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Nowomowa escribió:
El problema es que la democracia sólo funciona cuando hay buena fe. Cuando vas de mala fe, puedes joder la democracia por delante y por detrás y hasta con una tranca de burro si quieres.
Un ejemplo práctico. Pongamos que se aprueba el 155, Puigdemont es destituido y Enric Millo ocupa su lugar. Pongamos que TV3 decide que Enric Millo no es noticia y en vez de hablar de él, entrevistan a Puigdemont como "presidente electo". ¿Cómo impides esto?
Sabemos que es una mentira, pero en España no es ilegal mentir. La reputación, la fama, el prestigio... pura filfa si tu audiencia te come de la mano y a tus anunciantes les da igual. TV3 puede seguir diciendo que el President es Puigdemont mientras les dé al gana.
Ah, pero es que se pondrá un director desde Madrid y dará órdenes de que se diga que Millo es el President y que no se hable de Puigdemont... órdens que serán obedecidas, o no... pero nada más darlas, todas las democracias del mundo tendrán los pelos de punta porque obligar a la prensa a decir lo que tú quieres y no lo que ella quiera es un atentado flagrante contra la libertad de expresión y la libertad de prensa. Aunque les quieras obligar a decir la verdad, mentir y afirmar que la verdad es lo que ellos dicen es un derecho inalienable de las personas.
A medio plazo, tal vez los anunciantes vean que sus marcas son perjudicadas y TV3 empiece a perder dinero, y tal vez la audiencia no indepe se canse de tantas mentiras y abandone la cadena, pero eso tomará meses o tal vez años. En la práctica, TV3 puede joder la democracia por delante y por detrás y la propia democracia ampara su derecho a hacerlo.
Y esto es sólo un pequeño ejemplo. No te digo si ya entramos en toda la administración catalana, intentado ser dirigida por gente que no habla catalán y necesita que le traduzcan toda la documentación.
Como dije ahí arriba, sigo sin ver cómo ganará España esta partida. Porque va perdiendo, y por mucho más de lo que parecéis pensar.
PD: Por supuesto, en una democracia hay una carta ganadora, una jugada maestra que lo resuelve todo: votar. Pero los imbéciles de Madrid no la han aprovechado durante años y ahora que dicen que la van a jugar, tienen todas las cartas de la partida marcadas en su contra por una pandilla de fuleros profesionales: son literalmente el primo de la timba.
En el fondo Madrid sigue sin creerse que lo de la independencia va en serio y la única forma de pararla es demostrando en las urnas que los catalanes que la quieren son minoría. Cosa que podría hacerse si el Gobieno fuera competente, pero si el Gobierno fuera competente, ni siquiera se habría metido en este follón.
