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Dan escribió:Ver citas anteriores
El silencio del héroe
Miguel Ángel Quintana Paz
8 Jun 2017 - 06:17 CET
Ignacio Echeverría era abogado, era español y tenía 39 años. Trabajaba para un banco londinense, en el que ayudaba a combatir el blanqueo de capitales. El pasado sábado, mientras volvía con unos amigos de hacer deporte, un revuelo llamó su atención al cruzar el mercado del Borough. Resultó ser un hombre que acuchillaba a una mujer. Se lanzó a defenderla, con la sola arma de su monopatín. Fue el único de su grupo de amigos que intervino. Estos le vieron caer al suelo. Ayer supimos que pereció en lo que era un atentado yihadista más.
Hasta aquí los hechos. Pero querrías añadir cosas, y notas que incurrirás entonces en una contradicción. Pues lo hermoso del acto de Ignacio es precisamente eso, que fue un mero acto. El hombre siempre ha vivido rodeado de palabras, pero últimamente nos asedian las palabras. Palabras en las redes sociales, palabras de políticos, palabras publicitarias, palabras a las que tú ahora pretendes añadir algunas palabras más. Sin embargo, lo de Ignacio fue un acto y fue silencioso. No nos explicó por qué hacía lo que hacía, no sabemos cómo nos habría razonado eso de morir por otra persona. Simplemente lo hizo.
El filósofo Walter Benjamin argüía que este silencio del héroe derrumbaba los puentes que le conectaban con cualquiera de nosotros. Y que por eso su soledad era absoluta.
Vivimos rodeados de personas que se paran a detallarnos lo mucho que deberíamos preocuparnos por ellas. También de otras que nos narran cuánto deberíamos preocuparnos por terceros. Incluso hay gente que añade a tanta perorata un asunto más: lo mucho que ellas se preocupan por el mundo. Frente a ellos, Ignacio coge un escueto monopatín, corre y se pone a defender a una desconocida.
Se han escrito también prolijas palabras acerca de qué es lo que lleva a alguien a dar su vida por salvar a desconocidos. Tenemos explicaciones biológicas, tenemos explicaciones religiosas, tenemos explicaciones éticas. Probablemente alguna sea la verdadera. Mas frente a todas esas palabras se alza el acto, sordo, mudo: un hombre se arriesga a perder todo lo que tiene (familia en España, carrera en Londres, esos amigos que se quedan quietos), sin seguridad alguna de poder salvar a una mujer apuñalada. Y muere.
Tendrías aún más motivos para guardar silencio sobre esta muerte. Es un hecho doloroso y a la vez bello. ¿Cómo vas a lidiar con esta nueva contradicción? Una y otra vez nos cuentan por todas partes que solo la felicidad es bonita y que la muerte es fea. Pasarlo bien está bien, pasar dolor está mal. ¿Acaso no es evidente? Ignacio, con su monopatín, hace añicos esas simplezas. Del único modo en que cabe hacerlo: con hechos. Por mucho que tú sospeches que las cosas no son como las cuentan, desengáñate, no podrás refutarles con meras palabras. Pero da igual: Ignacio ya lo ha hecho.
Y, aun así, sabes que debes hablar del héroe. Quizá para recordarte a ti mismo que no lo eres. La literatura empezó justo porque la gente sintió que necesitaba loarles: a Gilgamesh, a Aquiles, a Rama. ¿No sería indigno que dejases las palabras solo para los de la queja, para los de la prédica, para los del embuste? Alza tu voz, por dubitativa que sea, en honor del héroe: tu timidez es una guirnalda más de su merecido homenaje.
http://theobjective.com/elsubjetivo/mig ... del-heroe/
Este artículo me hace reflexionar varias cosas....
1)Los terroristas creo eran tres ,e iban armados con cuchillos.
El caso es que creo solo el chico este y un policía se les revolvieron a hacerle frente.
Y allí había un huevo de gente.¿Qué habría pasado si docenas de persoans se hubiesen revuelto con su monopatín, su paraguas,. su lo que tuviesen a mano a linchar a esos hijos de puta?Incluso cabría preguntarse si habría sido tan fácil apuñalar a ese muchacho si sus amigos les hubiesen acompañado imitándole.
Porque los tipos en cuestión no eran más que tres majaras con cuchillos, no iban con armas automáticas ante lo que no se tiene nada que hacer. Tres tíos con cuchillo no tienen nada que hacer frente a una turba de gente dispuesta a echarle huevos al tema.
Tres lobos pueden atacar un rebaño si los miembros de ese rebaño se portan cómo borregos, no si lo hacen cómo perros.
2)EL tratamiento de la prensa británica que ha ensalzado otro tipo de comportamiento heroico, el de un fulano que abandona su pub preocupándose sobre todas las cosas de mantener el contenido de su jarra de cerveza integro. Ese ha sido el acto mas reseñado y alabado por la prensa británica.Nada de cargas quijotescas con monopatín poara defender a una chica....el nuevo modelo de héroe es el tio que se escaquea pero con dignidad, defendiendo lo suyo, no arriesgándolo por lo demás.
Eso me ha hecho reflexionar, de que quizás el modelo de ciudadano que se pretende modelizar no es el que se revuelve ante lo injusto y lo impresentable, sino el que lo asume cómo inevitable e intenta conservar su pellejo, su micromundo, su pinta de cerveza, con la mayor naturalidad.En definitiva la oveja que huye con mayor garbo y gracia.
No al valiente heróico, sino al cobarde digno.
Porque a lo mejor es que la sociedad que se pretende tener es la de unos cobardes dignos , resignados y autistas en su autoconservación en lugar de valientes rebeldes que se revuelvan ante el dolor ajeno.
Porque quizás somos una sociedad de mierdas, donde solo se puede ser digno salvaguardando la integridad de nuestra cervecita, para mayor gloria de los que nos dirigen y por supuesto de los terroristas.
Estos nos desprecian y piensan que somos unos mierdas y en buena parte tienen razón.
Nuestras respuestas así lo demuestran.
Solo de ese modo se pueden plantear crear el caos tres tíos armados con cuchillos , a sabiendas de que somos unos mierdas que saldremos por patas dejando atrás a quien sea...salvando nuestros cuerpos y enseres , y nuestra cervecita. y dejando a su suerte a los demás. Qeu cada perro se lama su cipote.
Si eso en vez de ser un mercado de Londres , llega a ser , que se yo, un mercado de Nigeria, ni de coña se iban a plantear hacer eso, y no me refiero precisamente a la policía.
En cierta medida la sobredosis de civilización, corrección y ensimismamiento delegando todo lo civico a las autoridades nos ha aborregado y embrutecido.
saludos