Francia vive una ola de vandalismo anticristiano sin precedentes
Publicado: 29 Mar 2019 20:55
El problema sigue siendo la "islamofobia" en Europa
Las iglesias sufrieron durante el 2018 129 robos y 877 degradaciones de la profanación pura al vandalismo sin escrúpulos
Francia vive una ola sin precedentes de profanación de iglesias, víctimas del vandalismo «puro» al vandalismo expresamente anticristiano: de dos a tres iglesias son profanadas, cada día, durante los últimos años.
Según las cifras oficiales del Service Central de Rensignement Criminel (SCRC), reveladas por el matutino conservador «Le Figaro», las iglesias de Francia sufrieron, durante el 2018, 129 robos y 877 degradaciones, de la profanación pura al vandalismo sin escrúpulos.
Según esa misma fuente, dependiente de la Gendarmería y el ministerio del Interior, Francia fue víctima el año pasado 1.063 actos anticristianos: profanación de tumbas y cementerios, saqueo de iglesias, pintadas obscenas y lugares de culto, grabación de vídeos sacrílego.
Consciente que se trataba de un problema de inmenso calado, religios, cultural, social y político, el Episcopado francés creó hace dos años un servicio especial de seguimiento de ese conflicto, pidiendo a los sacerdotes de toda Francia que comunicasen a la jerarquía religiosa y presentasen querellas, ante juzgados y comisaría, ante todos los actos de los que tuviesen directa. Se estableció una estadística oficiosa que coincide con las estadísticas policiales: de dos a tres iglesias son víctimas del vandalismo, cada día, desde hace varios años.
La Iglesia y el ministerio del Interior establecen una diferencia clara, muy nítida, entre los robos de tipo puramente crapuloso (en aumento, igualmente) y los ataques con vocación expresamente anticristiana, de muy diversa índole. Tabernáculos y sagrarios de muchas iglesias, donde se guarda el Santísimo Sacramento, son profanados, dispersando las hostias por el altar para mejor profanarlas con heces. Grupos musicales han llegado a filmar vídeos con canciones duras utilizando como fondo un altar mayor. La figura de Cristo, en la cruz, ha sido profanada y violada, en muchas ocasiones, mutilando pies y manos de manera atroz. Son innumerables las pintadas obscenas con las que se han profanado tumbas e iglesias…
A juicio de la jerarquía eclesiástica, las iglesias católicas no tienen vocación a estar cerradas ni vigiladas por militares o antidisturbios. Salvo en los casos excepcionales, como es el de la catedral de Notre Dame, en el corazón histórico de París. De ahí que sea relativamente fácil penetrar en una iglesia de pueblo, cuando cae la noche, para cometer todo tipo de tropelías.
Monseñor Ribadeau Dumas, secretario general del Episcopado, comenta la crisis en curso de este modo: «Iglesias incendiadas, profanadas… jamás podremos “habituarnos” a la inmensa tragedia de esas violencias sacrílegas». Y agrega: «Nuestra sociedad tiene una cierta tendencia a despreciar a la iglesia católica: está en el aire de la época la agresión contra nuestras iglesias».
Varios diputados han pedido a Emmanuel Macron la creación de una misión parlamentaria, destinadas a estudiar la tragedia en curso, para proponer una «respuesta» práctica, policial, política, cultural.
Las iglesias sufrieron durante el 2018 129 robos y 877 degradaciones de la profanación pura al vandalismo sin escrúpulos
Francia vive una ola sin precedentes de profanación de iglesias, víctimas del vandalismo «puro» al vandalismo expresamente anticristiano: de dos a tres iglesias son profanadas, cada día, durante los últimos años.
Según las cifras oficiales del Service Central de Rensignement Criminel (SCRC), reveladas por el matutino conservador «Le Figaro», las iglesias de Francia sufrieron, durante el 2018, 129 robos y 877 degradaciones, de la profanación pura al vandalismo sin escrúpulos.
Según esa misma fuente, dependiente de la Gendarmería y el ministerio del Interior, Francia fue víctima el año pasado 1.063 actos anticristianos: profanación de tumbas y cementerios, saqueo de iglesias, pintadas obscenas y lugares de culto, grabación de vídeos sacrílego.
Consciente que se trataba de un problema de inmenso calado, religios, cultural, social y político, el Episcopado francés creó hace dos años un servicio especial de seguimiento de ese conflicto, pidiendo a los sacerdotes de toda Francia que comunicasen a la jerarquía religiosa y presentasen querellas, ante juzgados y comisaría, ante todos los actos de los que tuviesen directa. Se estableció una estadística oficiosa que coincide con las estadísticas policiales: de dos a tres iglesias son víctimas del vandalismo, cada día, desde hace varios años.
La Iglesia y el ministerio del Interior establecen una diferencia clara, muy nítida, entre los robos de tipo puramente crapuloso (en aumento, igualmente) y los ataques con vocación expresamente anticristiana, de muy diversa índole. Tabernáculos y sagrarios de muchas iglesias, donde se guarda el Santísimo Sacramento, son profanados, dispersando las hostias por el altar para mejor profanarlas con heces. Grupos musicales han llegado a filmar vídeos con canciones duras utilizando como fondo un altar mayor. La figura de Cristo, en la cruz, ha sido profanada y violada, en muchas ocasiones, mutilando pies y manos de manera atroz. Son innumerables las pintadas obscenas con las que se han profanado tumbas e iglesias…
A juicio de la jerarquía eclesiástica, las iglesias católicas no tienen vocación a estar cerradas ni vigiladas por militares o antidisturbios. Salvo en los casos excepcionales, como es el de la catedral de Notre Dame, en el corazón histórico de París. De ahí que sea relativamente fácil penetrar en una iglesia de pueblo, cuando cae la noche, para cometer todo tipo de tropelías.
Monseñor Ribadeau Dumas, secretario general del Episcopado, comenta la crisis en curso de este modo: «Iglesias incendiadas, profanadas… jamás podremos “habituarnos” a la inmensa tragedia de esas violencias sacrílegas». Y agrega: «Nuestra sociedad tiene una cierta tendencia a despreciar a la iglesia católica: está en el aire de la época la agresión contra nuestras iglesias».
Varios diputados han pedido a Emmanuel Macron la creación de una misión parlamentaria, destinadas a estudiar la tragedia en curso, para proponer una «respuesta» práctica, policial, política, cultural.