El origen del marxismo cultural y renegación del económico
Publicado: 07 Sep 2020 19:47
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Esto es falso.Ver citas anterioreslabora-t escribió: ↑07 Sep 2020 19:47 Este hilo tiene como objetivo que discutamos acerca del debate que se ha convertido en uno de los núcleos duros de los debates del foro: ¿por qué la "izquierda" de los países capitalistas ha renegado del marxismo económico y solo acepta el lado cultural del mismo?
A quién no se le notaba? Es por saber. Tp es q a sus sucesores en el siglo XX fueran precisamente agradables con "extranjeros", u homosexuales, con mujeres dependía del nivel de si eran patrias o no. Pero los teóricos quitando un par de gatitos, muy feministas no es q fueran, ni con sus pares ideológicos.Ver citas anterioreslabora-t escribió: ↑09 Sep 2020 11:07Eran hombres del siglo XIX, y a algunos se les tendría que notar, pero no eran ni de lejos tan retrógrados como aquellos a los que habrían apoyado, de ser trasladados en una máquina del tiempo a esa época, la mayoría de los conservadores actuales.
EditadoVer citas anterioresLady_Sith escribió: ↑09 Sep 2020 21:29A quién no se le notaba? Es por saber. Tp es q a sus sucesores en el siglo XX fueran precisamente agradables con "extranjeros", u homosexuales, con mujeres dependía del nivel de si eran patrias o no. Pero los teóricos quitando un par de gatitos, muy feministas no es q fueran, ni con sus pares ideológicos.Ver citas anterioreslabora-t escribió: ↑09 Sep 2020 11:07Eran hombres del siglo XIX, y a algunos se les tendría que notar, pero no eran ni de lejos tan retrógrados como aquellos a los que habrían apoyado, de ser trasladados en una máquina del tiempo a esa época, la mayoría de los conservadores actuales.
Siempre es bueno recordar el regalo q recibieron los alemanes cuando la URSS y el nazismo pactaron el reparto de Polonia, q fue la entrega de refugiados políticos alemanes q habían huido a la URSS y q eran en su mayoría comunistas.
Nos refrescas la memoria, igual en este sentido tiene razón lo que dice Labora-T (que es mucho decir ya que la mayoría de sus post son simple oda a la filosofía de baño, sin acritud) y es que era una época donde dominaba el racismo y el sexismo. En comparación, liberales, sionistas y nazis (muy similares en estos aspectos) soltaban chorradas peores.
Ah, q mi problema es q "no me cepillé" a nadie de Europa del este y eso no me ha revelado la verdad.Ver citas anterioreslabora-t escribió: ↑09 Sep 2020 23:07Lorca era homosexual. Es un hecho.Ver citas anterioresLady_Sith escribió: ↑09 Sep 2020 21:29A quién no se le notaba? Es por saber. Tp es q a sus sucesores en el siglo XX fueran precisamente agradables con "extranjeros", u homosexuales, con mujeres dependía del nivel de si eran patrias o no. Pero los teóricos quitando un par de gatitos, muy feministas no es q fueran, ni con sus pares ideológicos.Ver citas anterioreslabora-t escribió: ↑09 Sep 2020 11:07Eran hombres del siglo XIX, y a algunos se les tendría que notar, pero no eran ni de lejos tan retrógrados como aquellos a los que habrían apoyado, de ser trasladados en una máquina del tiempo a esa época, la mayoría de los conservadores actuales.
Siempre es bueno recordar el regalo q recibieron los alemanes cuando la URSS y el nazismo pactaron el reparto de Polonia, q fue la entrega de refugiados políticos alemanes q habían huido a la URSS y q eran en su mayoría comunistas.
Cuando a Dalí le preguntaron si lo era o o si era una leyenda urbana contestó que no solo sí que lo era, sino que había intentado sodomizarlo a él y que no lo consiguió del todo.
Su capacidad intelectual es incuestionable. Un tipo que escribía con ese nivel tenía que tener una capacidad intelectual muy alta.
¿Tú crees que si eso que afirmas no fuese principalmente propaganda procedente de ese tipo de individuos con trastornos de la personalidad antisocial de los que hablaba el mayor experto del FBI en ese trastorno, del que hablé en otro hilo, un tipo con la capacidad intelectual de Lorca iba a ser comunista?
Lo que dices sobre la URSS me hace pensar que deberías haber hecho como yo: la mayoría de las ideas que tengo sobre el Bloque del Este proceden de conversaciones que tuve con chicas con las que me lié y que procedían de esos países, no de propaganda.
Deberías haberte liado con mujeres soviéticas, Lady Sith.
Nunca me lié con una mujer judía, pero no porque no lo haya intentado.
Un postmoderno no puede ser marxista porque en la base del mismo está la eliminación de toda teoría científica en la sociedad.
Este ejemplo tiene sentido en lo referente al tema.Ver citas anterioreslabora-t escribió: ↑09 Sep 2020 14:42 Supongamos que por un lado tenemos al lobby 1, vinculado al chauvinismo 1 y defendido por el partido o conjunto de partidos 1, y por otro lado tenemos al lobby 2, vinculado al chauvinismo 2 y defendido por el partido o conjunto de partidos 2. Tanto 1 como 2 reniegan del marxismo económico; izquierda; reparto de bienes y solo se enfrentan en lo cultural. De esta forma, Cacique 1 (%) sabe que lobby 1 y lobby 2, divididos por sus respectivos chauvinismos (intereses en política social) se estarán dando de hostias entre ellos por obtener, gracias a la división creada en la sociedad por dichos intereses, los trabajos temporales que la gestión política oferta, de sueldos suculentos a los ojos de sus miembros, mientras que ninguno de los dos molestará a Cacique 1 (%) y le permitirán cumplir sus fantasías de manera relajada.
OJO a las palabras del concejal de IU en Zamora, Miguel Ángel Viñas:
Para profundizar hago mías las palabras en el siguiente artículo:
Es curioso como en realidad la teoría del marxismo cultural no se sostiene en tanto no son "LOS MARXISTAS" quienes han impuesto todas estas nuevas categorías, sino que han sido los mismos Estados CAPITALISTAS quienes han subvencionado a esta tropa de charlatanes postmodernos, que sí, son unos charlatanes independiente de su origen ideológico, y no es de extrañar la intención era domesticar a la izquierda y ridiculizarla.Ver citas anterioresEn realidad, la aceptación de los mantras de la postmodernidad (relativismo, subjetivismo, irracionalismo) por parte de la izquierda se empezó a producir antes de la pérdida de hegemonía intelectual del materialismo histórico y dialéctico. El viraje se comenzó a gestar en los años sesenta, a partir de la irrupción de los llamados «nuevos movimientos sociales». Fue el momento del nacimiento de la «nueva izquierda», insatisfecha ante una doctrina marxista cada vez más anquilosada y unos partidos políticos demasiado vinculados a formas burocratizadas del Estado que hacían inviable la verdadera revolución en todos los órdenes, tal como era el deseo de los integrantes de esos movimientos sociales (estudiantes, feministas, ecologistas, homosexuales, etc.), cuyas demandas no habían sido suficientemente atendidas hasta entonces por parte de los teóricos marxistas clásicos.
El problema es que esta nueva izquierda sustituyó muchas veces el dogmatismo de cierta escolástica marxista por un nihilismo de consecuencias igualmente desastrosas. En lugar de dar a luz un nuevo tipo de ideología, compatible con el desarrollo de la ciencia y la técnica y con los principios innegociables del humanismo ilustrado, renunció a toda Ilustración, ignorando de esa forma su propia tradición y razón de ser.
(...)
Sin embargo, en el seno de la «izquierda académica» se produjo una inversión de los valores éticos y epistémicos tradicionales de la «izquierda política». Como nos cuenta Antoni Domènech, «así como las necesidades de propaganda de los bolcheviques acosados por la Entente a comienzos de los años 20 les llevaron a regalar de barato a la «burguesía», al «liberalismo» y al «capitalismo» la «democracia» -es decir, el grueso de las luchas obreras europeas hasta 1914-, así también, pero sin necesidad perentoria alguna que pudiera venir a justificarlo, Adorno y Horkheimer obsequiaron al «capitalismo» con la «Ilustración» 3. A juicio de Domènech, el origen académico de la reacción antiilustrada estaría en Dialéctica de la Ilustración, obra en la que los autores de la Escuela de Franckfurt realizan una crítica total de la razón como mero instrumento de dominio de la naturaleza. Esta operación de desprestigio de lo racional sería posteriormente consolidada por Heidegger y sus acólitos, quienes se tragaron el antihumanismo del alemán hasta sus últimas consecuencias. «Demasiada» racionalidad (no la ausencia de ella) fue la causa de la barbarie humana, según el dictum postmoderno. Los «críticos de la razón» llegaron a la conclusión de que los campos de concentración nazis fueron un producto de la tecnociencia, no de la falta de valores éticos, ni de la insuficiencia de la democracia, ni de un sistema económico generador de miseria y servidumbre.
De ahí en adelante, de la mano de Foucault, Derrida, Deleuze, Lacan, Lyotard, Baudrillard, Feyerabend, Khun, Latour y otros muchos, la filosofía renunció a la verdadera crítica, abrazó el irracionalismo sin límites y dio cancha a la pseudociencia, el fraude y la pereza mental, como consecuencia de un ejercicio de deshonestidad intelectual solamente parangonable con su falta de fortaleza ética.
En lugar de centrar sus esfuerzos intelectuales en producir conocimiento, indagar en la búsqueda de la verdad y difundir por todos los medios esa verdad para ponerla a disposición de la gente, los filósofos se han estado divirtiendo en sus academias a costa del erario público que ha sostenido sus salarios de funcionarios conspicuos al servicio de la maquinaria del Estado. La mayoría de estos «mercenarios intelectuales» prefirieron delegar sus responsabilidades y optaron por ocupar su tiempo en menudencias: análisis espurios del discurso, trabajos antropológicos de campo basados en la reflexión del observador sobre sí mismo, divagaciones sobre el carácter falocéntrico de la mecánica de sólidos, estudios acerca del uso del dildo como práctica de sexualidad performativa socialmente transgresora y otras cosas por el estilo, tareas todas ellas, suponemos, muy «edificantes» para quienes se ejercitan en ellas, pero absolutamente fútiles desde el punto de vista del conocimiento y totalmente irrelevantes para la consecución de una sociedad más justa 4.
Y así, la sociología constructivista, la etnografía relativista, la deconstrucción, el pensamiento débil, la epistemología feminista, la teoría queer y otras tendencias de parecido pelaje consiguieron consolidarse como «paradigmas» de pensamiento crítico en las facultades de ciencias sociales y humanidades de muchas Universidades, para desgracia de éstas. Es curioso (y da que pensar) que todas estas teorías postmodernas se hayan desarrollado en los últimos años al abrigo de la subvención estatal y el cobijo administrativo, a pesar de presentarse muchas de ellas como «críticas radicales del sistema». Los enemigos de la razón y de la ciencia no se limitan a atacarlas solamente desde fuera, sino que ahora, gracias al relativo prestigio ganado en la Academia, pueden atacarlas también desde dentro, lo que es mucho más grave.
https://rebelion.org/imposturas-postmod ... -politica/
Pues se da la circunstancia de que una de las ex-soviéticas que me cepillé, nada más llegar al Reino Unido durante mi particular diáspora, que casualmente fue la primera mujer no española con la que estuve, que yo recuerde, era bisexual y fue también la primera y única mujer que me dejó por otra mujer (su novia, para ser más exactos).Ver citas anterioresLady_Sith escribió: ↑09 Sep 2020 21:29A quién no se le notaba? Es por saber. Tp es q a sus sucesores en el siglo XX fueran precisamente agradables con "extranjeros", u homosexuales, con mujeres dependía del nivel de si eran patrias o no. Pero los teóricos quitando un par de gatitos, muy feministas no es q fueran, ni con sus pares ideológicos.Ver citas anterioreslabora-t escribió: ↑09 Sep 2020 11:07Eran hombres del siglo XIX, y a algunos se les tendría que notar, pero no eran ni de lejos tan retrógrados como aquellos a los que habrían apoyado, de ser trasladados en una máquina del tiempo a esa época, la mayoría de los conservadores actuales.
Siempre es bueno recordar el regalo q recibieron los alemanes cuando la URSS y el nazismo pactaron el reparto de Polonia, q fue la entrega de refugiados políticos alemanes q habían huido a la URSS y q eran en su mayoría comunistas.
Poco más se puede añadir a ese texto.Ver citas anterioresShaiapouf escribió: ↑13 Sep 2020 17:39Para profundizar hago mías las palabras en el siguiente artículo:
Es curioso como en realidad la teoría del marxismo cultural no se sostiene en tanto no son "LOS MARXISTAS" quienes han impuesto todas estas nuevas categorías, sino que han sido los mismos Estados CAPITALISTAS quienes han subvencionado a esta tropa de charlatanes postmodernos, que sí, son unos charlatanes independiente de su origen ideológico, y no es de extrañar la intención era domesticar a la izquierda y ridiculizarla.Ver citas anterioresEn realidad, la aceptación de los mantras de la postmodernidad (relativismo, subjetivismo, irracionalismo) por parte de la izquierda se empezó a producir antes de la pérdida de hegemonía intelectual del materialismo histórico y dialéctico. El viraje se comenzó a gestar en los años sesenta, a partir de la irrupción de los llamados «nuevos movimientos sociales». Fue el momento del nacimiento de la «nueva izquierda», insatisfecha ante una doctrina marxista cada vez más anquilosada y unos partidos políticos demasiado vinculados a formas burocratizadas del Estado que hacían inviable la verdadera revolución en todos los órdenes, tal como era el deseo de los integrantes de esos movimientos sociales (estudiantes, feministas, ecologistas, homosexuales, etc.), cuyas demandas no habían sido suficientemente atendidas hasta entonces por parte de los teóricos marxistas clásicos.
El problema es que esta nueva izquierda sustituyó muchas veces el dogmatismo de cierta escolástica marxista por un nihilismo de consecuencias igualmente desastrosas. En lugar de dar a luz un nuevo tipo de ideología, compatible con el desarrollo de la ciencia y la técnica y con los principios innegociables del humanismo ilustrado, renunció a toda Ilustración, ignorando de esa forma su propia tradición y razón de ser.
(...)
Sin embargo, en el seno de la «izquierda académica» se produjo una inversión de los valores éticos y epistémicos tradicionales de la «izquierda política». Como nos cuenta Antoni Domènech, «así como las necesidades de propaganda de los bolcheviques acosados por la Entente a comienzos de los años 20 les llevaron a regalar de barato a la «burguesía», al «liberalismo» y al «capitalismo» la «democracia» -es decir, el grueso de las luchas obreras europeas hasta 1914-, así también, pero sin necesidad perentoria alguna que pudiera venir a justificarlo, Adorno y Horkheimer obsequiaron al «capitalismo» con la «Ilustración» 3. A juicio de Domènech, el origen académico de la reacción antiilustrada estaría en Dialéctica de la Ilustración, obra en la que los autores de la Escuela de Franckfurt realizan una crítica total de la razón como mero instrumento de dominio de la naturaleza. Esta operación de desprestigio de lo racional sería posteriormente consolidada por Heidegger y sus acólitos, quienes se tragaron el antihumanismo del alemán hasta sus últimas consecuencias. «Demasiada» racionalidad (no la ausencia de ella) fue la causa de la barbarie humana, según el dictum postmoderno. Los «críticos de la razón» llegaron a la conclusión de que los campos de concentración nazis fueron un producto de la tecnociencia, no de la falta de valores éticos, ni de la insuficiencia de la democracia, ni de un sistema económico generador de miseria y servidumbre.
De ahí en adelante, de la mano de Foucault, Derrida, Deleuze, Lacan, Lyotard, Baudrillard, Feyerabend, Khun, Latour y otros muchos, la filosofía renunció a la verdadera crítica, abrazó el irracionalismo sin límites y dio cancha a la pseudociencia, el fraude y la pereza mental, como consecuencia de un ejercicio de deshonestidad intelectual solamente parangonable con su falta de fortaleza ética.
En lugar de centrar sus esfuerzos intelectuales en producir conocimiento, indagar en la búsqueda de la verdad y difundir por todos los medios esa verdad para ponerla a disposición de la gente, los filósofos se han estado divirtiendo en sus academias a costa del erario público que ha sostenido sus salarios de funcionarios conspicuos al servicio de la maquinaria del Estado. La mayoría de estos «mercenarios intelectuales» prefirieron delegar sus responsabilidades y optaron por ocupar su tiempo en menudencias: análisis espurios del discurso, trabajos antropológicos de campo basados en la reflexión del observador sobre sí mismo, divagaciones sobre el carácter falocéntrico de la mecánica de sólidos, estudios acerca del uso del dildo como práctica de sexualidad performativa socialmente transgresora y otras cosas por el estilo, tareas todas ellas, suponemos, muy «edificantes» para quienes se ejercitan en ellas, pero absolutamente fútiles desde el punto de vista del conocimiento y totalmente irrelevantes para la consecución de una sociedad más justa 4.
Y así, la sociología constructivista, la etnografía relativista, la deconstrucción, el pensamiento débil, la epistemología feminista, la teoría queer y otras tendencias de parecido pelaje consiguieron consolidarse como «paradigmas» de pensamiento crítico en las facultades de ciencias sociales y humanidades de muchas Universidades, para desgracia de éstas. Es curioso (y da que pensar) que todas estas teorías postmodernas se hayan desarrollado en los últimos años al abrigo de la subvención estatal y el cobijo administrativo, a pesar de presentarse muchas de ellas como «críticas radicales del sistema». Los enemigos de la razón y de la ciencia no se limitan a atacarlas solamente desde fuera, sino que ahora, gracias al relativo prestigio ganado en la Academia, pueden atacarlas también desde dentro, lo que es mucho más grave.
https://rebelion.org/imposturas-postmod ... -politica/
Hoy los movimientos veganos, feministas y queer caen en eso, ¿y qué logran? NADA. Solo criminalizarse entre sí.
ADEMÁS DE LOGRAR QUE LAS PERSONAS DE CLASE PROLETARIA VEAN QUE LA IZQUIERDA NO ES MÁS QUE UN ABSURDO Y LO ÚNICO SERIO ES VOTAR A VOX, BOLSONARO O TRUMP
Saludos,