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El martirio a los curas en la España de 1937: «Lo torearon desnudo y le remataron con un cuchillo de matar cerdos»
Un libro recupera la memoria del sacerdote valenciano Enrique Boix, actualmente en proceso de canonización.
La persecución de la Segunda República contra la Iglesia católica hasta 1936 y durante la Guerra Civil le costó la vida a 4.184 sacerdotes, 2.365 frailes y 283 monjas.
«Lo ataron desnudo a un limonero, lo dejaron toda la noche allí, y al día siguiente le torearon como a un animal, clavándole agujas de hacer jersey y, con un cuchillo de matar cerdos, le dieron el estoque final».
El canónigo de la Catedral de Valencia Arturo Climent ha publicado un libro sobre el sacerdote valenciano Enrique Boix (1900-1937), en proceso de canonización, que murió a los 36 años de edad martirizado en Llombai, su localidad natal, en el año 1937 durante la Guerra Civil.
La finalidad de esta publicación es «que no se pierda la memoria de un sacerdote bueno, trabajador, enamorado de Jesucristo, que se dedicó a vivir a pleno pulmón su ministerio en distintas parroquias hasta que fue apresado y sufrió un martirio inhumano, horrible y cruel», ha explicado Arturo Climent.
La persecución de la Segunda República contra la Iglesia española, hasta 1936 y durante la Guerra Civil, le costó la vida a 4.184 sacerdotes, 2.365 frailes y 283 monjas, de acuerdo con un estudio del historiador Antonio Montero Moreno.
El libro sobre Enrique Boix, que ha sido prologado por el canónigo Ramón Fita, delegado episcopal para la Causas de los Santos de la Archidiócesis de Valencia, incluye la biografía de Enrique Boix, con fotografías de lugares vinculados a él, y recoge también los perfiles de los siervos de Dios nacidos en Llombai, Vicente Bartual Lliso y Rafael Donat Lloret, así como del beato José Ferrer, natural de Algemesí, todos ellos martirizados en 1936, también en pleno conficto bélico.
Enrique Boix Lliso nació en Llombai el 20 de julio de 1900 dentro de una familia cristiana. Tras su ordenación sacerdotal en 1925 sus primeros cargos parroquiales los desempeñó en Xixona, Simat de Valldigna, Senija y Xeresa hasta que fue nombrado capellán de las Hermanitas de los Ancianos Desamparados y de las Madres Franciscanas de Alzira.
El trágico resto en:
https://www.abc.es/espana/comunidad-val ... m_loMas=si