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José escribió: ↑29 Oct 2021 13:08
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Shaiapouf escribió: ↑29 Oct 2021 05:58
El problema es que cuando privatizas la educación al 100%, tal que cada padre educará a su hijo en función a sus deseos el relato acaba ahí, no es que eduque a sus hijos solo en función a sus deseos (educación laica, religiosa, moderna, racional, tradicional, conductista, constructivista, modelo Piaget, etcétera), sino que también a sus posibilidades, esto es, su renta.
...
¿Cuál es la organización óptima en la educación? ¿Cuántas horas de matemáticas tienen que enseñarse, a la semana, en los colegios de primaria? ¿Cuántas horas de Historia?, ¿de Filosofía?, ¿de Latín?, ¿Griego?, ¿Música?, ¿Educación Física?, ¿Arte? ¿Cómo confeccionamos el programa educativo óptimo para los ciudadanos? ¿Quién lo decide?, ¿los políticos y los funcionarios?, ¿los ciudadanos en su conjunto, en una especie de democracia asamblearia? O, por qué no simplemente permitir que cada ciudadano demande aquel currículum que considera más adecuado para sus hijos, o que los propios estudiantes pueden considerar más adecuado para sus aptitudes y cualidades personales. ¿Por qué no permitimos que, los ciudadanos, escogiendo unos colegios u otros marquen un itinerario formativo u otro? ¿Por qué todos tienen que someterse al mismo patrón?
Porque, en la medida en que los adolescentes tienen intereses y facultades muy diversas, lo lógico sería que la oferta se adaptara a esas demandas diversas. No que se obligara a la demanda a que se plegara a la oferta que han diseñado los funcionarios y los políticos. Simplemente porque estos quieren que la oferta sea de esta manera. Y pueden querer que sea de esta manera, simplemente, porque las cosas se han hecho siempre así y el coste de cambio es muy grande.
Imaginemos que en los colegios se aplicara algo tan revolucionario, pero lógico a mi entender, como que los niños estudiaran Programación. Al fin y al cabo, es el lenguaje (o uno de ellos) al que se van a tener que enfrentar en el siglo XXI. Lo que significaría que habría que quitar horas a cualquier otra asignatura que se nos pueda ocurrir, y vamos a añadírselas a Programación. ¿Cuál crees que sería la respuesta del profesorado ante ese cambio? Sería una respuesta de reacción absoluta. ¿Crees que ese sector afectado del profesorado se va a quedar de brazos cruzados ante la voluntad de los funcionarios y políticos de realizar una reforma educativa que incluya la Programación a costa de, yo qué sé, el Francés? Evidentemente, no. Y, con la excusa de que la reforma es mala para los niños, estarán defendiendo y promoviendo sus intereses personales de que nada cambie dentro del sector.
Otro debate que hay dentro de la educación, ¿deberes sí o deberes no? Probablemente dependa de cada niño en particular, si es mejor que coja una disciplina y, acabadas las horas de clase, siga haciendo deberes o que, si por el contrario, tiene una mente muy creativa y su propia dinámica le impulsa a aprender sobre asuntos muy diversos, que se le deje esa libertad y esa autonomía para que se alimente y se empape de conocimiento. Entonces, ¿deberes sí o deberes no? Pues, a lo mejor, colegios donde haya deberes y colegios donde no los haya. Pero, para eso, el modelo educativo no puede estar centralizado y planificado desde la Moncloa. El modelo educativo no puede estar en manos del Ministerio de Educación ni de las Consejerías de Educación. Los colegios deben ser autónomos a la hora de hacer sus propuestas educativas para los padres. Y los padres deben de ser libres a la hora de escoger si quieren un colegio para sus hijos u otro.
Es cierto que se puede plantear, y es lógico que se haga, que tiene que haber unos estándares mínimos. Pero no dejan de ser MÍNIMOS, no máximos. Como que no nos enseñen valores totalmente disfuncionales, como que matar a la gente está bien, robar está bien, etc. Pero, si estamos hablando de mínimos, no hablemos de regular las horas de matemáticas. Porque eso no son mínimos. O no hablemos de regular qué tipos de optativas tiene que haber en un colegio.
Por tanto, en Educación, libertad de demanda para los padres. Que estos puedan escoger un modelo educativo u otro. Que enseñe en catalán, en alemán, en inglés, en español... En la lengua vehicular que sea. Que tenga religión, que no la tenga. Que haya deberes en casa o que no los haya. Que el horario sea partido o continuo, etc. ¿Por qué todo esto tiene que estar regulado desde el sector público? Pues, esencialmente:
1.- El
Estado quiere que todos los niños pasen por el programa que él ha diseñado, para que todos tengan una mentalidad clónica y servil a sus intereses.
2.- El
Estado necesita justificar que se siga enchufando tanto dinero público en Educación, manteniendo toda la burocracia educativa tal cual está configurada ahora.
Entonces, si la lógica de la burocracia es tener una clientela cautiva a la que supuestamente proporciona un servicio, la burocracia no puede permitir que esa clientela cautiva se les escape. Porque, entonces, la propia justificación de la burocracia desaparece. Esto lo decía muy bien Gordon Tullock. La burocracia surge para solucionar un problema. Si el problema desaparece, la burocracia desaparece. Por lo tanto, la burocracia es la máxima interesada en generar problemas que justifiquen su propia existencia. Esto también es aplicable al Feminismo y a tantas otras memeces oportunistas que se nos pueda ocurrir.
Por lo cual, defender a ultranza la Educación Pública es lo más ANTILIBERAL que puede haber. Sobre todo, en un país como España, donde la Educación Pública es una oda la mediocridad, basándose en un sistema de enseñanza memorístico completamente obsoleto y que no prepara, en absoluto, al alumno para afrontar la vida laboral y, para colmo, está al servicio ideológico de partidos estatistas y/o nacionalistas, en determinadas CCAA. Por eso, no puedo estar más en contra del expolio que se le hace al ciudadano para sufragar semejante herramienta al servicio del político.
A ver, para no irme por las ramas (como hace Liberal de Izquierdas cuando contesta), me centraré en la idea principal (la educación privada superior a la pública) y en las tres ideas secundarias que sostienen la primera (la elección de colegios, la elección de programas y elección de metodología). Todas las ideas secundarias las has esbozado y desarrollado con fin de reforzar tu idea principal, pero creo que has partido desde una posición excesivamente normativa (como debería ser) y no concreta, científica y empírica (como es, por qué está mal y qué alternativas probadas se pueden plantear para que mejore).
Yo como te dije, no dudo en ningún momento que los padres e incluso los adolescentes deben formar parte de la decisión de cada uno de los puntos que esbozas, es decir, la decisión del colegio y del programa educativo. En cierto sentido lo primero ya es algo que ocurre ahora, tú dirás que no porque todavía falta, pero si una familia quiere que su hijo estudie una educación cristiana, lo puede hacer, siempre y cuando tenga dinero. Lo segundo no, los programas educativos son asuntos técnicos y de compleja elaboración, por lo que al igual que otros asuntos técnicos (como la misma justicia, la biotecnología o las decisiones empresariales), no se someten a criterio popular, se someten a criterio especializado de cada área. Por eso la educación es como es, porque es un asunto eminentemente técnico.
Aunque, es técnico en la construcción solo del programa, la configuración inicial de éste, la planificación inicial (donde solo se esbozan los temas y objetivos generales), es político, y allí sí podría haber más participación social. Empero ante esto tengo dos cuestiones que señalar. Por una parte, que sea político significa que es un asunto de vigencia e importancia pública, no privada, y siempre cuando es público, se somete a criterios donde el todo importa más que solo la suma de las partes, por eso hay asignaturas que se suplen por otras, porque públicamente se determina que unas importan más que otras, por ejemplo aumentar las horas lectivas de matemática por sobre filosofía, hay detrás una intención política, el problema está cuando la política misma se encuentra viciada y no tiene un objetivo central en cómo educar a las generaciones que vienen (allí sí coincido contigo que sería mucho más provechoso que se educara en programación antes que hablar de matemáticas feministas), el problema entonces es que nuestra clase política no se decide, no logra achuntar un norte de ejecución, y prefiere por diferentes motivos enfrascarse en temas secundarios. Por otra, todo lo anterior y con sus contras, sigue siendo en este contexto, la mejor salida, o la menos mala al menos, y es que con todo debemos aceptar que para que exista un mínimo de desarrollo debe existir un norte en la decisión de qué, cómo y cuánto, por eso finalmente la decisión política está centralizada.
Yo puedo aceptar todas las críticas que identificas y correctamente mencionas en tanto hay evidentes razones políticas detrás de ciertas decisiones educativas, pero la opción a la decisión centralizada de los programas educativos, de momento, es la que tú entregas: que los padres decidan qué tipo de educación deben de tener sus hijos, y si eso no fuera poco, que decidan los adolescentes. ¿Cómo solucionamos el problema de la renta? Incógnita. ¿Cómo solucionamos el problema de los antivacunas, conspiranoicos y reaccionarios de derecha o izquierda? Incógnita.
Como te dije, si privatizamos toda la educación, lo que finalmente ocurrirá es que esta se segmentará como ya ocurre en Chile. Los padres de familias pobres tendrán solo una opción: los colegios pobres, hechos para pobres, y con un fin específicamente ideado para pobres. Los padres de familias ricas tendrán su opción: colegios ricos, con los lujos y todas las posibilidades que los acaudalados ingresos permiten. Esto no se limita únicamente (aunque sí es determinante) a una cuestión material, si nos ceñimos al mismo programa educativo (el qué, cómo y cuánto), también habrá una segmentación, ¿dónde se podrá aplicar una educación artística, constructivista o enfocada en las decisiones del educando? Pues en los colegios más acaudalados, en un colegio de familias pobres, la norma será el conductismo y el programa clásico por muchos motivos, entre otros que un adolescente rico podría estudiar arte en un colegio Montessori total, si se vuelve artista podrá tener mecenas mientras un pobre no. Igualmente si privatizamos todo, ¿cómo planificamos las necesidades sociales? ¿Tendremos colegios enseñando creacionismo en lugar de evolución? Es complejísimo, si respondemos ante esto que el
Estado decide los asuntos centrales, finalmente poco importa la opinión de la familia, caemos en lo mismo pero en un sistema más segmentado (o sea, el
Estado decide qué enseñar pero el cómo lo deciden los privados a nivel mercado, entonces cada niño debe aprender sobre la evolución pero en un sistema para ricos y pobres).
La educación es un asunto de
Estado, por eso es centralmente pública, y solo así ha dado los frutos que ha dado. Si en pleno siglo XIX los Estados hubieran desarrollado una educación privada, a inicios del siglo XX sería más probable ver adultos pobres sin educación alguna (con tasas de analfabetismo muy superior), y millones de personas en contra del laicismo. Piensa en algo muy simple, mantener un colegio es algo costoso, en Chile un edificio de tales proporciones puede requerir un costo fijo de entre 5 o 10 K €, solo por la mantención del edificio, costos de agua, electricidad y otros servicios básicos, a eso tienes que añadir el costo que implica alimentar a los estudiantes, si es un colegio con todos los niveles y 3 cursos de 30 alumnos por nivel, hablamos de cerca de 600.000 € al mes, y a todo eso se tiene que considerar la remuneración de profesores y personal técnico a una media de 1000 € mensuales, tienes otros 20.000 € como mínimo, el costo total es de unos 630.000 € al mes, luego tienes que sacar una rentabilidad para lo cual el monto aumenta a 690.000 €, este total se divide en los estudiantes (1620), dando un costo de matrícula neto de 425,9 € al mes. Es decir, para mantener un colegio/instituto normal, sin piscina, sin aire acondicionado, sin buena biblioteca, sin más profesores que los básicos, necesitas pagar por estudiante el salario mediano de Chile y la mitad del salario mínimo español, una locura. Es decir, si la educación se privatiza al 100%, no puedes más que excluir a las mayorías, y es imposible plantear un escenario como el de otros sectores económicos donde el costo se va reduciendo conforme aumenta la demanda y productividad, porque aquí hablamos de un costo más menos fijo e inelástico.
En estas condiciones, todo se reduce a eso. O cada quien según su renta, o todos mezclados. La diferencia está en los puntos medios.
En términos normativos yo sí creo que la educación es un asunto social, solo que estimo que está como está porque no puede ser de otra forma. En mi mundo ideal, sería ideal que se refuercen las habilidades y gustos de cada individuo, por eso creo que sería más apropiado que un estudiante termine su educación básica a los 25 años y no a los 16, y que dicho proceso se centre en sus necesidades personales donde cada educando escoge sus propias asignaturas especializándose en sus fortalezas y gustos casi como en la universidad, pero como ese modelo no es posible en una sociedad cuya educación tiene ante todo un fin económico, no es posible. Lo que sí es posible, es intentar sacar el mejor partido frente a esa necesidad con un programa común.
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