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Historiografía, unas ideas

Publicado: 05 Dic 2017 15:46
por Mishiro
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Según el diccionario la historia es el “estudio de los acontecimientos del pasado relativos al hombre y a las sociedades humanas”, el propio curso de dichos hechos y su versión en modo de narración, amén de otros significados que aquí no son relevantes. La historiografía, por otro lado, es el “estudio bibliográfico y crítico de los escritos sobre historia y sus fuentes”. Dejando el diccionario a un lado, para el común de la gente, lamentablemente, la historia es, básicamente, saber muchas fechas y nombres y cuánto más extraños sean éstos, mayor y más exacto es el conocimiento.

El conocimiento de la historia, ser historiador, es, pues, tener una base de datos, cuánto más insignificantes, mejor. Nacimiento y muerte de personajes, hitos de todo tipo con especial relevancia de batallas, paces y tratados, historias de reyes, conquistadores, generales y revolucionarios. También goza de cierta “popularidad” una historia que podría ser considerada una “historia de costumbres” pero que realmente es un popurrí de curiosidades que ni siquiera suelen ponerse en contexto, simples golosinas de la “otrología”, no ciencia. Saber historia, resumiendo, es conocer que Mario tuvo una carrera excepcional por el “record” de haber ostentado siete consulados o que los romanos gustaban tanto del ajo que se vinculaba su presencia a la de este.

No negaré que antaño yo mismo compartía una imagen muy similar de la historia. Siempre he sido un amante de la cartografía y me gustaba ver en los mapas el auge y caída de los imperios, leer sobre las vidas de reyes, sobre batallas y conquistas, etc. Valorándolo desde la distancia, conoces los avatares del imperio carolingio no parece muy distinto ni más meritorio que el haberse estudiado las crónicas del reino de Gondor o cualquier historia ficticia de cualquier pueblo de cualquiera de los mundos imaginarios que la literatura nos ha dado. En principio, esta visión “romántica” de la historia como una narración de grandes hitos empezó a cambiar en la universidad. En referencia al estudio de la historia, la licenciatura supuso un auténtico giro “copernicano”, en donde todo lo que antes había sido obsesivamente central en las clases, pasó a un segundo plano y nuevos conceptos empezaron a revelarse como la auténtica esencia de la historia.

Los cinco períodos como referencia básica (Prehistoria, Antigüedad, etc.) y los hitos políticos estándar dieron paso a una marea de novedades nunca mencionadas en la pobre enseñanza de la historia que había conocido hasta ese momento: arqueología, historia económica y social, estudio y conocimiento de las fuentes, etc. Ahora podía conocer desde la “tecnología” de los primeros cantos rodados del paleolítico a las novedades de la “historia del presente” pasando por las discusiones sobre la evolución del feudalismo medieval y las disputas por la supervivencia o no del Antiguo Régimen tras la Revolución Francesa en los distintos países de Europa. Sin embargo, esta mayor riqueza de contenido no suponía necesariamente una mayor valorización del mismo. Ampliar el hecho de saber las fechas más relevantes del reinado de Felipe II con el de conocer la expansión social de la nobleza en el ámbito urbano o los problemas y estancamientos de la economía castellana, desangrada por las guerras constantes, no hacía de ese mismo conocimiento algo de mayor relevancia.

Apelar a la utilidad de algo o, mejor dicho, a la falta de utilidad, puede parecer erróneo. El ser humano no es una maquina que pueda regirse únicamente por nociones de eficacia donde todo lo que no aporte algo al suministro de energía es fútil y deba arrojarse. En eso creo que podríamos estar de acuerdo todos o casi todos. Ahí tenemos el arte o, quizá resulte decirlo mejor de esta forma, las expresiones artísticas o, por qué no incluirlas, las expresiones religiosas. Sin embargo, no cabe duda de que cada cosa debe valorarse por lo que aporta y también de que el arte tiene su valor, pero no es ciencia ni aporta un conocimiento válido y universal.

Esta historia “ampliada” de la universidad no era la mera narración literaria, pero tampoco era aparentemente digna de ser considerada una ciencia. ¿Y si no es ciencia, qué podía ser? ¿Erudición? ¿Y qué valor tiene la erudición histórica más allá de ayudarte con el quesito amarillo del Trivial? La utilidad, repito, no es el baremo absoluto por el que guiar nuestras vidas, pero si se vuelvan esfuerzos en algo, más allá de los que uno dedicaría a una actividad por curiosidad u ocio intelectual, debe ser porque se espera algún resultado de ello. Al estudiar historia, ¿estaba sencillamente memorizando erudición para el entretenimiento o podía aspirar a aportar algo valioso al conjunto del saber humano? Creo que si las llamadas “humanidades”, las “ciencias sociales” o, lo peor, “las letras” quieren merecer el esfuerzo que han recibido, tienen que buscar algo mayor que el dato concreto, ordenado y puesto en relación con otros datos. Y también hay que ir más allá de la explicación puntual de un dato en concreto, puesto que las teorías puntuales para preguntas eventuales no tienen mayor trascendencia que los propios datos… Hablando en plata, saber las debilidades estructurales que provocaron la caída del imperio romano no tiene más valor que conocer la batalla de Adrianópolis del 378.

En resumen, podría resumir la cuestión en que, todo esto siempre desde mi opinión personal, la historia, o aporta a la ciencia conocimiento de auténtico valor y legitimidad o se convertirá en un mero capricho intelectual, como ha sido en general hasta ahora y como lo que, en efecto, se la tiene ahora mismo. La televisión no es precisamente una gran fuente para conocer el mundo, pero las series televisivas, creo, que sí tienen cierto valor para percibir la forma en que la sociedad valora las cosas. Y hay algo común que se ve en distintas series: el personaje inteligente que tiene una vocación por las ciencias y, al mismo tiempo, tiene una gran erudición por todo tipo de curiosidades de geografía, culturas extranjeras e historia. Lo que yo veo reflejado en este tipo de personajes es que el común de la gente cree que “saber historia” (ya he mencionado arriba lo que por lo general se entiende por ello) es un mero capricho o juego intelectual, es decir, las personas inteligentes “de verdad” no estudian historia ni geografía ni ninguna rama del saber parecido, los genios son matemáticos, físicos, médicos e ingenieros para los cuales, en su gran capacidad mental, la historia y la geografía son apéndices, curiosidades con las que aderezar su cultura general, pero sin valor en sí mismos.

Como historiador, quizá en ciernes pero historiador al fin y al cabo, me veo en la encrucijada de encontrarle un valor a mi campo de estudio que justifique mis esfuerzos invertidos o admitir que he errado la dirección en que he enfocado mi vida, quizá a tiempo de enmendar este camino. Realmente la única esperanza que encuentro es la de que la historia aporte una visión que vaya más allá de lo puntual y sirva para entender lo general…pero… ¿Lo general acerca de qué? Para intentar encontrar esa meta, debía empezar por el principio y el principio es “¿Qué es la historia?”.

Yendo directamente al grano, la historia tiene como principal objeto de estudio al hombre. El historiador estudia al hombre. Muchas veces se habla de “historia de la Tierra”, “historia de la vida”, “historia del universo”, etc., pero nada de eso interesa al historiador. La Tierra y su pasado anterior al hombre es materia para geólogos, la vida como fenómeno natural es para los biólogos y el universo para los astrónomos y físicos. Al historiador le interesa el hombre, no como “animal” sino como ser social, como un individuo que conforma comunidades con otros y establece marcos sociales y legales para convivir, explotar los recursos (economía) y relacionarse entre sí y con otros grupos (política) y crear e intercambiar perspectivas sobre el mundo (ciencia, religión, arte). Así pues, el reto está en, a través de la gran cantidad de experiencias históricas que las sociedades humanas han tenido, llegar a una serie de pautas o “leyes históricas” que tengan cierta validez universal y que nos permitan entender el comportamiento humano “en general”. ¿Eso haría de la historia, ciencia? Ahora mismo sólo me atrevería a decir un “puede”.

Realmente, las diferencias entre las civilizaciones que han existido a lo largo de la historia, aunque puedan parecer vistosas y llamativas, hasta ahora, por lo que he podido conocer, son de poco peso. Lo importante, la piedra angular al final, subyace en cómo se explotan los recursos del medio, en cómo se reparten y cómo la sociedad construye sus modelos de pensamiento en base a ello. Una objeción que leí a este planteamiento fue la de los propios hitos que constituían las “células” básicas del cuerpo histórico. No puede haber una ley “universal” que adivine el futuro porque hay hitos que cambian las sociedades de forma imprevisible, como pudieron ser la invención de la imprenta o, más reciente, la aparición de Internet. Son hechos que han causado grandes transformaciones en el mundo y que no habría forma de advertir por alguna fórmula. No sé puede calcular cuando aparecerá un Leonardo da Vinci o cuando un Adolf Hitler.

Sin embargo, pesé a esta objeción, tras valorarla, me parece percibir que todas esas transformaciones son relativamente engañosas. Son cuantitativas y no cualitativas, es decir, modifican la presencia de algunos atributos preexistentes y no otorgan nada nuevo realmente. Internet es una herramienta asombrosa, pero sólo ha sido un medio para potenciar rasgos que ya existían, no ha hecho que el hombre sea distinto. Por ejemplo: las modas siguen funcionando igual que antes, sólo que por Twitter ahora se propagan más rápidamente que cuando lo hacían por televisión, las revistas o el cine. No hay que confundir los medios con el objeto que los usa.

Aparte de la “trampa” de los hitos pretendidamente únicos hay otro riesgo que, por lo que veo, resulta difícil de evitar para los historiadores. ¿Cuál? Confundir las herramientas de estudio con los objetos de estudio en sí. Las “edades” en que clasificamos y dividimos las civilizaciones (edad antigua, edad media; antigüedad clásica y antigüedad tardía; alta, plena y baja edad media, etc.), las clasificaciones historiográficas (esclavismo, feudalismo, capitalismo) son conceptos usados para el análisis y útiles, necesarios de hecho, para la historia comparada, que es el camino que hay que seguir para la búsqueda de las leyes “generales” de la historia si tales existen, pero, cuando el centro de interés se desplaza de las sociedades en sí a los instrumentos con las que los analizamos, se vuelve estéril y bizantino. Es un tema interesante comparar el feudalismo europeo con fenómenos sociales semejantes que, en distintos períodos, se dieron en las sociedades asiáticas, como en varios casos de la historia de China y Japón, pero si el tema del debate es sobre si es correcto o no llamar feudal, por ejemplo, al Japón del período Edo, la cuestión, ciertamente, se habrá desviado.

Poniendo punto final a este artículo, hay que recordar una cuestión fundamental a tener en cuenta antes de entender el pasado o, sencillamente, a otras culturas actuales. Hay que evitar engañarse, no sólo con el mero hecho de usar valores modernos y occidentales del siglo XXI para evaluar a otras civilizaciones, a pesar de la reiterada aparición de ciertos valores éticos y morales a través de las diversas religiones y filosofías, si no también de confundir la terminología historiográfica con las nociones de cada tiempo o cultura. Por ejemplo, términos como medieval o bizantino, son propios de la historiografía, pero nunca jamás nadie se identificó como un hombre “medieval”, dado que ese concepto surgió después de la Edad Media propiamente, o como “bizantino”, dado que estos, por seguir con el ejemplo, siempre se tuvieron a sí mismos como “romanos”, la continuación del Imperio Romano en el Mediterráneo Oriental. Son aspectos del lenguaje que hay que tener en cuenta para no dejarse engañar.
https://storynothistory.blogspot.com.es ... ideas.html

Re: Historiografía, unas ideas

Publicado: 06 Dic 2017 13:09
por Enxebre
Suerte con el blog Mishiro, un buen artículo :guay

Te recomiendo "¿Qué es la Historia?" de E.H.Carr, si no lo conoces, que trata precisamente sobre la historiografía, historiador conocido por su mastodóntica obra sobre la URSS en 14 tomos

A mí la historia me gusta porque me acerca a otras mentalidades y otras formas de vivir, ahora estoy leyendo novelas "históricas" sobre Egipto, Christian Jacq y Pauline Gedge, que cuando están bien escritas uno aprende a veces más que libros que abarcan mucho y no cuentan nada

Re: Historiografía, unas ideas

Publicado: 07 Dic 2017 05:35
por Mar.bo
En realidad no, para eso esta la antropologia
La Historia tiene por fin el estudio del cambio de las sociedades humanas en el tiempo
.

Historiografía, unas ideas

Publicado: 07 Dic 2017 07:00
por xmigoll
Editado duplicado

Re: Historiografía, unas ideas

Publicado: 07 Dic 2017 07:01
por xmigoll
El coloquio de Monos y Una

http://ciudadseva.com/texto/el-coloquio-de-monos-y-una/

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Re: Historiografía, unas ideas

Publicado: 07 Dic 2017 11:24
por Mishiro
Gracias ;). Me apunto el libro y a ver si quizá lo pueda encontrar por la red.
No sabría decir si es que no ha entendido la frase, si es que no quiere entenderla o si simplemente prefiere "corregirme" sacándola de contexto para así llevar la contraria e, imagino, sentirse superior... Pero no voy a molestarme en explicar algo que es evidente para cualquiera que lea ese párrafo.

Re: Historiografía, unas ideas

Publicado: 09 Dic 2017 02:38
por Shaiapouf

La antropología igualmente estudia las sociedades en conjunto. Pero su centro, y el de cualquier ciencia social, es el hombre, y el hombre entendido como sociedad, clase, nación, civilización, especie, ETC ETC ETC.
ESO.

Re: Historiografía, unas ideas

Publicado: 09 Dic 2017 02:45
por Shaiapouf
Yo creo que el gran problema de la historia, y de todas las ciencias sociales al buscar el método de ser validadas como ciencias, es precisamente, el que buena parte de sus escuelas y científicos, se centran en el idealismo. Digamos las cosas como son, el idealismo fue derrotado hace mucho, pero por diferentes motivos y situaciones, sigue en pie dentro de buena parte del pensamiento historiador, lo cual evita que se puedan desarrollar leyes universales que, como en las CS. duras, trasciendan tiempo y espacio.

Eso sí que es posible, con todo la carga que el azar humano posee.

Y con leyes universales, se pueden no generar predicciones (por lo menos no con el desarrollo científico que tenemos, así como tampoco las geología es capaz de predecir los terremotos), pero sí proyecciones y estimaciones en el futuro.

Saludos.

Re: Historiografía, unas ideas

Publicado: 09 Dic 2017 03:00
por Mar.bo
Claro loca, para lo otro esta la biología :facepalm:
.

Re: Historiografía, unas ideas

Publicado: 09 Dic 2017 03:07
por Shaiapouf

Hombre, vete a tratar de loca a alguien de tu barriada, que no estás al nivel.

Y te recomiendo que regreses al colegio, desconoces conceptos básicos del tema, no vaya a ser que termines como en el tema del holocausto.

No me provoques.

Re: Historiografía, unas ideas

Publicado: 09 Dic 2017 04:10
por Mar.bo
El que lo comenzó fuiste tú
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Historiografía, unas ideas

Publicado: 11 Dic 2017 23:03
por Shaiapouf
Agárrate un diccionario boli


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