Desvelado: así engañó Inglaterra a los submarinos alemanes para recuperar un gran tesoro de la IGM

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Danny
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Desvelado: así engañó Inglaterra a los submarinos alemanes para recuperar un gran tesoro de la IGM

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Desvelado: así engañó Inglaterra a los submarinos alemanes para recuperar un gran tesoro de la IGM

Durante siete años (de 1917 a 1924), el capitán Guybon Damant logró recuperar 3.186 de los 3.211 lingotes de oro que se fueron al fondo del mar junto al «HMS Laurentic»

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El 25 de enero de 1917, en plena Primera Guerra Mundial, el crucero «HMS Laurentic» (un mercante convertido en buque de transporte para las tropas de la Fuerza Expedicionaria Canadiense) saltó por los aires tras chocar contra dos minas alemanas ubicadas frente a la costa de Lough Swilly, en Irlanda. Además de llevarse la vida de 354 de los 479 pasajeros que viajaban en él (la mayoría militares), aquellos explosivos enviaron al fondo del mar un gigantesco tesoro formado por 3.211 lingotes de oro. Unas riquezas valoradas, por entonces, en cinco millones de libras.

Con el «HMS Laurentic» destruido, Gran Bretaña inició una audaz misión de rescate para devolver aquel tesoro a las arcas de su país. Una operación cuyos pormenores se desconcían hasta ahora pero que, tras años de pesquisas, ha logrado desvelar el historiador Joseph A. Williams en su nuevo libro, «Sunken Gold».

Tal y como explica en su versión en línea el «Daily Mail», la operación fue acometida bajo absoluta discreción por el capitán Guybon Damant. No quedaba más remedio, pues aquellas aguas estaban infestadas de submarinos teutones y no podían arriesgarse a que Alemania les robase ni uno solo de los lingotes.

Tragedia

La tragedia del «HMS Laurentic» (de la naviera «White Star Line») se sucedió en menos de una hora. El bajel, para ser más concretos, había partido de Liverpool en 23 de enero de 1917 y se dirigía hacia Halifax (en Canadá) cuando impactó contra dos minas a unas pocas millas de Lough Swilly, en la costa norte de Irlanda.

«El crucero auxiliar británico Laurentic, de 14,892 toneladas brutas, ha sido hundido por un submarino o como consecuencia de una mina, según un comunicado oficial emitido esta noche por el Almirantazgo británico. Doce oficiales y 109 hombres fueron salvados», afirmó en sus páginas el «The New York Times» del 29 de enero de ese año.

Pero, más allá de la tragedia humana, lo que preocupó desde el principio a la «Royal Navy» es que el Laurentic escondía en su interior 44 toneladas de lingotes de oro. Por ello, y en palabras de Williams, Inglaterra organizó una gigantesca operación secreta para recuperar, mediante varios equipos de buzos de élite, cuantos más riquezas, mejor.

Damant tomó las riendas de esta misión que se extendió en el tiempo la friolera de siete años y que, hasta ahora, había permanecido oculta. Con todo, no pudo ser más exitosa. De hecho, a día de hoy es recordada como la recuperación más grande, en peso, de un tesoro hundido. Al menos, según ha explicado el propio autor al diario anglosajón.

La misión

«Era de vital importancia que los británicos rescataran el oro para ayudar a pagar municiones para el Frente Occidental, ya que Estados Unidos eran todavía neutrales en esta etapa, por lo que no podían ayudar económicamente. Fue una misión secreta porque los U-Boote alemanes estaban presentes en aquellas aguas y las autoridades estaban seguras de que, si se hubiera conocido la operación, habrían intentado destruir los buques aliados», explica.

Con todo, el experto es partidario de que no habrían podido reclamar el oro porque el pecio estaba muy cerca de Gran Bretaña.

El naufragio supuso un verdadero desafío logístico para los ingleses y su equipo de buzos, los cuales dependían de unos trajes muy pesados y con visibilidad reducida. A pesar de todo, durante los siete años que duró la operación los marineros lograron recuperar la mayor parte del tesoro tras casi 5.000 inmersiones.

El éxito sorprendió incluso al propio Damant quien, en un informe de 1924, escribió: «Este resultado tan satisfactorio se debe, ante todo, a la leal y tenaz labor de los buzos navales. Un trabajo no inspirado en el egoísmo, sino en la idea de hacer su trabajo de la mejor forma posible».

Según el mismo informe, no hubo que lamentar accidentes de gravedad durante los siete años. Por si fuera poco, durante aquellos años Damant también dirigió un equipo de buceadores encargados de buscar en los contenidos de los submarinos enemigos hundidos las claves de cifrado, los libros de señales, los esquemas de los campo de minas germanos y otros tantos secretos.

En palabras del autor, la información obtenida de estas recuperaciones fue crucial en los esfuerzos de los Aliados para derrotar a los submarinos y ganar la guerra.

https://www.abc.es/historia/abci-desvel ... ticia.html
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