Aunque el tema no lo merece, y el autor del tema menos (pues lo que de aquí en adelante salga será como chino para él), abordaré y los posibles desenlaces que de aquí al próximo lustro (o menos) se puedan dar.
Primero que todo Venezuela es un país cuya matriz económica desde los años 60 se basa principalmente en la producción y exportación de petróleo, y cuando me refiero a matriz, hago hincapié en la forma en que el país se conecta con el mercado internacional pues, desde luego internamente también hay una serie de rubros económicos pero el fuerte que le da ingresos al país es el petrolero, y de ahí se da dinamismo al resto de los sectores económicos.
Segundo, Venezuela es un país económica retrasado, con una productividad laboral muy inferior a la media de la OCDE para hacernos una idea. A la vez y al ser un país cuya gran oferta es el crudo, sus principales socios comerciales son países industrializados que ofertan productos elaborados a cambio de materia prima, Venezuela está destinado a tener una balanza de CC voluble dependiendo del precio internacional cotizado del barril.
Si un país que se encuentra en calidad de retraso tecnológico desea insertarse de modo competitivo al mundo tiene dos opciones, ambas mediante el tipo de cambio. En el caso venezolano, la estrategia -obligada- desde los años 80 ha sido la devaluatoria.
una explicación un tanto más profunda de lo que está sucediendo en Venezuela
Mediante la devaluación un país puede ganar competitividad especialmente para el sector de bienes transables, no así los bienes no transables. La devaluación supone un crecimiento de la inflación, esto lleva a que, en el común de los casos, los salarios sean ajustados para que no se vean tan impactados por efectos de la inflación, y el crecimiento de estos, impacta directamente en los sectores de bienes no transables los cuales se resienten por este hecho, además del coste cada vez mayor a las importaciones necesarias (efecto directo de la devaluación). Este mismo incremento de costes termina igualmente afectando a los sectores de bienes transables, los cuales en un plazo de tiempo que no supera el lustro, pierden competitividad en el mercado internacional.
Lo anterior termina llevando a que los países atrasados focalicen su producción en una única área, como en el caso venezolano lo es el petróleo, ya que es la oferta de ese producto la que menos se ve afectada por efectos internos de la inflación mientras su precio internacional sea rentable. El problema es el que el precio internacional igualmente varía bastante de lustro en lustro.
Una vez la inflación y los costes internos repercuten nuevamente en las ganancias de los sectores transables, la balanza comercial puede mostrar números rojos, por lo que se hace necesario volver a devaluar la moneda para reinsertarse en el mercado internacional. El problema aquí es que conforme cada devaluación consumada, los problemas a largo plazo se incrementan:
-> Los agentes económicos comienzan a perder confianza en la moneda nacional, por lo que reinvierten sus ahorros en moneda internacional (dólar). Una cada vez mayor presión en las reservas internacionales repercute en que la salida devaluatoria ya no sea una simple opción, sino que una obligación. Esto impacta igualmente en la tasa de política monetaria la cual se eleva presionando a la baja las inversiones internacionales.
-> Una menor inversión internacional impacta directamente en la cuenta de capital que se comienza a volver más y más negativa.
Una opción que tiene un país en esta situación es acudir a la deuda internacional. Un crecimiento de la deuda refleja este momento de debilidad económica, pero muchas veces esta opción no es viable toda vez que los intereses internacionales son muy elevados y las inversiones muy bajas.
Si la cuenta financiera y de capital es negativa y no se compensa con la balanza de cuenta corriente, entonces o bien se opta por seguir devaluando, o se opta por la cesación de pagos.
En Venezuela la situación es particular:
- Desde hace 40 años las exportaciones se han constituido en un 80-90% de petróleo, por lo que la variación internacional de su precio repercute directamente en su balanza de cuenta corriente.
- Desde hace 40 años los ingresos públicos dependen directamente de la actividad petrolera. El Estado venezolano es uno de los que menor presión fiscal aplican a su economía, esto, a pesar de tener un gasto público que ha crecido desde 1970 a la fecha. Lo cual implica que una caída de los precios del crudo repercute directamente en el déficit fiscal. El Estado venezolano no tiene la mayor confianza del mundo, lo que lleva a que o se endeuda a altas tasas de interés, o aplica la devaluación como método de financiamiento.
Desde 1980 Venezuela viene sufriendo diferentes shocks negativos conforme el crudo disminuye su precio y la balanza de pagos entra en rojo. Como es un país tan dependiente de un solo ingreso, con una particular baja tasa de recaudación de impuestos, y un gasto público que se ha elevado dependiendo del gobierno a cargo, con la caída de los precios del crudo, toda la economía se resiente, las devaluaciones provocan enormes aumentos de la inflación y la situación se torna caótica. Ahora, incluso en momentos de crecimiento y de precios elevados, la situación no es común ni la más óptima, ya que incluso cuando la balanza de cuenta corriente es positiva, hay momentos que no alcanza para sostener la fuga de capitales que impacta en la cuenta de capital y en la balanza financiera.
Chávez llegó al poder tras 15 años de inestabilidad económica. Años caracterizados por los números rojos en la balanza de pagos, la inflación, las devaluaciones, el déficit fiscal, el incremento generalizado de la pobreza, un crecimiento económico débil o derechamente años marcados por la recesión (durante los 5 años anteriores a la llegada de Chávez al poder, 2 años manifestaron recesiones, y otros dos con crecimiento cercano a cero).
Todo esto se originó por una reducción constante del precio del barril desde 1980 hasta 1996/7, reducción que llevó al precio del barril desde los 40 a los 10 dólares.
Cuando Chávez llega al poder el precio del crudo comenzó a crecer, basado en esta realidad, pudo incrementar el gasto público, con un marcado gasto social, reduciendo la pobreza, desigualdad y elevando los salarios. Los problemas estructurales de la economía venezolana fueron maquillados gracias a esta positiva coyuntura, pero una vez el precio del petróleo volvió a reducirse desde 2009 a la fecha (en 2009 el precio estaba por sobre los 130 dólares x barril y en 2015 llegaba a los 48), los problemas estructurales de la economía venezolana se volvieron a proyectar a todo el mundo.
Parece ser que desde 2010 volvemos a presenciar un período oscuro en el comportamiento económico venezolano, similar al ocurrido entre 1985 y 1999, y es que mientras Venezuela sea un país rentista, con una productividad reducida, no podrá evadir su realidad. La pobreza se ha incrementado, la escasez producto de la fijación de precios también está en las nubes, y aparentemente todos los problemas anexos y que no siempre van de la mano con el comportamiento económico (como lo es la delincuencia) se hacen más y más agudos.
Las opciones a futuro que yo veo son:
a) Contener la situación hasta que el precio del petróleo vuelva a crecer.
b) Aplicar reformas de corte neoliberal para minimizar el peso estatal y evitar que el déficit fiscal impacte en las reservas internacionales y en la inflación.
Puede que se intente mezclar un poco de ambas opciones, que es lo que yo creo aplicará el gobierno que suceda a Maduro. El problema está en que reducir en demasía el peso estatal significará un incremento de la pobreza y del desempleo, ante ello una respuesta social como la dada durante el Caracazo no se haría esperar. Asumo además que esperar que el petróleo se incremente no tendrá significado, esperar por esperar no es una estrategia muy inteligente más cuando no basta con que el crudo aumente su valor, éste tiene que aumentar a un precio en el que dé para que se tapen todos los demás hoyos estructurales de la economía venezolana.
Por lo anterior el futuro de Venezuela lo resumo en:
1) Golpe de Estado a Maduro siendo reemplazo por un gobierno de derecha.
2) Continuidad de Maduro y del chavismo en el poder aplicando estrategias de represión estatal y de minimización a los espacios de libertad y democracia.
Dudo que la primera sea plausible en vista de que las FFAA están con el gobierno, al menos de momento, y, por más que la derecha tenga el poder económico y de los medios, al final de las cuentas quien tiene las armas es quien ostenta el poder real.
No obstante independiente de si mañana, dentro del próximo año, o durante los próximos 5 años en el futuro llega alguien de la derecha, el chavismo, o del bloque que sea, la inestabilidad política, las manifestaciones, los asesinatos y la crisis interna no desaparecerá hasta que las cuentas económicas no vuelvan a ser azules una vez más. Eso sí, si dentro de 1, 5, 10 o 15 años la situación económica vuelve a ser plena, de nada servirá en el largo plazo si no se garantiza en la reinversión en nuevos sectores como la agroindustria.
Venezuela no tiene futuro siendo únicamente un exportador de petróleo.