han hecho todo para ocultarlas al mundo. Esto se comprende: su dominio y su reparto del mundo están de alguna manera fundados sobre la religión del pretendido "Holocausto" de los judíos. Poner en cuestión el "Holocausto", desvelar públicamente la extraordinaria impostura, arrancar su máscara a los políticos, a los periodistas, a los historiadores, a los universitarios, a los hombres de iglesias, de clanes, de capillas que, durante más de sesenta años han predicado la falsificación enarbolando el anatema contra los impíos, constituye una peligrosa aventura. Pero como se va a ver, a pesar de la represión, el tiempo parece acabar por jugar a favor de los revisionistas.EJEMPLOS DE VICTORIAS REVISIONISTAS
No recordaré aquí más que veinte de estas victorias:
1) En 1951, el judío León Poliakov, que había estado destinado en la delegación francesa en el proceso de Nurenberg (1945-1946) concluyó que, de todos los aspectos de la historia del III Reich disponemos de una superabundancia de documentos con la excepción de un solo punto: la "campaña de exterminio de los judíos". Y al respecto escribe: "No ha quedado ningún documento, posiblemente nunca ha existido ninguno" (Breviaire de la haine, París, Calmann-Lévy, 1974 -1951-, p. 171)Comentario: Aquí hay una extraordinaria concesión a la tesis revisionista. En efecto, una empresa criminal tan formidable supuestamente concebida, ordenada, organizada y perpetrada por los alemanes habría necesitado un orden, un plan, unas instrucciones, un presupuesto... Una empresa tal, mantenida durante años, sobre todo un continente y produciendo la muerte de millones de víctimas, habría dejado una oleada de pruebas documentales. En consecuencia, si se nos viene a decir que quizá no han existido nunca tales pruebas documentales, es que el crimen en cuestión no ha sido perpetrado. En ausencia de todo documento, el historiador no tiene más que callarse. L. Poliakov ha hecho esta concesión en 1951, es decir, hace cincuenta y cinco años. Ahora bien, es preciso saber que, desde 1951 hasta 2006, sus sucesores han fracasado igualmente en hallar la menor prueba documental. De vez en cuando, aquí o allá, se ha insistido a tentativas de hacernos creer en tal o cual hallazgo pero, cada vez, como se verá aquí más adelante, ha sido necesario bajar el tono de la pretensión.
2) En 1960, Martin Broszat, miembro del Instituto de Historia Contemporánea de Munich, escribió: "Ni en Dachau, ni en Bergen-Belsen, ni en Buchenwald han sido gaseados judíos u otros detenidos" (Die Zeit, 19 de Agosto de 1960,p. 16)Comentario: Esta concesión súbita e inexplicable es significativa. En el proceso de Nurenberg la única cámara de gas homicida que la acusación se atrevió a mostrarnos en una película fue la de Dachau y fueron numerosos los testimonios de pretendidos gastamientos homicidas en los tres campos arriba mencionados. M. Broszat reconocía pues implícitamente que estos testimonios eran falsos. No nos dice en qué eran falsos. No nos dice tampoco cuales otros testimonios sustentadores, por ejemplo, sobre Auschwitz, Majdanek, Treblinka, Sobibor o Belzec, continúan siendo dignos de fe. En la década de los 80, en Dachau, un cartel indicaba en cinco idiomas que "la cámara de gas disfrazada de ducha" que los turistas visitaban no había "servido nunca" como tal. Los revisionistas preguntaron entonces por qué el local podía ser calificado como "cámara de gas" homicida. De pronto, las autoridades del Museo de Dachau retiraron este cartel para reemplazarlo por otro donde, en alemán y en inglés, se dice ahora: "Cámara de gas. Aquí se encontraba el centro potencial de muerte en masa" y se añade que "hasta 150 personas podían ser gaseadas a la vez" en este espacio con el Zyklon B. Obsérvense las palabras "potencial" y "podían" (en inglés "potencial" y "could"). La elección de estas palabras da testimonio de una buena picardía: era preciso crear entre los turistas la idea de que la llamada "cámara de gas" sirvió efectivamente par matar pero, al mismo tiempo, permite replicar a los revisionistas: "Nosotros no hemos dicho expresamente que esta cámara de gas ha servido para matar; hemos dicho simplemente que podía o que habría podido, en la época, servir para matar a tantas personas". Para concluir, en 1960, M. Broszat, sin ninguna explicación, decretó en una simple carta que nadie había sido gaseado en Dachau; después, en los años que siguieron, las autoridades del Museo de Dachau, muy molestas, trataron, a costa de diferentes supercherías que han ido variando con el tiempo, de confundir a los visitantes dejándoles creer que et esta sala con aspecto de ducha (y con motivo porque en efecto lo era) se había gaseado a la gente.
3) En 1968, la historiadora judía Olga Wormser-Migot, en su tesis sobre "ElSistema Concentracionario Nazi, 1933-1945" (París, Presses universitaires de France, 1968) ha consagrado toda una argumentación a lo que ella llama “ElProblema de las Cámaras de Gas" (p.541-544). Allí expresa su escepticismo sobre el valor de célebres testimonios afirmando la existencia de cámaras de gas en campos como los de Mauthausen o de Ravensbrück. Sobre Auschwitz-I ella es formal: este campo donde hoy los turistas visitan una pretendida cámara de gas, estaba en realidad "sin cámara de gas" (p. 157)Comentario: Para llevar contra los vencidos horribles acusaciones de gastamientos homicidas, solamente se ha dado crédito a los testimonios y tales testimonios no han sido verificados. Notemos aquí el caso particular de Auschwitz-I: hace pues 38 años una historiadora judía ha tenido el coraje de escribir que este campo "no tenía cámara de gas"; sin embargo, aun hoy día, en 2006, los turistas visitan en masa en Auschwitz-I una sala a la que se osa falazmente presentarles como una "cámara de gas". Estamos, pues, ante una superchería.
4) En 1979, treinta y cuatro historiadores franceses han firmado una extensa declaración común en respuesta a los argumentos técnicos que yo había personalmente invocado para demostrar que la existencia y funcionamiento de las cámaras de gas nazis tropezaban con imposibilidades materiales radicales. Según la tesis oficial, Rudolf Höss, uno de los tres sucesivos comandantes de Auschwitz, había confesado (¡) y descrito como en Auschwitz y en Birkenau se gaseaba a los judíos. Después de esta confesión, muy vaga, añade que cuando las víctimas parecían haber exhalado el último suspiro, se ponía en marcha un aparato de ventilación y un equipo de prisioneros judíos entraba inmediatamente en la amplia sala para retirar los cadáveres y transportarlos hasta los hornos crematorios. R. Höss decía que estos judíos procedían a este trabajo negligentemente, fumando y comiendo. Yo hice observar que esto es imposible: no se puede entrar fumando y comiendo en un local saturado de ácido cianhídrico (gas virulento, penetrante y explosivo) para tocar, manipular y extraer miles de cadáveres impregnados de ácido cianhídrico y por lo tanto intocables. En su declaración, los treinta y cuatro historiadores me han respondido: "No hace falta preguntarse como ha sido posible técnicamente una tal matanza en masa. Ha sido técnicamente posible puesto que ha tenido lugar". (Le Monde, 21 de Febrero de 1979, p. 23).
Comentario: Esta respuesta viene a esquivar la cuestión planteada. Si se elude así es porque se es incapaz de responder. Y si treinta y cuatro historiadores se encuentran a este respecto incapaces de explicar como ha sido perpetrado un crimen de esta dimensión, es porque este crimen desafía las leyes de la naturaleza; es, pues imaginario.
5) En 1979, igualmente, las autoridades americanas se decidieron por fin a hacer públicas las fotografías aéreas de Auschwitz que, hasta el momento, tenían ocultas. Con cinismo o ingenuidad, los dos autores de la publicación, Diño A. Brugioni y Robert G. Poirier, antiguos miembros de la CÍA, dan a la pequeña colección de fotos el título de The Holocaust Revisited y pegan aquí y allí etiquetas con las palabras de "gas chamber(s)", pero en sus comentarios nada viene a justificar tales denominaciones. (Central Intelligence Agency, Washington, February 1979, ST-79-10001).
Comentario: Hoy, en 2006, esta superchería nos hace pensar en la miserable demostración del antiguo ministro americano Colín Powell tratando de probar, con el mismo procedimiento de etiquetas pegadas sobre fotos aéreas, la existencia de fábricas de producción de "armas de destrucción masiva" en el Irak de Saddam Hussein. En realidad estas fotografías de Auschwitz inflingen un desmentido a la tesis de las cámaras de gas nazis. Lo que se ve claramente sobre ellas son apacibles crematorios sin ninguna multitud de gente amontonada en el exterior esperando penetrar en los pretendidos vestuarios y las pretendidas cámaras de la muerte. Los terrenos de los alrededores están despejados y visibles por todas partes. Los arriates de los jardinillos de estos crematorios están bien dibujados y no tienen ninguna huella del pisoteo, cada día, de miles de personas. El crematorio n° 3, por ejemplo, está contiguo a lo que nosotros sabemos que era, gracias a documentos seguros del Museo del Estado de Asuchwitz, un campo de fútbol y próximo a un terreno de balón-volea (Hefte von Auschwitz, 15, 1975, grabado fuera de texto en la página 56 y página 64). Está igualmente próximo a los dieciocho barracones hospitalarios del campo de hombres. Hubo treinta y dos misiones aéreas de los aliados por encima de toda esta zona que comprendía también las importantes instalaciones industriales de Monowitz. Se comprende que los aliados hayan bombardeado con varios asaltos el sector industrial, exceptuando, dentro de lo posible, lo que era evidentemente un campo de concentración, de trabajo y de tránsito y no "un campo de exterminio" sobre el cual no cayeron a fin de cuentas más que algunas bombas perdidas.
6) En 1982, el 21 de Abril, se fundó en París una asociación para el estudio de los asesinatos por gas bajo el régimen nacionalsocialista (ASSAG):
...con el fin de investigar y controlar los elementos que aporten la prueba de utilización de gases tóxicos por los responsables del régimen nacionalsocialista en Europa para asesinar personas de diferentes nacionalidades, contribuir a la publicación de estos elementos de prueba, establecer a este efecto todos los contactos útiles en el plano nacional e internacional.
El artículo 2 de los estatutos dispone; "La duración de la asociación está limitada a la realización de su objetivo enunciado en el articulo 1." Sin embargo, esta asociación fundada por catorce personas, entre ellas Germaine Tillion, Georges Wellers, Geneviéve Anthonioz nacida de Gaulle, Marie Bernard Jouanneau y Fierre Vidal-Naquet, no ha publicado jamás nada en cerca de un cuarto de siglo y continúa existiendo en el 2006. Para el caso de que sostuviera en contra que esta ha producido un libro titulado Cámaras de Gas, Secreto de Estado, convendría recordar que se trata en realidad de la traducción en francés de una obra publicada en alemán por Eugen Kogon, Hermann Lengbein y Adalbert Rückerl y donde figuran algunas contribuciones de algunos miembros de la ASSAG (París, Editions de Minuit, 1984).
Comentario: Por sí solo, el título de esta obra da una buena idea de su contenido: en lugar de pruebas, apoyadas en fotografías de cámaras de gas, de diseños, de croquis, de informes de expertos sobre el arma del crimen, el lector no encuentra más que especulaciones a partir de lo que se ha llamado "elementos de pruebas" (y no "pruebas") y esto porque, según se nos dice, estas cámaras de gas habrían constituido el más grande de los secretos posibles, un "secreto de Estado". Si hay un "arma de destrucción masiva" que haya merecido una peritación en buena y debida forma, sería esta. En efecto, constituye una anomalía en la historia de la ciencia por, al menos, dos razones: no ha tenido precedente y no ha tenido continuidad. Ha surgido de la nada para volver a la nada. Ahora bien, la historia de la ciencia no conoce ningún fenómeno de este género. En todo caso, del solo hecho de la existencia de esta asociación aun hoy en el 2006, se puede decir que la denominada ASSAG no ha realizado nunca el objetivo para el cual fue fundada, pronto hará veinticinco años. No ha encontrado pues ni pruebas, ni siquiera elementos de pruebas de la existencia de las "cámaras de gas nazis".
7) En 1982, del 29 de Junio al 2 de Julio, se celebró en la Sorbona de París un coloquio internacional bajo la presidencia de dos historiadores judíos, François Furet y Raymond Aron. Según sus organizadores, se trataba de replicar solemne y públicamente a Robert Faurisson y a "un puñado de anarco-comunistas" que le habían aportado su apoyo (alusión a Fierre Guillaume, Jean-Gabriel Cohn-Bendit, Serge Thion así como a otros libertarios, a veces judíos). El último día, cuando la rueda de prensa tan esperada, los dos organizadores debieron admitir públicamente que, "a pesar de las investigaciones más eruditas", no se había encontrado una orden de Hitler de matar a los judíos. En cuanto a las cámaras de gas, no hicieron la menor alusión.
Comentario: Este coloquio constituyó la primera tentativa de mostrar al gran público que los revisionistas mentían. Como en otros coloquios del mismo género (especialmente en 1987 siempre en la Sorbona) se prohibió el acceso a los revisionistas y, como todos los demás coloquios, sin excepción, desembocó en un completo fracaso para sus organizadores.
8) En 1983, el 26 de Abril, llegaba a su fin, en apelación, el largo proceso que se me había incoado en 1979, especialmente por organizaciones judías, a causa de"daños a personas" por "falsificación de la historia" (sic). Ese día, la primera sala de la corte de apelación civil de París, sección A (presidente Gregoire), confirmando mi condena por "daños a terceros" rendía un acentuado homenaje a la calidad de mis trabajos. Se pronunciaba en efecto que no se podía descubrir en mis escritos sobre las cámaras de gas ninguna huella de ligereza, ninguna señal de negligencia, ningún indicio de ignorancia deliberada, ningún trazo de mentira y que, en consecuencia, "el valor de las conclusiones defendidas por M. Faurisson (sobre las cámaras de gas) señala pues la sola apreciación de los expertos, historiadores y público".
Comentario: Si no se puede descubrir en el autor de trabajos refutando la tesis de las cámaras de gas ni ligereza, ni negligencia, ni ignorancia deliberada, ni mentira, ni "falsificación", ello es la prueba de que estos trabajos son los de un investigador serio, aplicado, concienzudo, probo y auténtico, y esto en tal grado que se debe tener el derecho de sostener públicamente que las llamadas cámaras de gas no son más que un mito.
9) En 1983, el 7 de Mayo, Simone Veil, que es judía y ella misma una "superviviente del genocidio" declaró al respecto de las cámaras de gas:
En el curso de un proceso incoado a Faurisson por haber negado la existencia de las cámaras de gas, los que incoan el proceso están constreñidos a aportar la prueba formal de la realidad de las cámaras de gas. Ahora bien, todos saben que los nazis destruyeron esas cámaras de gas y suprimieron sistemáticamente a todos los testigos. (France-Soir Magazine, 1 de Mayo de 1983, p.47)
Comentario: Si no hay arma del crimen ni testimonios, ¿qué queda?. ¿Qué pensar de los locales presentados como cámaras de gas a millones de visitantes engañados? ¿Qué pensar de los personajes que se presentan como testigos o "milagreros" de las cámaras de gas? Por su parte, S. Veil es la primera autoridad holocáustica que da a entender así que todo pretendido testigo de gastamientos no puede ser más que un falso testigo. Ya el 6 de Marzo de 1979, durante un debate de los "Documentos en Pantalla" (Dossiers de l'ecran) organizado por la televisión francesa sobre el estreno del folletín americano "Holocausto", la señora Veil había manifestado su desprecio por Maurice Benroubi presentado como un "testigo de las cámaras de gas". Esto último fue brevemente indicado con extrema discreción en relación a su "testimonio" aparecido poco antes en L 'Express (3-9 de Marzo de 1979, p. 107-110).
10) En 1961, el judío Raúl Hilberg, Number One de los historiadores ortodoxos, había publicado la primera edición de su obra mayor y fue en 1985 cuando publicó la segunda edición, profundamente revisada y corregida. La distancia es considerable entre las dos ediciones y no puede explicarse más que por la sucesión de victorias conseguidas mientras tanto por los revisionistas. En la primera edición había afirmado fríamente que "la destrucción de los judíos de Europa" había sido desencadenada después de dos órdenes sucesivas dadas por Hitler. No precisa ni la fecha ni el contenido de esas órdenes. Después pretendía explicar detalladamente le proceso político, administrativo y burocrático de esta destrucción; por ejemplo llega a escribir que en Auschwitz el exterminio de los judíos estaba organizado por un departamento encargado a la vez de la desinfección de las ropas y del exterminio de seres humanos (The Destruction of the European Jews, 1961, reeditado en 1979 por Quadrangle Books, Chicago, p. 177, 570). Sin embargo, en 1983, renunciando totalmente a esta explicación, R. Hilberg afirma de repente que el proceso de "destrucción de los judíos de Europa" se desarrolló a fin de cuentas sin plan, sin organización, sin centralización, sin proyecto, sin presupuesto, sino en todo y por todo gracias a "una increíble confluencia de las mentes, una transmisión consensual de pensamiento en el seno de una vasta burocracia", la burocracia alemana ("aw incredible meeting of minas, a consensus mind reading by a far-flung bureaucracy" Newsday,New York, 23 de Febrero de 1983, p. II/3). R. Hilberg confirmará esta explicación bajo juramento en el proceso Zündel de 1985 en Toronto, el 16 de Enero de 1985 (acta de declaración verbal, p. 848); después la confirmará de nuevo pero con otras palabras en la versión profundamente revisada de su obra(The Destruction of the European Jews, New Cork, Holmes & Meyer, 1985, p. 53, 55, 62; en francés, La Destruction des juifs d'Europe, París, Fayard, 1988, p. 51, 53, 60). Y acaba por fin de confirmarla de nuevo en Octubre de 2006 en una entrevista concedida a Le Monde:
No había esquema director preestablecido. En cuanto a la cuestión de la decisión, esto es en parte insoluble. Nunca se ha encontrado orden firmada por la mano de Hitler, sin duda porque tal documento no ha existido jamás. Estoy persuadido de que las burocracias son mudas por una especie de estructura latente: cada decisión acarrea otra, después otra y así sucesivamente, incluso si no es posible prever exactamente la siguiente etapa. (Le Monde des livres, 20 de Octubre de 2006, p.12)
Comentario: El historiador Nomber One del genocidio de los judíos se encontró, pues, tan desamparado que repentinamente ha llegado a negarse a sí mismo y a explicar una gigantesca empresa de asesinato colectivo como si esta fuera hecha, por decirlo así, por obra del Espíritu Santo. Evoca, en efecto, una "confluencia de mentes" en el seno de una burocracia y califica esta confluencia de "increíble". Si es increíble ¿por qué habría de creerse? ¿Es preciso creer lo increíble?. Invoca también la "transmisión de pensamiento" y la califica de "consensual", pero se trata de una pura especulación intelectual a base de creencia en lo sobrenatural. ¿Cómo creer en un fenómeno de este género, en particular en el seno de un vasto aparato burocrático y, más particularmente aun, en el seno de la burocracia del III Reich?. Hay que notar que a la manera de R. Hilberg, los historiadores oficiales, en los años 1980-1990, se ponen a abandonar la historia y a caer en la metafísica y la jerga. Se interrogan sobre el punto de saber si sería preciso ser "intencionalista" o "funcionalista": ¿Debería suponerse que el exterminio de los judíos se produjo como consecuencia de una "intención" (no probada todavía) o según un plan concertado (todavía no encontrado) o bien este exterminio se produjo por sí mismo, espontáneamente y con improvisación, sin intención formal y sin ningún plan? Este tipo de controversia confusa da testimonio del desconcierto de historiadores que, incapaces de proveerse de pruebas y documentos en apoyo de sus tesis, se reducen a teorizar en el vacío. En el fondo, unos, los "intencionalistas", nos dicen: "Ha tenido que haber necesariamente una intención y un plan que nosotros todavía no hemos encontrado pero que acaso descubriremos un día", mientras que los otros nos afirman: "No hay necesidad de rebuscar las pruebas de una intención y de un plan porque todo ha podido pasar sin intención, sin plan y sin dejar huellas; tales huellas son inencontrables porque no han existido jamás".
11) En Mayo de 1986, en Francia, los judíos, alarmándose al constatar que no conseguían replicar a los revisionistas sobre el simple plano de la razón, decidieron emprender una acción con objeto de obtener la represión legal del revisionismo. Estos judíos son principalmente Georges Wellers y Fierre Vidal-Naquet reunidos, con sus amigos, en torno al gran rabino de Francia, Rene Samuel Sirat (Bulletin quotidien de l'Ágence telegraphique juive, 2 de Junio de 1986, p. 1, 3). Al cabo de cuatro años, el 13 de Julio de 1990, obtendrán, gracias principalmente al judío Laurent Fabius, presidente de la Asamblea Nacional, la votación de una ley especial permitiendo imponer a toda persona que mantenga públicamente propósitos revisionistas respecto al "exterminio de judíos", una pena que puede llegar hasta un año de prisión, una multa máxima de 300.000 francos (45.000 euros) además de otras penas. Este golpe de fuerza constituye una flagrante confesión de debilidad.
Comentario: G. Wellers y P. Vidal-Naquet se alarmaron sobretodo por el fallo del tribunal del 26 de Abril de 1983 (véase más arriba, el parágrafo 8). El primero escribió: "La corte ha reconocido que (Faurisson) estaba bien documentado. Lo cual es falso. Es asombroso que la corte lo haya aceptado" (Le Droit de vivre, juin-juillet 1987, p. 13). El segundo ha escrito que la Corte de Apelación de París...
...ha reconocido la seriedad del trabajo de Faurisson, lo cual es el colmo y en suma no lo ha condenado más que por haber actuado con malevolencia resumiendo sus tesis en eslóganes. (Les Assassins de la memoire, París, La Découverte, 1987, p. 182)
12) En 1986, en Agosto, Michel de Boüard, antiguo resistente deportado, profesor de historia, decano de la facultad de letras de la Universidad de Caen, miembro del Instituto de Francia, responsable, en el seno del Comité de Historia de la Segunda Guerra Mundial, de la comisión de historia de la deportación, ha declarado que a fin de cuentas "el informe está podrido". Precisó que el informe en cuestión, el de la historia del sistema concentracionario alemán, estaba "podrido" por, según sus propias palabras, estar lleno "enormemente de fabulaciones, de inexactitudes obstinadamente repetidas, especialmente en el aspecto numérico, de amalgamas, de generalizaciones". Haciendo alusión a los estudios de los revisionistas, añadió que había "por otra parte, estudios críticos muy densos para demostrar la inanidad de estas exageraciones" (Ouest-France, 2-3 de Agosto de 1986,p. 6)
Comentario: M. de Boüard era un historiador profesional e incluso el historiador francés más competente en materia de historia de la deportación. Hasta 1985 defendía la posición estrictamente ortodoxa y oficial. Con la lectura de la tesis del revisionista Henri Roques sobre el pretendido testimonio del SS Kurt Gerstein, comprendió su error. Lo reconoció honestamente llegando a decir que si hasta ese momento él había garantizado personalmente la existencia de una cámara de gas en el campo de Mauthausen, era un error basado en creer lo que se decía. (Su muerte prematura en 1989 privó al campo revisionista de una eminente personalidad que prometía publicar una obra destinada a poner en guardia a los historiadores contra las mentiras oficiales de la historia de la Segunda Guerra Mundial).
13) En 1988, Arno Mayer, profesor americano de origen judío que enseñaba historia de la Europa contemporánea en la Universidad de Princenton, escribió a propósito de las "cámaras de gas nazis": "Las fuentes para el estudio de las cámaras de gas son a la vez raras y dudosas". ("Sources for the study ofthe gas chambers are at once rare and unreliable" -The "Final Solution" in History, New York, Pantheon Books, 1988, p. 362; en francés, La "solution finale" dans l'histoire, prólogo de Fierre Vidal-Naquet, Paris, la Découverte, 1990, p. 406).
Comentario: Todavía hoy, en 2006, el gran público persiste en creer que, tal como se lo sugieren incansablemente los medios de comunicación, las fuentes para el estudio de las cámaras de gas son innumerables e indiscutibles. En el coloquio de la Sorbona de 1982, A. Mayer, al igual que su amigo Pierre Vidal-Naquet, no había tenido una palabra lo bastante dura para los revisionistas; sin embargo, seis años más tarde, he aquí que este historiador ultraortodoxo se ha acercado considerablemente a las conclusiones revisionistas.
14) En 1989, el historiador suizo Philippe Burrin, teniendo por principio y sin demostrarlo que las cámaras de gas nazis y el genocidio judío habían tenido lugar, intentó determinar en que fecha y por quien había sido tomada la decisión de exterminar físicamente a los judíos de Europa. No es en esto más advenedizo que todos sus colegas "intencionalistas" o "funcionalistas" (Hitler et les juifs / Genese d'un genocide, París, Seuil, 1989). Le ha sido necesario constatar la ausencia de huellas del crimen y anotar lo que decidió llamar "la obstinada borradura de la huella de un paso humanó" (p. 9). Deplora "las grandes lagunas de la documentación" y añade:
No subsiste ningún documento que lleve una orden de exterminio firmada por Hitler. (...) Según toda verosimilitud, las órdenes fueron dadas verbalmente (...) las huellas son aquí no solamente poco numerosas y dispersas, sino difíciles de interpretar, (p. 13)
Comentario: He aquí aun un historiador profesional que reconoce que no puede aportar ningún documento en apoyo de la tesis oficial. El gran público se imagina que las huellas del crimen de Hitler son numerosas y sin ambigüedad, pero el historiador que ha examinado la documentación correspondiente no ha encontrado nada salvo raras apariencias de "huellas" a las cuales él mismo se pregunta que interpretación darle.
15) En 1992, Yehuda Bauer, profesor de la Universidad Hebrea de Jerusalén, declaró con motivo de una conferencia internacional que se celebró en Londres sobre el genocidio de los judíos: "El público repite todavía, día tras día, la necia historia (the silly history) que quiere que el exterminio de los judíos se decidió en Wannsee". (Comunicado de la Jewish Telegraphic Agency reproducido en el The Canadian Jewish News, 30 de Enero de 1992)
Comentario: Además de que el hecho de que una lectura atenta del "acta" de la reunión de Berlín-Wannsse del 20 de Enero de 1942, prueba que los alemanes consideraban una "solución final territorial (eine territoriale Endlösung) de la cuestión judía, que desembocara en un "resurgimiento judío" en un espacio geográfico a determinar, la declaración bastante tardía de Yehuda Bauer confirma que este punto mayor de la tesis del exterminio de los judíos no tiene ningún valor. Añadamos, por nuestra parte, que el exterminio de los judíos no se decidió ni en Wannsse ni en ninguna otra parte. La expresión "campos de exterminio" no es más que una invención de la propaganda de guerra americana y los ejemplos prueban que, durante esta guerra, el asesinato de un solo judío o de una sola judía exponía a su autor, fuera este civil o militar, miembro o no de la SS, a pasar por un consejo de guerra del ejército alemán y a ser fusilado (en sesenta años, jamás un solo historiador ortodoxo ha aportado una explicación a este género de hechos revelados por la defensa hasta delante del tribunal de Nurenberg).
16) En Enero de 1995, el historiador francés Eric Conan, coautor con Henry Rousso de Vichy, un pasado que no pasa (París, Gallimard, 2001 -1994, 1996-) escribió que finalmente yo había tenido razón al certificar, al final de los años 70, que la cámara de gas visitada en Auschwitz por millones de turistas, era completamente falsa. Según E. Conan, expresándose en un gran semanario francés:
Todo ahí es falso (...) A finales de los años 70, Robert Faurisson sacó tanto provecho de estas falsificaciones que los responsables del museo tuvieron entonces que reconocerlas a regañadientes.
Una gran civilización no es conquistada desde fuera hasta que se destruye ella misma desde dentro
Re: Crees en el holocausto de los 6 millones de judios?
Ver citas anterioresETHNIKO escribió:(Continua...)
E. Conan prosigue:(Hay personas), como Théo Klein, (que prefieren que se deje la cámara de gas) como está pero explicando al público el disfraz: "La Historia es la que es; basta con contarla, incluso cuando no es simple, antes que añadir de nuevo el artificio al artificio".nb<
E. Conan añade después una intención sorpréndete de la subdirectora del Museo Nacional de Auschwitz, que no se decide a explicar al público el disfraz. Escribe:
Krystyna Oleksy (...) no se decide: "Por el momento, se la deja como estaba (la sala calificada como cámara de gas) y no se precisa nada al visitante. Esto es demasiado complicado. Se verá más tarde" (Eric Conan, "Auschwitz: La Memoria del Mal", L'Express, 19-25 de Enero de 1995, p. 68)Comentario: Este propósito de una responsable polaca significa claramente que se ha mentido, se miente y, hasta nueva orden, se seguirá mintiendo. En 2005 pregunté a E. Conan si las autoridades del Museo de Auschwitz habían publicado un desmentido o elevado una protesta contra la intención que él había atribuido a K. Oleksy en 1995. Su respuesta fue que no había recibido ni desmentido ni protesta. En 1996 esta y otras imposturas concernientes también al campo de Auschwitz han sido denunciadas por dos autores judíos, Robert Jan van Pelt y Deborah Dwork, en una obra escrita en común: Auschwitz, de 1270 hasta el presente, Yale University Press, 443 p. He aquí una muestra de las palabras que les vienen a la pluma: "ofuscación de post-guerra", "adiciones", "tachaduras", "supresión", "reconstrucción", "reconstrucción de post-guerra en gran parte" (p. 363), "reconstruido", "usurpación", "recreado", "cuatro aberturas practicadas en el techo, como para que el Zyklon B fluyera hacia el interior de la cámara de gas, fueron instaladas (después de la guerra)" (p.364), "falsificado", "inexacto", "mala información", "inapropiado" (p. 367), "falsificando" (p. 369). En 2001, el carácter falaz de esta cámara de gas Potemkin fue también reconocido en un folleto que acompañaba a dos CD-Rom y titulado: El Negacionismo. Redactado por Jean Marc Turine y Valerie Igounet, este folleto está prologado por Simone Veil (Radio-France-INA, Vincennes, Frémeaux et Associés).
17) En 1996, Jacques Baynac, historiador francés, de izquierda y resueltamente anti-revisionista desde 1978, acabó por admitir, hechas todas las reflexiones, que no había pruebas de la existencia de las cámaras de gas nazis. No se puede -escribe- más que constatar "la ausencia de documentos, huellas u otras pruebas materiales". Pero dice que persiste en creer en la existencia de esas mágicas cámaras de gas. (Le Nouveau Quotidien de Lausanne, 2 de Septiembre de 1996, p. 16 y 3 de Septiembre de 1996, p. 14).
Comentario: En suma, J. Baynac dice: "No hay pruebas pero yo creó",mientras que un revisionista piensa: "No hay pruebas, entonces rehusó creer y mi deber es impugnar".
18) En 2000, al finalizar su Historia del Negacionismo en Francia (París, Gallimard, 2000), Valerie Igounet publicó un extenso texto en cuyo final Jean-Claude Pressac, que había sido una de los enemigos más determinados de los revisionistas, firma una verdadera acta de capitulación. En efecto, retomando la palabra del profesor Michel de Boüard, declara que el informe del sistema concentracionario está "podrido" y esto de manera irremediable.
El escribe: "¿Se puede enderezar el entuerto?" Y responde: "Es demasiado tarde". Añade: "La forma actual, sin embargo triunfante, de la presentación del universo de los campos está condenada". Termina opinando que todo lo que se ha inventado así alrededor de demasiado reales sufrimientos está prometido"a los cubos de basura de la historia" (p.651-652). En 1993-1994, este protegido del judío francés Serge Klarsfeld y del rabino americano Michael Berenbaum, director científico del Museo del Holocausto de Washington, había sido celebrado en el mundo enero como un extraordinario buscador que, en su libro sobre Los Crematorios de Auschwitz, la maquinaria del asesinato en masa (París, CNRS editions, 1993) había enterrado, según parecía, a la hidra del revisionismo. Aquí, en este libro de V. Igounet, se le ve firmar su capitulación.
Comentario: El gran público está mantenido en la ignorancia de un hecho capital: el hombre providencial que la prensa del mundo entero había presentado como un extraordinario buscador que había descubierto por fin la prueba científica de la existencia de las cámaras de gas nazis, este hombre, acabó por reconocer su error. Algunos años más tarde, ningún órgano de prensa informó de su muerte.
19) En 2002, R.J. van Pelt, ya citado, publicó The Case for Aschwitz. Evidence from the Irving Triol, Indiana University Press, XVIII-571 p. Se sabe que David Irving, que es como mucho un semi-revisionista y que conocía mal la argumentación revisionista, perdió el proceso por difamación que había tenido la imprudencia de intentar contra la universitaria judía americana Deborah Lipstadt. Trató torpemente de sostener la tesis -perfectamente justa por lo demás- según la cual no existieron cámaras de gas homicidas en Auschwitz. Pero del mismo modo faltó un punto esencial y, si el juez Charles Gray, luego otros jueces después de este último, hubiera tenido más valor, este punto habría debido permitirle ganar su causa. El argumento se resumía en una fórmula de cuatro palabras que yo había lanzado en 1994: "No holes, no Holocaust" (sin agujeros no hay Holocausto). Mi razonamiento había sido el siguiente:
1. Auschwitz es el centro del "Holocausto"
2. Los grandes crematorios de Auschwitz-Birkenau, o Auschwitz-II, están en el centro del vasto complejo de Auschwitz.
3. En el corazón de estos crematorios se encuentran, según parece, una o varias cámaras de gas homicidas.
4. Hoy, solo uno de estos crematorios (el crematorio n° 3), aunque está en ruinas, permite examinar el local que se dice haber sido una cámara de gas homicida; es el supuesto lugar de un crimen igualmente supuesto.
5. Se nos afirma que, para matar a los detenidos judíos en ese local, un SS, desplazándose sobre el techo de hormigón de la supuesta cámara de gas, vertía gránulos de Zyklon B por cuatro orificios regulares situados en el techado.
6. Sin embargo es suficiente con tener ojos para darse cuenta de que tales orificios no han existido jamás.
7. El crimen, pues, no ha podido cometerse.
Comentario: R.J. van Pelt, testimoniando contra D.Irving, se las ha visto y deseado para encontrar una parada a este argumento. Al fin y al cabo, ni él, ni sus colaboradores, son advenedizos en esto. El juez Gray ha tenido que reconocer también "la aparente ausencia de evidencias de orificios" (acta verbal, p. 490) y, de una forma más general, concedió que "documentos contemporáneos rinden una poco clara evidencia de la existencia de cámaras de gas concebidas para matar seres humanos" (p. 489; para más detalles, remitirse a las páginas 458-460, 466-467, 475-478 y 490-506). En el texto mismo de su enjuiciamiento, Charles Gray reconocía su sorpresa: "Tengo que confesar que, en común con la mayoría de la gente, he dado por supuesto que la evidencia del exterminio en masa de los judíos en las cámaras de gas de Auschwitz era convincente. Tengo, sin embargo, que dejar de lado esta idea preconcebida mientras se valora la evidencia aducida por las partes en estos actos".(13.71). El fracaso de los historiadores-acusadores es aquí flagrante y D. Irving tendría que haber ganado su proceso gracias a esta constatación de un juez que le era hostil: los documentos de la época no nos revelan decididamente más que pocos elementos de pruebas, que sean claras, de la existencia de las cámaras de gas nazis y también de una política alemana de extermino de los judíos. ¿No es esto, después de todo, lo que concluían ya, como hemos visto más arriba, muchos historiadores judíos, empezando por León Poliakov en 1951 ?
19) En 2004, un historiador francés, Florent Brayard, publicó una obra titulada:La "solución final de la cuestión judía". La técnica, el tiempo y las categorías de la decisión, Paris, Fayard, 640 p. En 2005, en una reseña de esta obra, pueden leerse las tres frases siguientes:
Se sabe que el Führer no redactó, ni firmó una orden de supresión de los judíos, que las decisiones -porque hubo muchas- se tomaron en el secreto de conversaciones con Himmler, quizá Heydrich y/o Göring. Se supone que, más que una orden explícita, Hitler dio su aprobación a peticiones o proyectos de sus interlocutores. Quizá no la formuló él mismo, pero se hacía entender por un silencio o un asentimiento. (Yves Ternon, Revue d'histoire de la Shoah, Julio-Diciembre 2005, p. 537).
Comentario: Casi a cada palabra, estas frases demuestran que su autor se ha reducido a aventuradas especulaciones. Cuando se atreve a anticipar sin el menor indicio que quizá Hitler se hacía entender "por un silencio o un asentimiento",no hace más que retomar la teoría del "nod" (en inglés, "asentimiento" ¡con una señal de cabeza del Führer¡ ), teoría emitida por el profesor Christopher Browning en el proceso Zündel de Toronto en 1988. Nunca un universitario de convicción anti-revisionista se ha mostrado más lamentable y más tonto que este shabbat-goy. Esto es tan cierto que, anonadada por las victorias revisionistas, la tesis oficial ha terminado por vaciarse de todo contenido científico.BALANCE DE ESTAS VICTORIAS REVISIONISTAS
Recapitulemos brevemente estas victorias revisionistas.
Puestos contra la pared por los revisionistas, los historiadores oficiales del pretendido exterminio físico de los judíos, han terminado por reconocer que, desde el punto de vista histórico y científico, ya no les queda ningún argumento para sostener su atroz acusación. Ellos reconocen, en efecto:
1) Que no pueden invocar ningún documento que pruebe el crimen.
2) Que son incapaces de proporcionar la menor representación del arma del crimen.
3) Que no poseen pruebas ni incluso elementos de pruebas.
4) Que no pueden nombrar ningún testigo verídico, (véase, a continuación, la opinión de S. Veil).
5) Que su informe está podrido (bis), irremediablemente podrido y que estádestinado a los cubos de basura de la historia.
6) Que las fuentes en otro tiempo invocadas se han revelado no solamente bastante más escasas de lo que se pretendía sino también dudosas.
7) Que las pretendidas huellas son poco numerosas, dispersas y de difícil interpretación.
8) Que ha existido por parte de ellos falsificación, disfraz y artificio.
9) Que en apoyo de la tesis oficial se ha invocado demasiado a menudo una "necia historia" (sic), la de una decisión de exterminar a los judíos que se habría tomado el 20 de Enero de 1942 en Berlin-Wannsee.
10) Que el primero de entre ellos, Raúl Hilberg, ha reducido hoy a explicarlo todo, de manera extravagante, a través de supuestas iniciativas que, según él, la burocracia alemana habría tomado atrevidamente sin orden, sin plan, sin instrucción, sin control y simplemente gracias, según parece, a una increíble confluencia de mentes y a una transmisión del pensamiento consensual.
Estos historiadores oficiales no han sabido responder a ninguna pregunta o constatación de los revisionistas del género de:
1) Muéstrenme o dibújenme una cámara de gas nazi.
2) Tráiganme una prueba, una sola muestra de evidencia, a su propia elección, en base a la cual se afirme que tuvo lugar un genocidio.
3) Tráiganme un testimonio, un solo testimonio, el mejor en su opinión.
4) Sin orificios no hay Holocausto.
Acorralados contra las cuerdas del ring, los historiadores de corte han recurrido a los tribunales para condenar a los revisionistas, pero, contra lo esperado, se consiguió que los jueces hayan llegado a veces hasta a rendir homenaje a la probidad de los revisionistas o bien han manifestado su sorpresa ante la rareza o ausencia de pruebas documentales de parte de los acusadores. Entonces, primero en Francia y después en muchos otros países de Europa, estos acusadores han apelado a la promulgación de leyes especiales para hacer callar a los revisionistas. Allí han firmado su perdición. Recurrir a leyes especiales, a la policía y a la prisión, es confesar su impotencia para utilizar los argumentos de la razón, de la historia y de la ciencia.
Todavía podrían ser aquí recordados cien argumentos más que prueban que, en el ámbito de la historia y de la ciencia, no queda piedra sobre piedra del inmenso edificio de mentiras levantado por los secuaces del "Holocausto" o de la "Shoah". En contraste con este campo de ruinas se ha visto construir el edificio de toda una literatura revisionista. Se descubren en profusión documentos, fotografías, peritaciones, transcripciones de procesos, informes técnicos y científicos, testimonios, estudios estadísticos, el cien por cien de aspectos de la historia de la Segunda Guerra Mundial que muestran lo que ha sido en realidad la suerte de los judíos europeos y que demuestran de manera brillante que la versión judía de esta guerra pertenece ampliamente al orden del mito. Del mito, los judíos van a la mitología y de la mitología a la religión, o más bien, a la apariencia de religión. Hoy los servidores de esta religión falsa se asemejan cada vez más a sacerdotes que continúan oficiando y que recobran las fórmulas consagradas, pero manifiestamente sin tener ya fe. No creen ya verdaderamente en su "credo". Es así, por ejemplo, como después de una decena de años, se les ve aconsejar a sus fíeles observar la más grande discreción posible sobre el asunto de las cámaras de gas. En sus memorias, el gran testigo falso Elie Wiesel escribió en 1994: "Sería mejor que las cámaras de gas permanezcan cerradas a las miradas indiscretas. Y a la imaginación".(Tous les fleuves vont a la mer..., París, Le Seuil, 1994, p. 97). Como él, Calude Lanzmann (autor del film Shoah), Daniel Goldhagen (autor de Hitler 's Willing Executioners), Simone Veil (antigua presidente del Parlamento Europeo, citada más arriba), François Léotard (antiguo ministro), llegan a ser desde hace algunos años extrañamente reservados, prudentes o silenciosos sobre el asunto. Hace algunos meses, Jacques Attali (hombre de negocios judío e historiador) acaba de decretar: "La inmensa mayoría de los judíos asesinados lo fueron por armas individuales de soldados y policías alemanes, entre 1940 y 1942 y no por las fábricas de la muerte, creadas después" ("Groupes de criminéis"!, L'Express, 1° de Junio de 2006, p. 60). Esta manera implícita de pasar a pérdidas y ganancias las pretendidas cámaras de gas nazis se vuelve cosa corriente. Se trata de reemplazar la mentira de Auschwitz por la mentira de Babi Yar o de otras fantásticas matanzas en Ucrania o en los Países Bálticos pero, ni una vez, se nos ha provisto a este respecto de pruebas científicas tales como informes de exhumación y de autopsia, lo cual sí se ha echo en el caso de matanzas reales perpetradas por los soviéticos en Katyn, en Vinnitsa y en otros lugares. En cuanto al número de muertos en Auschwitz unos nos dicen nada menos que fue de 9.000.000 (como en Noche y Niebla), de 8.000.000, de 6.000.000 o de 4.000.000 (como en el Proceso de Nurenberg o en las lápidas de Auschwitz-Birkenau hasta 1990). Otros se contentan con 1.500.000 (como sobre estas mismas lápidas desde 1995), o 1.100.000, o 700.000 (como lo escribió J.-Presac), o aun 510.000 (como ha concluido Fritjof Meyer en 2002: "Die Zahl der Opfer von Auschwitz",Osteuropa, Mayo de 2003, p. 631-641), todas estas últimas cifras no están más fundadas que las precedentes.CONCLUSIÓN GENERAL
Nos ha sido otorgado el privilegio de asistir, en este principio del siglo XXI, a un serio cuestionamiento de una de las más grandes mentiras de la historia. El mito del "Holocausto", por más que hizo brillar mil fuegos, en realidad se consume. Ha servido para justificar la creación en tierra de Palestina de una colonia guerrera que tomó el nombre de "Estado Judío" y que se ha dotado de un "Ejército Judío". Impone al mundo occidental el yugo de una tiranía judía o sionista que se ejerce en todos los ámbitos de la vida intelectual, universitaria y mediática. Envenena hasta el alma de un gran pueblo, Alemania. He permitido arrebatar a esta última, lo mismo que a otros muchos países del mundo accidental, sumas exorbitantes de marcos, de dólares o de euros. Nos agobia con películas, museos y libros que mantienen el fuego de un odio de carácter talmúdico. Permite llamar a la cruzada armada contra "el eje del mal" y, para ello, fabricar a granel las más desvergonzadas mentiras sobre el modelo precisamente de la Gran Mentira del "Holocausto", porque no hay ninguna diferencia entre las "armas de destrucción masiva" de Adolf Hitler y las de Saddam Hussein. Permite acusar casi al mundo entero y exigir por todas partes "arrepentimiento" y "reparaciones", sea por pretendidas acciones dirigidas contra "el pueblo elegido de Yahweh", sea por una pretendida complicidad en el crimen, sea por una pretendida indiferencia general con respecto a la suerte de los judíos durante la Segunda Guerra Mundial. Tiene en su activo oleadas de procesos trucados, empezando por el infame proceso de Nurenberg. Ello ha autorizado millares de ahorcamientos de soldados vencidos, una atroz Depuración, la deportación de millones de civiles expulsados de la tierra de sus ancestros, pillajes sin nombre, decenas de miles de escandalosos procesos judiciales, incluidas hoy las persecuciones que afectan a octogenarios o nonagenarios contra los cuales vienen a dar falso testimonio los "amilagrados" judíos. Estas abominaciones, esta desmesura en la mentira y el odio, este "hybris" que un día u otro el destino acaba siempre por castigar, en suma, todos estos excesos, deben tomar fin. Ningún pueblo se ha mostrado más paciente con este "hybris" judío o sionista que el pueblo árabe; pero este pueblo está al extremo de la paciencia. Se va a desembarazar del yugo israelita y hacer comprender a Occidente que ha llegado el tiempo de buscar una verdadera paz en lugar de sostener por las armas un Estado artificial que no se mantiene más que por la fuerza. Incluso en Occidente, incluso en los Estados Unidos, se abren los ojos de algunos y se toma conciencia de los peligros que se hace correr a la comunidad internacional por una sumisión tan prolongada a la falsa religión del "Holocausto", arma n° 1, espada y escudo del Estado de Israel.CONCLUSIÓN PRÁCTICAExisten medios prácticos de entablar una verdadera acción contra esta religión falsa cuyo santuario se sitúa en Auschwitz.
Como se sabe, en el corazón de Auschwitz se encuentra una cámara de gas emblemática. Hasta ahora la han visitado alrededor de treinta millones de turistas. Se trata de una impostura; todos los historiadores tienen conciencia de ello y las autoridades del Museo del Estado de Auschwitz lo saben mejor que nadie. Ahora bien, la UNESCO (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura) ha inscrito este campo, el 26 de Octubre de 1979, a instancia del gobierno polaco, en la lista de lugares o bienes culturales (Cultural Property)del Patrimonio Mundial, y esto a cargo de preservar su autenticidad por la UNESCO. Por mi parte, sugiero pues que la UNESCO se haga cargo de este caso de superchería-que constituye un atentado a la educación, a la ciencia y a la cultura. De una forma más general, podríamos retomar la frase pronunciada en 1979 por Jean-Gabriel Cohn-Bendit: "Batámonos pues para que se destruyan esas cámaras de gas que se muestran a los turistas en los campos donde se sabe ahora que no hubo nada de eso" Liberation, 5 de Marzo dew 1979, p. 4)
Hay otros medios prácticos de luchar contra la tiranía del mito del "Holocausto", comenzando por anunciar al mundo entero estas "victorias revisionistas" que le estaban ocultas hasta aquí. Yo tengo confianza en los revisionistas presentes en esta asamblea para que nos sugieran otros medios y para discutir sobre ello.
Practicando la mentira a gran escala, los religionarios del "Holocausto", se han hecho poco a poco enemigos del género humano. Después de más de sesenta años acusan progresivamente al mundo entero o poco menos. Su blanco principal es, por supuesto, Alemania y todos los que, a lado de este país, creyeron que debían luchar contra Stalin de la misma manera que otros, en el campo contrario, pensaban que debían luchar contra Hitler. Pero, en su frenesí acusador, las organizaciones judías llegaron hasta vituperar a los Aliados por su pretendida "indiferencia" criminal ante la suerte de los judíos europeos. Interpelaron a Roosevelt, a Churchill, a De Gaulle, al Papa Pío XII, al Comité Internacional de la Cruz Roja así como a muchas otras personalidades, instancias y países por no haber denunciado las "cámaras de gas". ¿Pero como se habría podido tener por verificado algo que no era, evidentemente, otra cosa que un grotesco rumor de guerra?. Basta con leer la obra del judío Walter Laqueur, The Terrible Secret(Londres, Weidenfeld & Nicholson, 1980, 262 p.) para recoger allí una treintena de referencias al escepticismo, perfectamente justificado, del campo aliado ante la ola de rumores provenientes de fuentes judías. Se habían llevado a cabo encuestas que permitieron concluir que estos rumores eran infundados. De lo que dieron prueba pues los Aliados y los demás acusados es de perspicacia y no de indeferencia. De esta misma perspicacia han dado testimonio después de la guerra en sus discursos o en sus memorias, Churchill, De Gaulle y Eisenhower, guardándose de mencionar, ni siquiera una sola vez, las citadas "cámaras de gas".
La guerra y la propaganda de guerra tienen necesidad de la mentira tanto como los cruzados y el espíritu de cruzada se alimentan de odio. Por el contrario, la paz y la amistad entre los pueblos no pueden sino salir ganando con el cuidado de la exactitud en materia de investigación histórica, una investigación que debe poder ejercerse con toda libertad.DOS PIEZAS AÑADIDAS QUE SE REFIEREN A LA PRETENDIDA CÁMARA DE GAS DE AUSCHWITZ-I1) TEXTO ÍNTEGRO DE LO QUE HA DICHO SOBRE ESTO ERIC CONAN, EN 1995
Otra cuestión delicada: ¿qué hacer con las falsificaciones heredadas de la gestión comunista? En los años 50 y 60, muchas construcciones, que habían desaparecido o cambiado de aplicación, fueron reconstruidas con grandes errores y presentadas como auténticas. Algunas, demasiado "nuevas", se cerraron al público. Sin hablar de cámaras de gas de despiojamiento, presentadas a veces como cámaras de gas homicidas. Estas aberraciones han servido mucho a los negacionistas, que han sacado de ello lo esencial de sus tramas. El ejemplo del crematorio I, el único de Auschwitz, es significativo. En su morgue se instaló la primera cámara de gas. Funcionó poco tiempo, a principios de 1942: el aislamiento de la zona que implicaban los gastamientos, perturbaba la actividad del campo. Se decidió entonces, a fines de Abril de 1942, transferir estos gaseamientos mortales a Birkenau donde se practicaron sobre las víctimas, principalmente judíos, a una escala industrial. El crematorio I fue, seguidamente, transformado en un refugio antiaéreo, con sala de operación. En 1948, cuando la creación del museo, el crematorio I fue reconstruido en un estado de origen supuesto. Todo allí es falso: las dimensiones de la cámara de gas, el emplazamiento de las puertas, las aberturas para el vertido del Zyklon B, los hornos, reconstruidos según los recuerdos de algunos supervivientes, la altura de la chimenea... A finales de los años 70, Robert Faurisson explotó con mayor razón estas falsificaciones que los responsables del museo rezongaban entonces a reconocerlas. Un negacionista americano acaba de rodar un video-film en la cámara de gas (siempre presentada como auténtica): se le ve allí interpelar a los visitantes con sus "revelaciones". Jean-Claude Pressac, uno de los primeros en establecer exactamente la historia de esta cámara de gas y de sus modificaciones durante y después de la guerra, propone restaurarla en su estado de 1942, fundándose sobre planos alemanes que acaba de encontrar en los archivos soviéticos. Otros, como Théo Klein, prefieren dejarla como está, pero explicando al público el disfraz: "La Historia es la que es; es suficiente contarla, incluso cuando no es simple, mejor que añadir artificio al artificio". Krystyna Oleksy, cuyo despacho de dirección, que ocupa el antiguo hospital de los SS, da directamente sobre el crematorio I, no se decide: "Por ahora se la deja como está y no se precisa nada al visitante. Es demasiado complicado. Se verá más tarde".2) TEXTO ÍNTEGRO DE LO QUE SE DICE SOBRE ESTO EN UN FOLLETO DE CD-ROM PROLOGADO POR SIMONE VEIL.
(Eric Conan, "Auschwitz: la memoria del mal", L 'Express, 19-25 de Enero de 1995, páginas 54-69; p.68).
En su amplio estudio, E. Conan ha querido mostrar cuánta distancia hay de "la memoria" a la historia. Lo ha hecho sin recusar el dogma del "Holocausto"; incluso llega a decir que cree en la existencia del arma de destrucción masiva llamada "cámara de gas" y ha presentado como exactos y demostrados asesinatos que no tienen el menor fundamento científico. Sin embargo tuvo el valor de denunciar graves mentiras entre ellas la de la "cámara de gas " emblemática que hoy se presenta los visitantes de Auschwitz. Y se atreve a admitir que, desde finales de los años 70, yo tenía razón sobre el asunto. En 2005, le he preguntado si su estudio había suscitado rectificaciones o protestas, en particular por parte de las autoridades del Museo Nacional de Auschwitz y de Krystyna Oleksy. Su respuesta fue: "Ninguna ".
(Robert Faurisson) tiene la motivación: el amor exclusivo por la verdad, tal sería una de sus obsesiones. Universitario, Robert Faurisson no cesará de utilizar esta garantía científica, diciéndose prueba de respetabilidad. Lee a Maurice Bardéche. Descubre a Paul Rassinier. "Desmenuza" a Rimbaud, Lautreamont y Apollinaire. Hombre brillante y cultivado, no es menos un provocador. Durante los años setenta, Robert Faurisson trabaja. Bosqueja su método histórico-literario. Se traslada a los archivos de Auschwitz. Su negación se va a construir allí. Esta reposa sobre un hecho real: la cámara de gas del campo de Auschwitz I es una "reconstrucción" puesto que sirvió como almacén para los medicamentos de los SS y de refugio antiaéreo después de la puesta en servicio de las cámaras de gas de Auschwitz-Birkenau; lo que él ha podido ver (y lo que se puede todavía ver) es una cámara de gas supuesta. Esto es innegable. Esto no impide que para Robert Faurisson, se trata de una superchería cuyos autores son los judíos.Qui di seguito, due disegni di “Chard”
(Le Negationisme -1948/2000- Conversaciones difundidas por France Culture bajo la dirección de Jean-Marc Turine. Folleto por Valérie Igounet y Jean-Marc Turine prologado por Simone Veil, Vincennes, Frémeuax et associés, 2001,48 páginas ; p. 27-28)
Mito delle camere a gas:
- “Chi lo ha messo a terra? ”
- “Faurisson.”
1° novembre 2006: questo disegno di “Chard” (Françoise Pichard, di Parigi) riceve il secondo premio del concorso internazionale delle caricature dell’“Olocausto” organizzato dall’Iran
“Eppur non gasa…”
[francese colloquiale per dire “non va” oppure “non funziona”]
Il professor Bruno Gollnisch aveva semplicemente dichiarato che, sull’argomento delle camere a gas, gli storici dovevano potersi pronunciare liberamente. Egli è stato in un primo tempo sospeso dall’insegnamento per cinque anni dall’Università di Lione-III. Poi, il 7 e 8 novembre 2006, è dovuto comparire dinanzi al tribunale di Lione, costituito dal giudice Fernand Schir e dai suoi due giudici a latere. Pressioni e ricatto l’hanno indotto a cedere e a riconoscere davanti ai suoi giudici l’esistenza del genocidio degli ebrei e delle camere a gas naziste. La sentenza sarà emessa il 18 gennaio 2007. Bisogna sapere che in Francia, la legge vieta la contestazione dell’esistenza dei crimini nazisti contro gli ebrei “anche se [tale contestazione] è presentata sotto forma mascherata o dubitativa o attraverso insinuazione” (Code pénal, 2006, p. 2059). Di conseguenza, in proposito, non bisogna né contestare e nemmeno dare l’impressione di contestare.
Una gran civilización no es conquistada desde fuera hasta que se destruye ella misma desde dentro
- Col. Rheault
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Re: Crees en el holocausto de los 6 millones de judios?
Soah (Claude Lanzmann) entrevista a Franz Suchomel
La entrevista al SS-unterscharführer Franz Suchomel se hizo con cámara oculta y con la promesa , incumplida, de Lanzmann de no mencionar el nombre del ex-sargento de Treblinka. Lanzmann le lanza la pregunta de ¿ como era posible "procesar" a 18.000 personas en un sólo día ? , a lo que el ex-suboficial de las SS responde " Sr. Lanzmann; eso es una exageración, puede usted creerme. Como máximo entre 12.000 a 15.000 diarios. Pero entonces pásabamos todo el dia ocupados con ello". Por lo que si era una conversación y él no sabía que lo estaban grabando no comprendo por qué habría de mentir este hombre. Yo creo que la realidad y según lo que he leído al respecto, es muy posible la verisimilitud de lo que comenta con lo que ocurrió. Treblinka, y hay que recordar que no era el nombre que los alemanes le pusieron a un campo de exterminio, era una aldea que no se alejaba mucho de Varsovia y los alemanes le pusieron al campo ese mismo nombre. Era un campo terrible donde los que eran lentos trabajando, por ej., eran marcados en la cara por algún vigilante de la schutmannschaft (ucranianos adcscritos a la Sipo ) y luego al pasar lista las SS , al fijarse en la señal, los descuartizaban a golpes de azada o mandaban hacerlo a algún ucraniano de la schuma, que por cierto estuvieron como personal auxiliar en los campos de la action Reinhardt de Globocnik,( sobibor, Maidanek, Treblinka y Belzec). No estoy seguro de si Chelmno ( Kulmhof en alemán) estava bajo la jurisdicción de Globocnik.
Las víctimas del marcaje en el rostro podían presentarse voluntarios y el comandante les ahorraba esa horrible muerte de ser despedazados vivos ordenando dispararles en la nuca. El problema es que ninguno podía saber con seguridad si estaba marcado o si se notaba o no. Muchos se ahorcaban incluso no estando marcados al darse cuenta de lo que les había ocurrido a su familia o incapaces de soportar el horror.
Los comandantes que tuvo el campo fueron Imfried Eberl, que fracasó estrepitósamente al dejar que llegaran más transportes de judíos de los que las cámaras de gas podían procesar y aquello se convirtió en un infierno abarrotado de muertos por todas partes cuyo olor a putrefacción se extendía a Kilómetros, Franz Stangl que lo sustituyó como comandante administrativo en jefe y el tristemente célebre Kurt Franz, antiguo guardián y suboficial principal de Buchenwald y que fue ascendido, al hacerse cargo del campo de Treblinka, al rango de SS-untersturmführer u oficial subalterno. En Treblinka tuvo lugar una revuelta en agosto de 1943 de la que consiguieron escapar de 1000 unos 600 judíos y muchos pudieron dar testimonio de las atrocidades cometidas allí como se puede ver y oir de algunos de ellos como Richard Glazar y Abrahan Bomba en la película-documental " shoah".
Se estima que allí murieron más de 900.000 personas, la mayoría judíos. Lo que no se aleja mucho de las cifras de muertos de Auschwitz-Birkenau que según las palabras de Suchomel era una " fabrica de muerte".
Datos extraídos de el libro " Treblinka" de Jean Francois Steiner , Shoah y Crónica del
holocausto.
En la magna película Shoah de Claude Lanzmann (nueve horas),de entre los multiples testimonios de victimas e historiadores posteo esta realizada con cámara oculta al suboficial de Treblinka Franz Suchomel. En ella detalla todo el proceso de exterminio que se llevaba en este campo. El director le hizo la promesa de mantener su nombre en el anonimato. Se defendió de faltar a su promesa argumentando:"Quería mostrar que le estaba mintiendo, por que esta gente mentía a diario para matar judios".
http://www.filmaffinity.com/es/film601295.html
Esta película fue estrenada en 1985 en el festival de Cannes.Se proyectó por primera vez en España en 1987 durante dos días en un cine de Madrid. El primer día unos neonazis ataviados con camisas pardas plantaron un tenderete a la puerta del cine con material revisionista. Al día siguiente un aviso de bomba impidió su proyección.
http://www.forosegundaguerra.com/viewto ... 70&t=10156
La entrevista al SS-unterscharführer Franz Suchomel se hizo con cámara oculta y con la promesa , incumplida, de Lanzmann de no mencionar el nombre del ex-sargento de Treblinka. Lanzmann le lanza la pregunta de ¿ como era posible "procesar" a 18.000 personas en un sólo día ? , a lo que el ex-suboficial de las SS responde " Sr. Lanzmann; eso es una exageración, puede usted creerme. Como máximo entre 12.000 a 15.000 diarios. Pero entonces pásabamos todo el dia ocupados con ello". Por lo que si era una conversación y él no sabía que lo estaban grabando no comprendo por qué habría de mentir este hombre. Yo creo que la realidad y según lo que he leído al respecto, es muy posible la verisimilitud de lo que comenta con lo que ocurrió. Treblinka, y hay que recordar que no era el nombre que los alemanes le pusieron a un campo de exterminio, era una aldea que no se alejaba mucho de Varsovia y los alemanes le pusieron al campo ese mismo nombre. Era un campo terrible donde los que eran lentos trabajando, por ej., eran marcados en la cara por algún vigilante de la schutmannschaft (ucranianos adcscritos a la Sipo ) y luego al pasar lista las SS , al fijarse en la señal, los descuartizaban a golpes de azada o mandaban hacerlo a algún ucraniano de la schuma, que por cierto estuvieron como personal auxiliar en los campos de la action Reinhardt de Globocnik,( sobibor, Maidanek, Treblinka y Belzec). No estoy seguro de si Chelmno ( Kulmhof en alemán) estava bajo la jurisdicción de Globocnik.
Las víctimas del marcaje en el rostro podían presentarse voluntarios y el comandante les ahorraba esa horrible muerte de ser despedazados vivos ordenando dispararles en la nuca. El problema es que ninguno podía saber con seguridad si estaba marcado o si se notaba o no. Muchos se ahorcaban incluso no estando marcados al darse cuenta de lo que les había ocurrido a su familia o incapaces de soportar el horror.
Los comandantes que tuvo el campo fueron Imfried Eberl, que fracasó estrepitósamente al dejar que llegaran más transportes de judíos de los que las cámaras de gas podían procesar y aquello se convirtió en un infierno abarrotado de muertos por todas partes cuyo olor a putrefacción se extendía a Kilómetros, Franz Stangl que lo sustituyó como comandante administrativo en jefe y el tristemente célebre Kurt Franz, antiguo guardián y suboficial principal de Buchenwald y que fue ascendido, al hacerse cargo del campo de Treblinka, al rango de SS-untersturmführer u oficial subalterno. En Treblinka tuvo lugar una revuelta en agosto de 1943 de la que consiguieron escapar de 1000 unos 600 judíos y muchos pudieron dar testimonio de las atrocidades cometidas allí como se puede ver y oir de algunos de ellos como Richard Glazar y Abrahan Bomba en la película-documental " shoah".
Se estima que allí murieron más de 900.000 personas, la mayoría judíos. Lo que no se aleja mucho de las cifras de muertos de Auschwitz-Birkenau que según las palabras de Suchomel era una " fabrica de muerte".
Datos extraídos de el libro " Treblinka" de Jean Francois Steiner , Shoah y Crónica del
holocausto.
En la magna película Shoah de Claude Lanzmann (nueve horas),de entre los multiples testimonios de victimas e historiadores posteo esta realizada con cámara oculta al suboficial de Treblinka Franz Suchomel. En ella detalla todo el proceso de exterminio que se llevaba en este campo. El director le hizo la promesa de mantener su nombre en el anonimato. Se defendió de faltar a su promesa argumentando:"Quería mostrar que le estaba mintiendo, por que esta gente mentía a diario para matar judios".
http://www.filmaffinity.com/es/film601295.html
Esta película fue estrenada en 1985 en el festival de Cannes.Se proyectó por primera vez en España en 1987 durante dos días en un cine de Madrid. El primer día unos neonazis ataviados con camisas pardas plantaron un tenderete a la puerta del cine con material revisionista. Al día siguiente un aviso de bomba impidió su proyección.
http://www.forosegundaguerra.com/viewto ... 70&t=10156
"Demand me nothing; what you know, you know: / From this time forth I never will speak word"