Siempre me han fascinado los personajes como Agapito. No por su bestialidad, cinismo y falta de respeto por el más ínfimo de los respetos a la vida, sino por la manera facilona y hasta insultante con la que se prestaron a las tareas mas monstruosas en contra de los individuos porque tal o cual empresa lo requirió.
España es una tierra de chorizos, cuelguen de la izquierda, derecha o del centro. De esto creo que estamos todos, o casi todos, de acuerdo. Los republicanos no creian realmente en la república (de hecho, fueron los primeros en minarla-véase revolución del 34). Los fachas no eran realmente fascistas per se (de hecho, para una doctrina centrada por y para el pueblo, por lo menos en España, no conozco otra doctrina más mortífera, vil y religiosamente asesina), sino que profesaban una especie de tradicionalismo choricero a lo bestia. Los comunistas no eran realmente comunistas (de hecho, durante la II República, en los municipios donde mandaban los conglomerados comunistas, rara era la empresa en la cual las decisiones las tomaban los trabajadores). Los anarquistas no eran anarquistas (de hecho en España, durante la II República, hubo ministros anarquistas, ¡¡¡hay que tener cojones!!!).
España es precisamente el único choricero donde un Eichmann a la española puede pasar completamente desapercibido. Poco se conoce de este gallego de Viveiro que cometió unas atrocidades de órdago. Olvidémonos de bando, porque tal y como digo en el párrafo anterior, en España, los fachas o los comunistas/anarquistas, son primero asesinos. Lo llevan en la sangre.
Al grano. Agapito era un que otro perdidiño (confundido) que al llegar a Madrid vió La Luz. Imaginémonos un Madrid sumido en un caos tremendo porque el gobierno republicano pasó absolutamente de poner cojones al asunto y supeditó el control de la ciudad a milicias comunistas, anarquistas y socialistas; los cuales actuaron con completa impunidad ante cualquier tipo de cuerpo del estado, y con unos Nacionales que estban ya cerca de Madrid. Lo que ocurre a continuación, junto con lo que vino después con la represión del cabrón Francisco Franco, es uno de los peores episodios de la historia de nuestro pais, sino el peor.
Lo dicho, García Atadell era uno de esos personajes siniestros que, junto con otros "demócratas" como Santiago Carrillo, hicieron de Madrid un auténtico matadero.
Imaginaos, Largo Caballero, un CABRóN con mayúsculas, dejó a Madrid en las manos de los txakurras de la izquierda (juventudes socialistas o comunistas, en fin, misma mierda), los cuales, como asesinos que eran (de comunistas o socialistas tenían realmente bien poco) no tardaron ni un dia en llenar la ciudad de "cárceles del pueblo" (checas) en donde se torturaba y asesinaba sin respeto a proceso judicial alguno.
Poco a poco la represión republicana se fué haciendo cada dia peor, y los líderes republicanos, que estaban ya en Valencia y AL TANTO (digan lo que digan), OJO, de todas las atrocidades que se estaban llevando a cabo en Madrid, viendo que iban perdiendo cachos de terreno a los Nacionales, tomaron la decisión de darle varias vueltas de tuerca a la represión. Una de estas vueltas de tuerca fué la de sacar a los presos de las cárceles y darle los paseitos por las afueras de los pueblos. Otra de estas vueltas fué la dedarle rienda suelta a auténticos asesinos en serie como Agapito García Atadell.
Y Agapito se lo agradeció montando su checa ambulante: la Brigada de Investigación Criminal: Imaginaos al "arropiero", al "mataviejas", al "sacamantecas" y a la "viuda negra" en un grupo legal, responsable de la seguridad de una ciudad con millones de habitantes, conduciendo los mejores coches de la época y carta blanca para hacer lo que le viene en gana bajo la excusa de "seguridad nacional". Pues esto es lo que pasó en Madrid. Se dedicaron a torturar, violar, saquear y asesinar a gente innocente bajo el pretexto de que eran agentes de los golpistas. Sus visitas nocturnas era dignas de películas de terror, porque acababan siempre con muertos/as.
Y no es de extrañar que, tal y como pasa con los chorizos de la clase politica actual, Agapito tomó "las del norte" asi cayó la primera bomba sobre Madrid, no sin antes haber llenado una maleta con joyas y piedras preciosas robadas claro está, como buen "republicano".
Agapito se largó de España hacia America Latina (como Eichmann), via Francia, siendo interceptado en Santa Cruz por la policía franquista de la isla y conducido a calabozo. Acabó renunciando al comunismo/socialismo y pidiendo perdón por sus "pecados". Y condenado a muerte, claro está, dícese, "por la monstruosidad de sus crímenes". Y esto un grupo de militares que, meses y años después se hartaron de asesinar a otros españoles.
Lo dicho, otro de los persojanes fatídicos de nuestra historia.
Lo que me deja estupefacto son las circunstancias que llevan a un chico de pueblo con ideales comunatas (que pueden ser de derechas también, ojo) a volverse un bestia, y como los sinvergüenzas políticos del lugar lo usan para hacer el trabajo sucio.
Se necesita ser una persona tremendamente psicológica y moralmente débil para prestarse a tales acometidos.