Claro hombre, como si las revistas de tendencias no le han dado bombo al "tonti-pop" o hoy al trap. Ya nos gustaría que los críticos musicales fuesen más snobsVer citas anterioresSkip escribió:(...) Por poner un ejemplo inocuo aunque significativo, el crítico musical Víctor Lenore explica cómo la música popular que escucha y baila la gente pobre es sistemáticamente vapuleada por los especialistas como tosca, repetitiva e incluso inmoral. Las páginas de tendencias de los grandes medios publicitan hasta la náusea las últimas novedades anglosajonas, aunque su recepción en nuestro país sea muy minoritaria. Sin embargo, es prácticamente imposible encontrar noticias sobre un grupo de tecno-rumba como Camela, que ha vendido más de siete millones de discos, mayoritariamente entre las clases populares. Estilos musicales apreciados por los inmigrantes, como el reggaetón, el kuduro o la cumbia, son considerados por los críticos como un pozo sin fondo de degradación estética y sexismo. Es comprensible que a los aficionados a la música abstracta, digamos Stockhausen, les parezca que la música popular contemporánea es chusca y poco elaborada. No es el caso de la mayor parte de los críticos musicales, siempre receptivos a obras de aspiraciones irónicas poco innovadoras y mal tocadas si vienen avaladas por el New Musical Express. La mayor parte de la música que el occidente rico odia se baila en pareja y extremadamente pegado. Una pista de baile de reggaetón es una especie de consumación de la pesadilla simbólica occidental: una masa sudorosa, apretada y sin ilustrar, coreando letras de alto voltaje sexual y proclive a la violencia.
César Rendueles, "Sociofobia".
De todas formas la crítica musical en España es una mafia (los que estaban en Radio3 escribían en la RockdeLux por ejemplo) que siempre ha vetado a algunos grupos y estilos (como el rock español) y aupado a otros y por eso acaban surgiendo revistas alternativas especializadas para cubrir ese nicho en esos estilos populares que las tendencias han ignorado, por ejemplo el metal, y en menor medida (hoy) el hip-hop, nada impide que alguien saque una revista de reggaeton, pero no lo hacen porque saben que no va a venderse