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por m|ses » 21 Dic 2011 17:27
Creo recordar que ya he argumentado por qué la cantidad de esfuerzo físico y humano destinado a producir una mercancía - trabajo - NADA tiene que ver con el VALOR de dicha mercancía, por lo que difícilmente tienen ninguna lógica este tipo de afirmaciones.
Lo que intercambian un trabajador y un empresario es un bien por otro, generalmente unos bienes económicos por un servicio. El empresario, a cambio de asumir SUS riesgos, producto de SU idea empresarial, poner a disposición del trabajador SUS bienes de capital para que, junto con ellos, transforme unas materias primas conforme a SUS pautas, fórmula que podrá resultar en la creación de valor o en su destrucción, llega a un acuerdo con el trabajador para remunerarle con X bienes económicos. Acuerdo que depende de valoraciones subjetivas de las partes y en la que ambos a priori salen ganando. Este factor - la creación o destrucción de valor - se desconoce a priori PRECISAMENTE porque el trabajo no aporta valor IMPLÍCITO alguno a la mercancía (si así fuera, se podría asegurar una creación de valor cierta a priori), sino que éste depende de la VALORACIÓN SUBJETIVA, contínuamente cambiante y dependiente de infinidad de factores IMPOSIBLES de determinar a priori del consumidor. En este sentido, el empresario pone a disposición del trabajador todo este arsenal de recursos para que, junto con ellos, realice una actividad cierta cuyas pautas también marca el empresario. A cambio de ésta actividad, el empresario le ofrece unos bienes económicos que el trabajador necesariamente ha de valorar más que su prestación de servicios para la empresa.
No se intercambia, pues, ningún trabajo intrínseco a nada. Primero porque el trabajador no aporta valor implícito a nada (de hecho puede estar destruyendo valor, caso en el que los costes de producción superen al valor final de la mercancía). Existen bienes que en un momento del tiempo no son rentables y que posteriormente lo son, o que anteriormente lo fueron. ¿cuál es el valor intrínseco de este bien, si en un momento del tiempo no tiene valor, sino desvalor (se resta valor a la materia prima original mediante el trabajo, por eso los costes superan a lo que nos dan por ellos), y en otro momento del tiempo tiene valor? Sencillamente, como el valor no depende del bien en sí, ni mucho menos del esfuerzo físico desarrollado sobre el mismo, no tiene sentido hablar de valor intrínseco alguno.
Segundo, aún hablando a posteriori (recordemos que los acuerdos empresario-trabajador son a priori, por tanto no se puede eliminar el factor riesgo en ningún caso, ni por tanto, la existencia o inexistencia de un futuro valor), y teniendo el conocimiento de que un cierto bien ha dejado margen al empresario, hay que tener en cuenta que el trabajo desempeñado por el trabajador siguió unas pautas o ideas marcadas y predeterminadas por el empresario, por lo que ningún sentido tiene asignar aisladamente un "valor X" aportado a la empresa por el trabajador Y. Los trabajadores no trabajan al tuntún, sino ciñéndose al negocio empresarial y la estrategia productiva marcada por la empresa. Dicha idea, la cual determina en gran medida el éxito del producto final, es un activo aportado, no por el trabajador, sino por el empresario. Si una empresa obtiene 6.000 euros más de margen con 20 trabajadores que con 19, ¿de dónde se sigue que el trabajador número 20 haya aportado un valor de 6.000, 5.000 o 4.000 euros al negocio? Lo que ha añadido un margen de 6.000 euros adyacentes al negocio es la conjunción trabajo (propiedad del trabajador), bienes de capital (propiedad del empresario), e idea empresarial (propiedad del empresario), y costes en forma de riesgos soportados (propiedad, en cuanto los asume en exclusiva, del empresario). Es evidente que sin ninguno de estos cuatro factores el valor añadido sería de cero: tanto si hay ausencia de trabajador, como si hay ausencia de idea empresarial, como si hay ausencia de bienes de capital o como si nadie estuviera dispuesto a asumir ningún riesgo. ¿qué parte OBJETIVA, pues, se ha de imputar única y exclusivamente al trabajador como valor generado sólo por él? Para ello habría que determinar el valor de los riesgos que percibe el empresario, cuantificar el valor de una idea empresarial (que puede ir de cantidades nulas a multimillonarias), y tener en cuenta el valor de otros factores materiales como los bienes de capital y su responsabilidad en el éxito final alcanzado. Algo imposible de determinar, es por ello por lo que los sueldos se determinan mediante acuerdos propios y determinados por las valoraciones subjetivas de las partes implicadas en cada momento.
En definitiva, el trabajo, así como cualquier otro factor productivo, no aporta ningún valor intrínseco a ningún bien. Quienes determinan el valor de los bienes son agentes ajenos a los factores de producción, por lo tanto éstos no pueden nunca determinar ningún valor a los mismos. Pero aún hay más: los agentes ajenos a la producción que determinan el valor de los bienes no siguen patrones objetivos ni predecibles de valoración, sino que basan sus decisiones en preferencias subjetivas, alternativas que les ofrece el entorno contínuamente cambiante, la cantidad de recursos de los que disponen en cada momento, factores impredecibles como el clima, la salud o la escasez en cada momento, sus propias acciones y capacidades, e infinidad de variables impredicibles que van mutando continuamente en el tiempo. Se puede intentar predecir, si la conjunción de factores productivos X (capital, mercancías, trabajo, estrategia, etc) creará o no valor en cierto momento del tiempo, pero jamás se puede asegurar, mucho menos imputar un cierto "valor" intrínseco desglosado por factor productivo a posteriori: eso es una estupidez que escapa a toda racionalidad en un mundo donde algo que vale hoy 100 mañana vale 1, donde una empresa ayer se forraba y hoy se arruina (produciendo exactamente lo mismo, y por tanto, aportando el supuesto mismo valor "intrínseco"), y donde una compañiá ayer no rentable hoy lo pasa a ser. ¿y qué me dicen de las empresas que, dando pérdidas en cierto momento del tiempo (destruyendo valor), pasan a obtener beneficios por la simple modificación de la estrategia empresarial y manteniendo inalterada la cantidad de trabajo? ¿sería en estos casos el valor aportado de los trabajadores igual a cero? ¿cuál sería su "parte" de valor? ¿alguien lo puede determinar de cara a determinar las famosas plusvalías? Es evidente que no: el resultado final en forma de valor es producto de una fórmula, y no de ningún elemento aislado de la misma. Por tanto, la única forma posible, legítima y justa de llegar a un acuerdo está en el intercambio entre ellos, situación ante que la que ambos, a priori, salen ganando y sacan rédito en forma de valor subjetivo a los bienes de los que disponen: y esta relación es mútua, ya que AMBOS esperan sacar rédito de la otra parte sabiendo que, además, la otra parte espera sacarlo de ellos. Este tipo de acuerdo, sin embargo, vendrá determinado y estará condicionado en última instancia por, precisamente, los sujetos titulares de evaluar y valorar los bienes producidos: los consumidores a través de sus decisiones de comprar o abstenerse de comprar, de apostar por unos o renegar de otros, y todo ello a través de un sistema de precios de mercado, que es el que determinará los costes de producción, el éxito o fracaso de un proyecto empresarial, y los negocios que han de emprenderse así como los que han de dejar de acometerse. Por supuesto, afirmar que es al revés, que son los costes de producción los que determinan los precios, no tiene ningún sentido. Es evidente: si una empresa da pérdidas es precisamente porque sus precios son inferiores a sus costes de producción, y si tratara de poner unos precios determinados por los mismos al margen del mercado, no serían precios, sino ficción, pues nadie compraría sus productos y todo se quedaría en una mera declaración de intenciones. No hay que confundir "precio" con declaración de intenciones. Un perito puede venir y afirmar que mi casa vale 200.000 euros, pero si soy incapaz de venderla por más de 100.000, es éste el precio de mercado real de mi casa y lo anterior una mera de declaración de intenciones, independientemente de que el coste de producción de la misma haya sido de 1 euro o de 1 millón de euros. El precio de algo es lo que otros están dispuesto a pagar. Quien determina los precios ni son los costes de producción, ni es ningún valor intrínseco misterioro, ni es producto de la declaración de intenciones de un sujeto aislado, sino que se trata de una decisión patrimonio del consumidor.
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m|ses el 21 Dic 2011 17:51, editado 1 vez en total.