Ver citas anteriores
Tatim escribió:Ver citas anteriores
jordi escribió:Vale, ustedes nos han convencido. El nazismo no es de derechas, el fascismo tampoco y la extrema derecho no existe ni nunca ha existido. Si matan son de izquierdas, si son totalitarios son de izquierdas y si son racistas son de izquierdas.
Ejemplos de Grandes Comunistas del siglo pasado: Pinochet, Hitler, Franco
Lo siento por usted, pero no tiene ni idea de lo que habla. Franco era un fascista y lo sepa o no lo sepa, el fascismo es una versión nacionalista y totalitaria del socialismo fundada por un SOCIALISTA llamado Mussolini. ¿O usted no sabe que Franco NACIONALIZÓ la banca, la industria y mil cosas más? ¿Y no sabe tampoco que creó la Seguridad Social, la Once, el salario mínimo interprofesional, el Auxilio social, las pensiones de jubilación y de viudedad, las escuelas de formación profesional, la fecha límite para el contrato a pruebas, la garantía de compensación económica en caso de despidos?
¡¡No, usted no tiene ni idea!!
Y tampoco sabe lo que son los trust alemanes y no sabe que Hitler también nacionalizó la banca (como usted desearía que se hiciera en España) y mil cosas más SOCIALISTAS que no voy a perder el tiempo en contarle.
Que usted no sepa esas cosas, no quiere decir que no SEAN REALES.
En mi opinión, la derecha tiene sus demonios y la izquierda los suyos.
Ambos extremos, el fascismo y/o el nacional-socialismo, por un lado, y el comunismo (Hola, Podemos y cía), por otro, tienen en común una cosa: la negación de la libertad de la persona individual, la negación de la individualidad.
El comunismo niega la individualidad, la autonomía de lo personal, porque sacrifica la libertad individual en aras de los intereses de una clase social (el proletariado y toda la verborrea populista). El fascismo la sacrifica a los intereses de otra clase social (los poderosos) (en momentos de crisis, no sabe Vd. lo bien que se lo montan las clases que controlan el poder económico para proteger sus intereses, querido amigo). Eso sí, casi siempre, oculta esa realidad bajo las banderas del nacionalismo, un enemigo exterior y cosas parecidas.
Por cierto, los nacionalistas también sacrifican la libertad individual a la idea de tribu.
En definitiva, todas ellas son ideologías colectivistas en las que la libertad individual se sacrifica a los intereses de una colectividad, uniformando el cuerpo social. Las personas no importan como tales más que porque pertenecen a una clase social, a una tribu determinada, etc.
Y, en estas circunstancias, el paisaje que tenemos delante los que intentamos habitar los paisajes de moderación liberal, socialdemócrata, derecha moderada, etc., es, no voy a decir que angustioso, pero sí bastante complicado. Porque los instintos primarios de las personas propician que te dejes llevar por la llamada de la clase, por la llamada profunda de la tierra o por la llamada del capital y los privilegios. Razonar, reflexionar que hay algo más allá de esos instintos primarios, es hacer un ejercicio (moderado, sí, pero que hay que hacerlo) que, en muchísimos casos, se antoja bastante complicado para muchísimas personas.
Es algo así como explicar a alguien que hay un segundo óptimo de Pareto, cuando lo más fácil es quedarse complacido en el primero y no querer hacerse más preguntas, porque eso es muy cansado.