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Análisis: (método lógico)
o Idea principal: la renuncia al trono de España del rey Alfonso XIII. Alfonso XIII suspende «deliberadamente el ejercicio del poder real» pero no abdica sino que se aparta sin renunciar «a ninguno de mis derechos», que son «depósito acumulado por la Historia», de acuerdo con la vieja doctrina canovista de la constitución interna, según la cual la Monarquía (al igual que las Cortes) es una institución que representa la Tradición y la Historia de España, y se sitúa, por tanto, por encima de cualquier texto constitucional.
o Ideas secundarias: circunstancias y justificación de su decisión.
§ Circunstancias: En la primera línea, el rey nombra las elecciones «celebradas el domingo»: se trata de las municipales (12-IV-1931) convocadas por el último gobierno de la monarquía (el del almirante Juan Bautista Aznar), que fueron consideradas por la oposición como una consulta a favor de la monarquía o la república.
§ Motivo nº 1: El resultado de dichas elecciones demostraron al rey la falta de apoyos a la monarquía («ya no tengo el amor de mi pueblo»)[2].
Aunque en el conjunto del país los monárquicos obtuvieron un mayor número de concejales, la distribución del voto republicano, vencedor en la mayoría de las capitales de provincia y grandes ciudades del país, se interpretó como la voluntad mayoritaria del país, ya que era de más calidad que el del mundo rural, por estar este último sujeto a los fraudes electorales del sistema caciquil.
§ Motivo nº 2: Alfonso XIII explica, en tono paternalista, que quiere, con su renuncia, evitar una «fratricida guerra civil», a pesar de que «Hallaría medios sobrados para mantener mis regias prerrogativas»: el rey podría, una vez más, imponerse por la fuerza, ya que tenía el respaldo de un sector de los militares[3].
§ Las «críticas coyunturas» a las que el monarca alude pueden referirse a las graves crisis en su reinado: la Semana Trágica de Barcelona (1909), la crisis de 1917 y el desastre de Annual (1921). En las dos primeras crisis, el monarca había actuado defendiendo los intereses de la oligarquía dominante frente a las clases populares. En cuanto a la cuestión africana, la oposición republicana consideraba también responsable al rey de estar detrás del desastre de Annual (donde el caudillo rifeño Abd-el-Krim había derrotado al ejército colonial español, causando alrededor de 15.000 muertos), un hecho que había conmocionado al país, en su mayoría contrario a una política colonial de prestigio.
§ El rey admite que pudo equivocarse en sus decisiones («sin duda erré yo alguna vez»). Se refiere, sin nombrarlo expresamente, a su apoyo a la dictadura de Primo de Rivera (1923-1930), respecto a la que trata de justificarse diciendo que actuó siempre con buena intención, «sin malicia», movido por su amor a España e intentando servirla. Por lo demás, podemos decir, en términos generales, que el error de Alfonso XIII constituyó, a diferencia de sus antecesores, su participación activa en las decisiones políticas del país, lo que contribuyó a intensificar la inestabilidad política.
§ La renuncia del rey parece ser, en un principio, breve, pues confía en volver cuando se celebren elecciones generales y se exprese la auténtica voz de la nación («la adecuada expresión de la conciencia colectiva»), a la que atribuye la soberanía («única señora de sus destinos»). Las elecciones a Cortes Constituyentes tendrían lugar dos meses después (28-VI-1931), siendo el primer proceso electoral plenamente democrático desde el sexenio revolucionario. El Parlamento resultante, fruto de la nueva ley electoral, reflejó una muy escasa representación de los partidarios alfonsinos, a pesar del peso económico y social que aún conservaba.